La huelga de Telefónica–Movistar, nuevos tiempos, nuevos caminos de lucha. Comunicado de Solidaridad de Red Roja

"... Esta lucha tiene una importancia especial en el ciclo actual de movilizaciones ya que tienen un papel protagonista los sectores de clase obrera más precarizados, más explotados y más desprotegidos..."

 
Comunicado de Solidaridad de Red Roja. 1º de mayo de 2015
La huelga indefinida de los trabajadores y trabajadoras de Telefónica-Movistar contra las precarias condiciones del personal de instalación de Telefónica -Movistar y por la derogación del 'Contrato de Bucle' se enmarca un contexto laboral marcado por una doble escala salarial, caracterizada por un personal antiguo, afianzado, y con más derechos, que es sustituido por trabajadores y trabajadoras subcontratadas en condiciones de mayor explotación.

Esta lucha tiene una importancia especial en el ciclo actual de movilizaciones ya que tienen un papel protagonista los sectores de clase obrera más precarizados, más explotados y más desprotegidos.

Una situación de degradación socio-laboral que hace de cada centro de trabajo una suerte de 'reino de taifas' en la que los patrones poseen un poder casi feudal, como puede verse claramente en el ejemplo de la hostelería.

En este caso, la huelga indefinida se produce en la primera multinacional del Estado español y la empresa de telecomunicaciones más importante de Europa.

La privatización de Telefónica la inició el PSOE en 1995 y la culminó el Gobierno de Aznar en 1997, vendiendo el 20% que quedaba en manos públicas. Fue también el Gobierno de Felipe González quién vendió SINTEL a precios de saldo a la familia Mas Canosa, máximo exponente de la mafia cubana.

La mayor infamia fue la ocasión de uno de los episodios más emblemáticos de la lucha de la clase obrera: el Campamento de la Esperanza que los trabajadores y trabajadores de SINTEL de todo el Estado mantuvieron en pleno centro de Madrid durante 6 meses en defensa de sus salarios y sus puestos de trabajo. Sus gritos de “Telefónica asesina” y “Telefónica terrorista” eran una buena descripción de lo que estaba pasando y de lo que venía.

Sucesivos EREs han sido aceptados sin rechistar por CC.OO. y UGT . Y ello a cambio de participar en el plan de pensiones más importante del Estado y otras prebendas después de haberse cargado la Institución Telefónica de Pensiones (ITP) bajo la demagogia de que era de “privilegiados” .

Unos EREs que han servido para despedir a 60.000 de los 80.000 trabajadores, para destruir otros tantos puestos de trabajo de calidad y sustituirlos por una red de más 100 contratas y subcontratas que emplean en condiciones infames a más de 100.000 personas. A ellos se suma la categoría de explotación más drástica: los falsos autónomos. Trabajadoras y trabajadores a quienes se les niega incluso el contrato laboral, debiendo asumir la auto-explotación, el pago de la Seguridad Social y hasta de los instrumentos de trabajo.

Cuando estos EREs criminales han sido combatidos por luchas dirigidas por los sindicatos minoritarios, la represión en forma de despidos y otras sanciones se abatieron sobre sus dirigentes. Esta represión fue aplaudida y apoyada por las direcciones de CC.OO. y UGT, recurriendo incluso a montajes policiales.

El negocio ha sido redondo para la patronal. Se ha deshecho de una plantilla combativa y con derechos - escamoteando su responsabilidad patronal en subcontratas – para reemplazarla por decenas de miles de trabajadores precarios, fragmentados en multitud de empresas diferentes, sin derechos y, en teoría, incapaces de levantar una lucha unitaria y poderosa.

En teoría, porque la espléndida y ejemplar lucha del personal – muchos de ellos muy jóvenes - de todas las contratas y en la mayor parte del Estado – que ha sabido incorporar también a los falsos autónomos, ha pulverizado todos los obstáculos. Incluyendo la enésima traición de CC.OO. y UGT. Que no solamente no apoya la huelga sino que ha mandado miles de cartas afirmando que la misma es ilegal.

