'QUÉ VERGÜENZA: UPyD, PSOE y PP INSTAN A VENEZUELA A RESPETAR LA DEMOCRACIA, EL ESTADO DE DERECHO Y LOS DERECHOS HUMANOS', por Luis Enrique Ibáñez

"Desde luego, no sólo hace falta tener una cara muy dura, también es necesario estar absolutamente convencidos de que la gran mayoría de los ciudadanos españoles somos subnormales...


no sólo pervierten el lenguaje, el significado de las palabras... además, se atreven a verbalizar, con aire solemne y lapidario, sentencias absurdas, sin sentido... mentiras gordas e indigestas, una pasta verbal que tragamos con el rostro pálido y el raciocinio perdido"
Rosa Díez, de UPyD, partido que ha presentado la proposición secundada por PP y PSOE



¡Oh, España, oh luna muerta sobre la piedra dura!

(F.García Lorca)


QUÉ VERGÜENZA: UPyD, PSOE y PP INSTAN A VENEZUELA A RESPETAR LA DEMOCRACIA, EL ESTADO DE DERECHO Y LOS DERECHOS HUMANOS

El Congreso de los Diputados ha aprobado por una amplísima mayoría una proposición no de ley de UPyD que insta al Gobierno de Venezuela a respetar los "principios universales de la democracia, el Estado de derecho y los Derechos Humanos" y condena el uso de la violencia en el país.



Desde luego, no sólo hace falta tener una cara muy dura, también es necesario estar absolutamente convencidos de que la gran mayoría de los ciudadanos españoles somos subnormales. Fíjense en los principios que estos tres partidos, lacayos, traidores, colaboracionistas interesados en la ocupación de España, en su pérdida de soberanía, cómplices del golpe de estado financiero que sufrimos, alentadores del desahucio de la Democracia, fíjense en los principios, digo, que exigen ellos, muy dignos y gallitos, al gobierno de Venezuela: Democracia, Estado de Derecho y Derechos Humanos. Ah, y condenan el uso de la violencia en Venezuela... aquí en España que nos den por saco.



Ni que decir tiene que, como en realidad los líderes de esos partidos (tan democráticos, tan participativos, tan pegados al suelo, a sus militantes, tan devotos de la democracia real, a pie de calle...) son unos míseros cobardes, obedientes indignos de sus amos, no se atreven a plantear las mismas exigencias a otros países como Estados Unidos, Arabia Saudí, Marruecos, Israel, y tantísimos otros.



Democracia, Estado de Derecho y Derechos Humanos... ¿cómo habitan estos tres principios fundamentales en nuestro país?



En España, la Democracia, como casi todo, está desahuciada. Lo que tenemos es un torpe simulacro, cada vez menos creíble. El nudo gordiano constituido por grandes entidades financieras y empresariales, medios de comunicación, y grandes partidos, frena en seco el posible recorrido de una democracia real. Si a esa estructura fundamental añadimos la Ley Electoral, la Ley de Financiación de Partidos (con el patético y maniatado Tribunal de Cuentas) y tantas otras cosas, hablar de Democracia aquí, en nuestro país, suena a chiste malo. Pero, además, hay que recordar (todavía es necesario, parece) que después del Pacto del Euro, y del acto del alta traición que supuso la nocturna y alevosa, y agostosa, Reforma de la Constitución (telefonazo de Bruxelas -y de otros sitios-, apretón de manos de Zapatero y Rajoy... y a otra cosa, mariposa... varias generaciones de españoles condenadas a la miseria, a la nueva vida en blanco y negro) España se ha convertido en una colonia  que no puede tomar grandes decisiones. Estas se toman en la metrópoli del Imperio Financiero, el FMI (Váyanse a la mierda, señores del FMI...), siempre apoyado por sus virreyes, BCE, Comisión Europea, y gobiernos lacayos... ¿y nosotros queremos dar lecciones de democracia?



¿De qué Democracia hablamos, orgullosos, en España?
En cuanto al concepto de Estado de Derecho, me parece a mí que aquí, en este nuestro amado país, tenemos muchos asuntos por los que callar, ¿no creen, adalides de las libertades y de la Democracia?

En este país, todos los ciudadanos no son iguales ante la Ley. Por ejemplo, gracias al culto Gallardón, el acceso a la Justicia ha quedado fatalmente diferenciado: fácil para los que tienen dinero, para los ricos, para los que realmente mandan, por un lado, y prácticamente imposible para los que no tienen dinero, para los pobres, para los parias, para los derrotados, para los esclavos, para la gran mayoría, por otro. 

