CANARIAS-SEMANAL.ORG.- Uno de los mayores logros de los capitalistas
es el de hacer pasar sus intereses como los intereses de todos. Es
decir, defender sus privilegios de clase a través de un discurso
igualitario. Así, se imponen términos abstractos como "ciudadano" (Blesa y Alfon son ambos ciudadanos, ¡iguales!) Y, de igual modo, se convierten en los principales "defensores" de la libertad y la igualdad.
¿Cómo
no defender la libertad de comercio, si yo controlo el comercio? Su
libertad es la mía. ¿Cómo no defender la libertad de prensa si yo
controlo los medios de comunicación? Sus ideas son las mías. ¿Cómo no
defender las elecciones, si yo controlo a los políticos? Los partidos
atenderán a mis intereses. Un dominio total del Estado, sin aparecer en
las poltronas del poder político.
¡Pero
ahí está! Ahí está la gran banca, ahí están todos los plutócratas
capitalistas concentrados alrededor del trono del capital invisible.
Ahí está el anillo que los ata a todos alrededor de la Deuda, desde el
mayor trust mediático hasta la hipoteca más humilde. Ahí están los González y los Aznar, asalariados directos de las grandes corporaciones. Ahí está el sistema judicial, doblemente controlado por la política y los sobornos de los burgueses.
Y el Estado, convertido en un espectro de este anillo del capital financiero, se somete por completo a los invisibles señores de las acciones, del capital. Términos como "la banca" o "el sistema financiero" son
sólo máscaras, que convierten en espíritus a un grupo de personas
concretas, a unos oligarcas concretos, haciendo así imposible que los
trabajadores los identifiquen con el enemigo. Así, mostrando uno de los
ejemplos mejor definidos del fetichismo de la mercancía, la banca
aparece como una entidad intangible, como un Dios omnipresente y
terrible.
Pero
este sistema enorme está controlado por algunas personas que, tras el
manto de las acciones, se dedican a parasitar, a vivir del trabajo de
los demás, pues ellos no realizan ni siquiera un trabajo de supervisión
de su explotación. ¿Para qué está el consejo de administración?).
¿Y si
estos desaparecieran y la banca, ese Leviatán, y todo su poder estuviera
controlada por los trabajadores, por el pueblo? Nadie osaría
enfrentarse a ese monstruo. ¿Verdad?
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