Una vez más el Comité de Huelga unitario, elegido por la asamblea y responsable ante ella, respaldado por sindicatos como AST, CoBas y CGT, el poder de la clase obrera y dirige ejemplarmente la lucha explicándola incansablemente a todo tipo de colectivos, asociaciones vecinales y usando a fondo todos los medios digitales como su blog Teleafónica

Esta huelga de las trabajadoras y los trabajadores de Telefónica-Movistar, como la de sus predecesores de SINTEL, como la de Panrico, Coca-Cola, la de los trabajadores del SAT, las luchas populares de Gamonal, Can Vies, Errekaleor y tantas otras van abriendo nuevos caminos de resistencia y de experiencia acumulada que son un patrimonio colectivo indispensable para prepararnos para los tiempos de confrontación que se avecinan.

La máxima solidaridad debe desplegarse con la huelga de las trabajadoras y trabajadores de Telefónica, incluyendo la económica, en su Caja de Resistencia. Ninguna lucha debe permanecer aislada. Los demás necesitamos su ejemplo y su experiencia. Ellas y ellos necesitan saber que en este momento tienen la responsabilidad y el orgullo de representar la dignidad, la combatividad y el heroísmo del conjunto de la clase obrera.

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1 de mayo: la huelga indefinida penetra los poros de la sociedad

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Cajas de resistencia


Álava:               ES38-3035-0061-90-0610063590

Alicante:           ES65 2100 4026 5522 0007 4445

Bizkaia:             ES95-3035-0150-09-1500034173

Cádiz:               ES67-2100-8540-82-0200091700

Catalunya:         ES40- 1491-0001-23-2130519024

Galicia:              ES76- 2080-0085-8430-4001-6800

Gipuzkoa:          ES09 3008 0251 5031 3672 1424

Huelva:              ES04-2100-7173-73-0100075570

Madrid y otros:    ES03-2038-1969-69-6000178200

Sevilla:               ES81-2100-7337-3102-0005-0792

Concepto: Comité de huelga técnicos Movistar


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EL EFECTO IGUAZÚ por klaudia_daniela
 
El bautizado como 'campamento de la esperanza', montado en pleno paseo de la Castellana por los trabajadores de Sintel es el escenario de este documental, que muestra la cara más fea de la privatización: el paro, la calle, la cruenta lucha entre los intereses de los trabajadores y los intereses de los capitalistas.

En vísperas de las elecciones de 1996, Cándido Velázquez, el entonces presidente de Telefónica, vende la filial Sintel al empresario cubano-estadounidense Jorge Mas Canosa por 4.900 millones de pesetas. Desde ese momento, la compañía comienza su caída. Cada vez más pérdidas y menos trabajo. A la vez, pero sin que se haga público, se produce una descapitalización de Sintel hacia paraísos fiscales. En 1999, estos empresarios deciden deshacerse de Sintel por 333 pesetas. La empresa se encontraba en suspensión de pagos, con sus trabajadores en huelga y enormes deudas.

En esta situación los trabajadores ya no tenían nada que perder, y un grupo de ellos decide instalarse, como protesta y de forma provisional, frente al Ministerio de Ciencia y Tecnología, en pleno Paseo de la Castellana. Lo que empieza como un simple acto de protesta, va creciendo y creciendo hasta convertirse en un enorme campamento construido con lo que la gente de esa rica zona de Madrid va desechando. Más de 1.500 trabajadores —a los que después se unieron sus familias— ocupando en torno a un kilómetro del Paseo de la Castellana y pidiendo algo tan simple, obvio y humano como un trabajo, su trabajo, el que les habían robado.

Pere Joan Ventura dirige este documental sobre un guión de la periodista Georgina Cisquella y del mismo director. Ventura consigue que nos convirtamos en uno más de los trabajadores de Sintel, que sintamos lo que sienten y que nos demos cuenta de que en cualquier momento puede pasarnos lo mismo que a ellos. Bajo la música de Manu Chao y del Reverendo se hilvana una historia triste, la lucha de un grupo de hombres, mujeres y niños, por un derecho fundamental: el trabajo.

Por Sergio Rodríguez Sánchez @ 01/09/2004 

Comentarios

  1. Compañeros: vuestra lucha es la nuestra, la de todos. Es necesaria, porque sin esa valentía y generosidad que ponéis día a día en esa huelga indefinida, nada se conseguiría porque sería claudicar
    !Ánimo"! tenéis nuestro apoyo

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