'ESPERANZA AGUIRRE O LA CÓLERA DE DIOS', por Luis Enrique Ibáñez

El siguiente texto está dedicado a todos los que hoy, con renovada dignidad, han salido a la calle a exigir 'pan, techo y trabajo para todos', sean de donde sean.

"De lo que se trata es, simplemente, de borrar la realidad, de no afear, con la miseria infinita, sus calles indecentes, sus "espacios verdes" que ella decía. Son ellos, los que se alían con los fondos buitres de inversión, esos que dejan a la gente sin casa, sin nada, los que se espantan de la fealdad de la pobreza, de la fealdad acusadora que portan los sin casa, los sin nada...

el problema de verdad, lo encontramos en todas esas personas anónimas que escuchan las palabras de la Cólera como si fueran palabras normales"


ESPERANZA AGUIRRE O LA CÓLERA DE DIOS

Tal vez sería necesario exigir algo de prudencia a los padres, a la hora de decidir el nombre que le van a poner a sus hijos. Porque un nombre es algo, en principio, para toda la vida, y eso es mucho, aunque para algunos no lo sea tanto y, además, su paso por aquí consista sólo en un paseo por la injusticia, el sufrimiento provocado y consentido, y la desesperanza más absoluta.

Creo que su nombre completo es Esperanza Aguirre o la Cólera de Dios (si no la han visto, háganlo ya, me refiero a la película).

Esta mujer, que supongo terminará beatificada, quiere restringir las manifestaciones en el centro de la ciudad, multar desde el Ayuntamiento a los autores de grafitis y prohibir que se duerma en la calle. Con respecto a esto último declaró, sin que pasara nada a su alrededor, sin que nadie se levantara y se largara despreciando sus salvajadas, declaró, digo, lo siguiente: "hay personas, generalmente de origen extranjero, y muchas veces perteneciendo a organizaciones, que duermen en la calle pero se las arreglan, no para sobrevivir, sino para vivir muy bien". Y concluyó que "éste es un fenómeno que hay que erradicar en Madrid"

"Personas, generalmente de origen extranjero". ¿Qué hay debajo de esa expresión? Como bien sabe cualquier aficionado a la gramática (haberlos, haylos) la función del complemento del nombre es determinar, concretar, especificar, seleccionar una parte significativa (para el que habla) del sustantivo con la intención de que el receptor no se pierda en la difusa (para algunos) generalidad del concepto.

En este caso, el CN "de origen extranjero" intenta decirnos que son personas sí, pero de una clase especial. De lo cual, podríamos concluir que, si hay distintas clases de personas, no todas las personas son iguales. Esto sería un análisis demasiado superficial. Si realmente pudiéramos penetrar el alma de Esperanza Aguirre o la Colera de Dios, la expresión original, la que de verdad ella quería decir sería: "Los extranjeros no son personas, personas. No son personas de verdad. Por tanto, no merecen ser objeto de nuestra atención". El inconsciente es lo que tiene, que muchas veces no podemos sujetarlo del todo, y es entonces cuando el Sujeto Real asoma la cabeza.

Dada la talla intelectual de Aguirre o la Cólera de Dios, no pretendemos que lea la poesía completa de John Donne, pero sí que durante un tiempo prudencial (tres años, por ejemplo) aplazara todas sus actividades solidarias, y se dedicara a reflexionar sobre aquellos versos del poeta inglés, extranjero, sí, "Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad".

Sin embargo, doña Esperanza Aguirre o la Cólera de Dios, no sólo se desnudó con ese "generalmente, de origen extranjero". Además, mintió. Cualquiera que se dé un paseo por Madrid, podrá comprobar que la mayoría de las personas expulsadas de la vida que habitan sus calles llevan apellidos españoles. Y también podrá comprobar que no pertenecen a ninguna mafia, "organizaciones", dice ella, sutil.

No pertenecen a ninguna mafia, no. Al contrario, son víctimas de las mafias que nos gobiernan, esas que sí constituyen el ser de Aguirre, ya saben, fondos de inversión, gurteles, bancos y demás.

