Un ex pistolero fascista contra los que denuncian al Gobierno por amparar las torturas
Un ex guerrillero de Cristo Rey da lecciones de ética invitado por Lakua
Entre numerosos vecinos de Ezkerraldea ha generado estupor que un
antiguo y conocido guerrillero de Cristo Rey, Eloy Ruiz Cortadi, actual
presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Galicia,
reprendiera al Parlamento de Gasteiz
por su reproche al Gobierno español
por amparar la tortura. Ruiz Cortadi acudió a la Cámara como invitado, y
también estuvo en el acto del Kursaal el 18 de mayo.
La huella que dejaron las correrías de elementos de ultraderecha en
Ezkerraldea en los años 70 aún no se ha borrado con el paso del tiempo.
Por ello, las declaraciones de Eloy Ruiz Cortadi, presidente de la
Asociación de Víctimas del Terrorismo de Galicia (Agavite), en su visita
a la Cámara de Gasteiz no han pasado desapercibidas para muchas de las
víctimas de las actuaciones de los Guerrilleros de Cristo Rey.
Ruiz Cortadi, junto a representantes de otros colectivos, mostró su
malestar porque el Parlamento reprobase al Gobierno español «la postura
que adopta sistemáticamente ante las denuncias de torturas, amparando
sin excepción a las fuerzas policiales». Su reproche ha levantado
ampollas entre las víctimas de las brutales agresiones en las que Ruiz
Cortadi, junto a otros franquistas, muchos de ellos agentes de la
Policía Municipal de Portugalete, se vieron involucrados.
Estos ciudadanos acusan al antiguo guerrillero de Cristo Rey, natural
de Sestao y que abandonó Euskal Herria tras sufrir un atentado de ETA,
de «aprovecharse del papel que deben jugar la víctimas en la resolución
del conflicto que vive Euskal Herria para, amparándose en los colectivos
que las agrupan, seguir defendiendo los valores de quienes sustentaron
el régimen de Franco».
En su actual lugar de residencia, el presidente de Agavite ha
arremetido, por ejemplo, contra los independentistas gallegos o contra
la red de escuelas infantiles de 0 a 3 años de la Xunta, galescolas.
Ruiz Cortadi dijo que le «sonaban» a ikastolas, donde aseguró que para
enseñar matemáticas los problemas dicen: «En un control de veinte
guardia civiles, si se ejecuta a dos, ¿cuántos quedan?».
Tres décadas después de que abandonase tierra vasca, sus correrías
son aún recordadas por muchos vecinos de Barakaldo, Portugalete,
Santurtzi o Sestao, según ha podido constatar GARA, que todavía se
extremecen al relatar las actuaciones de este hijo de Marcelo Ruiz
González. «Su padre, según se comentaba entonces, era muy amigo del
padre del rey y hacía y deshacía en la Margen Izquierda. Se contaba
-subrayan- que elegía al gobernador civil».
«Su base de operaciones era el cuartel de la Policía Municipal de
Portugalete, a donde llevaban a los detenidos antes de enviarlos a La
Salve. Allí, por ejemplo, durante las movilizaciones por el Proceso de
Burgos fueron trasladados los arrestados, siendo objeto de brutales
palizas», manifiesta una de las personas que conoció de primera mano la
represión ejercida en comandita por los agentes y elementos
parapoliciales.
Porras, cadenas y pistolas
Sus prácticas eran habituales. «Ruiz Cortadi, de complexión fuerte,
se introducía en las manifestaciones y con otros guerrilleros de Cristo
Rey comenzaban a golpear a los participantes con porras y cadenas, a la
vez que les amenazaban con armas de fuego y les arrojaban sprays
irritantes en el rostro», recuerdan. Así actuaron en Santurtzi en el
transcurso de las protestas que siguieron, en enero de 1967, a la
explosión en las instalaciones de butano en el barrio de San Juan, que
se saldó con 150 viviendas destruidas y dos víctimas mortales.
También era constante el acoso contra la parroquia de Santa María de
Portugalete, cuyos alrededores estaban repletos de pintadas como «curas
rojos al paredón», y en el interior se produjeron en varias ocasiones
supuestos robos al objeto de registrar sus dependencias. Esta iglesia
sirvió de cobijo a personas de diferentes ideologías y llegaron a
organizarse en su escuela social charlas con la participación de Felipe
González, por entonces Isidoro; Víctor Manuel Arbeloa, Gregorio Peces
Barba o el teólogo andaluz González Ruiz; así como encerronas contra el
Proceso de Burgos. Habituales de sus dependencias eran Eduardo Lalo
López Albizu o Nicolás Redondo, del PSOE; y militantes comunistas,
jelkides, independentistas o de izquierda.
En 1972, guardias municipales llegaron a acudir con intención de
grabar la homilía pistola en mano, lo que generó un gran revuelo entre
los feligreses, al igual que sucedió el 24 de febrero de 1974, cuando
acudieron a impedir la lectura de la famosa homilia «El cristianismo,
mensaje de salvación para los pueblos», del obispo Antonio Añoveros, en
la que hacía un llamamiento a que se reconociese la identidad cultural y
lingüística del pueblo vasco.
A uno de los sacerdotes, Román Landera, se le impusó una multa de
175.000 pesetas, una cantidad desorbitada para la época. A este cura,
revólver en mano, tres encapuchados trataron de secuestrarle una noche
-según se supo más tarde por confidencias policiales, «entre ellos Ruiz
Cortadi»-, y al no poder hacerlo, le ocasionaron una importante lesión
en las costillas por la que se le ingresó en el Hospital de San Juan de
Dios. En la época tuvo una gran repercusión mediática.
«Se organizó una manifestación tras el atentado y los guerrilleros no
faltaron. Cuando la marcha, que partió del templo, se dirigía a la
Plaza del Solar por Casilda Iturrizar, los ultraderechistas actuaron con
los sprays», rememora uno de los participantes.
«Eloy era un macarra, se hacía el jefecillo de aquel grupo que
perseguía a todo el mundo que luchaba contra el franquismo, desde los
sindicalistas hasta los asistentes a las misas en recuerdo al
lehendakari José Antonio Agirre, a quienes obligaban a la puerta de la
iglesia a cantar el `Cara al sol'», apostilla.
Ante este curriculum, muchos vecinos de Ezkerraldea se preguntan por
la razón que llevó a los miembros del Gobierno de Lakua a invitar a Eloy
Ruiz Cortadi al Parlamento. «Ellos tienen que saber quién es este
personaje cuyas andanzas todavía hacen extremecer a los más veteranos»,
apuntan. Antes de acceder al cargo de presidente de Agavite, protagonizó
un incidente en abril de 2007 con su antecesor, al que acusó de
agredirle en una asamblea de la asociación.
Satisfecho con la actuación de Maixabel Lasa
Eloy Ruiz Cortadi fue una de las personas invitadas al acto que el
18 de mayo se celebró en el Kursaal donostiarra como «homenaje y
reconocimiento a las víctimas del terrorismo». «El Correo» publicó al
día siguiente una entrevista con el presidente de Agavite, en la que
éste se mostraba crítico con Lakua, pero donde, por contra, valoraba
«profundamente» el esfuerzo realizado por la Dirección de Atención a las
Víctimas, que comanda Maixabel Lasa.
En la entrevista se limitaban a explicar que Cortadi, «natural de
Sestao, tuvo que abandonar Euskadi con su familia en 1979 después de
sobrevivir a un ametrallamiento de ETA en Portugalete».
Agustín GOIKOETXEA
Tomado de inSurgente
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