Las autoridades europeas, muy inteligentes y civilizadas, están barajando la idea, para acabar con las tragedias de inmigrantes en nuestras costas, de ir a los lugares de origen y destruir los barcos. Tiene su lógica, ¿no? Si no pueden coger un barco, no se ahogarán. Morirán en su lugar de origen, pero sin molestarnos. Por eso, en su magnífico artículo, Leila Guerriero aventuraba que "quizás se empiece a pensar en medidas preventivas más eficaces, como bombardear las casas de potenciales inmigrantes o, incluso, impedir que nazcan: no hay mejor manera de evitar el horrendo espectáculo de la pobreza y la exclusión que impedir que pobres y excluidos vengan al mundo"

Aguirre o la Cólera de Dios va en la misma línea que las autoridades europeas con sus inercias asesinas, con su continuo mirar para otro lado, con su eterna hipocresía. Por ello, la Cólera afirma, refiriéndose a los sin techo, a los sin nada, que "éste es un fenómeno que hay que erradicar en Madrid".

De lo que se trata es, simplemente, de borrar la realidad, de no afear, con la miseria infinita, sus calles indecentes, sus "espacios verdes" que ella decía. Son ellos, los que se alían con los fondos buitres de inversión, esos que dejan a la gente sin casa, sin nada, los que se espantan de la fealdad de la pobreza, de la fealdad acusadora que portan los sin casa, los sin nada.

Quieren que sólo veamos su propia mismidad, que la presencia de la infame Otredad que ellos han creado se vaya escupida por los desagües de la vergüenza. La crueldad, la injusticia, la muerte consentida, existen, están ahí, pero lo importante no es acabar con ellas, sino evitar a toda costa su visibilidad. De esa manera, todos podremos seguir, vivos y muertos, contemplando eternamente esa mierda de "Retablo de las Maravillas" que nos siguen vendiendo. Basta con apartar la vista, y, si no podemos, apartarlos a ellos.

Si quiere seguir inspirándose, en su objetivo de acabar con los espejos, (Drácula tampoco los soportaba, le recordaban quién no era, a ella los espejos de la calle le recuerdan lo que es) debería leer, si tiene tiempo, las 'Sátiras Políticas', de Johnatan Swift, concretamente, aquella que lleva por título "Una modesta proposición: Para prevenir que los niños de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o el país, y para hacerlos útiles al público". La idea básica sería hacerlos desparecer, de las calles, y de la vida y, en su caso, convertirlos en comida para aliviar el hambre de las personas normales. Recordar a la Cólera que todos los textos de ese libro de Swift están basados en una figura retórica, y no tan retórica, llamada 'ironía', a ver si se lo va a tomar al pie de la letra, y cree que ha descubierto el Dorado, que ella es capaz, como su antepasado.

De todas formas, la clave no se halla en todo lo dicho hasta aquí. El significado real de lo que ella dice no tiene nada que ver con su persona. El problema, el problema de verdad, lo encontramos en todas esas personas anónimas que escuchan las palabras de la Cólera como si fueran palabras normales. Oyen decir que los mendigos, no sólo sobreviven, sino que viven muy bien, y se quedan tan panchos, seguros, recogidos en su vergonzante complicidad.

Todos ellos, todos los que no se escandalizan cuando llegan a sus oídos esas obscenas barbaridades, todos, son los verdaderos culpables.

Esperanza Aguirre o la Cólera de Dios declaró en una ocasión"la sangre Aguirre que corre por mis venas ha demostrado con creces ser una sangre valiente"

Cólera, Don Quijote, imagino que no lo has leído, afirmó "la sangre se hereda y la virtud se conquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre lo que la sangre no vale". Tú sólo posees sangre, no conoces el significado de la palabra virtud.

Aquí te dejo, cariño, un recuerdo otro antepasado tuyo, creo,
 


 por
 http://dueloliterae.blogspot.com.es/2015/05/esperanza-aguirre-o-la-colera-de-dios.html



"... se ha instalado una difusa subjetividad que tapa la visión, y le impide ver con claridad lo que está ocurriendo a su alrededor. Ha sido regresado a la caverna de Platón, ha sido condenado a seguir confundiendo las sombras con la realidad... prefiere seguir creyendo, que vive en un estado libre y soberano. Si saliera fuera sólo vería una miserable colonia sometida por poder financiero...

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