Y, además, cuando estos indeseables promulgan estas leyes demoníacas, se justifican con una lógica tipo "me he tomado diez vasos de Cardhu... así que puedo decir lo que me dé la gana. Por ejemplo, que vamos a privatizar la Sanidad para garantizar una Sanidad Pública, o que vamos a cobrar tasas judiciales para garantizar que todo el mundo tenga acceso de la Justicia, tanto los que tienen mucho dinero, como los que no tienen un puto euro, como los desahuciados, por ejemplo, esas personas caprichosas a las que les va a sobrar el dinero para recurrir la pérdida de su vivienda". Han llegado a un punto de descaro,  en el cual no sólo pervierten el lenguaje, el significado de las palabras, creando una malévola neolengua que todo lo prostituye, sino que, además, se atreven a verbalizar, con aire solemne y lapidario, sentencias absurdas, sin sentido... mentiras gordas e indigestas, una pasta verbal que tragamos con el rostro pálido y el raciocinio perdido.

Y si encima los jueces españoles asumen (¿lo harán?) uno de los últimos mandamientos sagrados del oráculo, del FMI, ese que pide a la justicia española una especie de manga ancha con los despidos ejecutados por las empresas, para que la reforma laboral coseche los frutos deseados, entonces ya el verbo "vomitar" pasará a ser sinónimo de la expresión "Estado de Derecho" (El FMI pide a los jueces 'manga ancha' con los despidos y a Rajoy que no prorrogue los convenios).

Un Estado de Derecho en el que los gobiernos indultan a banqueros algo más que sospechosos (El Gobierno indulta a Alfredo Sáenz y le permite seguir en el Santander), mientras niegan el indulto a gente de a pie, a personas que después de haber cometido algún delito menor hace muchos, muchos años, han conseguido, a base de esfuerzo personal, rehacer su vida, convertirse en ciudadanos útiles, comprometidos y solidarios, como, por ejemplo, David Reboredo ("Este gobierno ha indultado... entre otros a políticos corruptos, a malversadores, a prevaricadores, a cuatro mossos condenados en firme por tortura... y ha negado por dos veces el indulto a David Reboredo"). 

¿Estado de qué?
Un Estado de Derecho en el que no hay manera de tocar un pelo a un banquero, por más que parezcan evidentes sus prácticas y estrategias endiabladas, diseñadas para estafar. Un Estado de Derecho en el que es más fácil quitar a un juez comprometido de un caso escandaloso que llegar al fondo del escándalo, al fondo del delito. Ahí está un tal Blesa riéndose de tantos ancianos españoles.

Un Estado de Derecho en el que podríamos desintegrarnos en una décima de segundo, si nos atreviéramos a decir que la Infanta Cristina está recibiendo el mismo trato que recibiría cualquier ciudadano anónimo de este país... aunque, es cierto, existen personas que creen en esa infame burla, y no les pasa nada.

Un Estado de Derecho en el que a los grandes defraudadores fiscales, grandes empresas y entidades financieras, se les pone alfombra roja para besarles los pies, mientras se ahoga fiscalmente a los trabajadores pequeñitos y controlados de este pueblo vejado, callado y abatido.

Un Estado de Derecho en el que la próxima Ley de Seguridad Ciudadana, amable ella, nos regalará años de juventud a todos los españolitos protestoncillos y tercos, devolviéndonos, con júbilo y devoción, a aquellos maravillosos años... qué buenas carreras por las calles.

En fin, un enorme Estado de Derecho que nosotros, el pueblo escogido para difundir el evangelio de la Democracia pura, real, podemos exportar para llevar la felicidad a todos los pueblos del planeta Tierra, incluso al de esa desagradecida y díscola Venezuela.

En cuanto a los Derechos Humanos, de los 30 que aparecen en la Declaración Universal, hoy dejamos reseñados unos cuantos, asociados a imágenes musculosas que nos ayudan a comprender, sin palabras, la importancia de la Marca España.

Otro día, cuando las arcadas dejen de abofetear nuestro pensamiento, completaremos la lista con los derechos humanos restantes y su buen vivir en en estos lares.

ALGUNOS DERECHOS HUMANOS


ARTÍCULO 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.


ARTÍCULO 2
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.


ARTÍCULO 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.


ARTÍCULO 4
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.


ARTÍCULO 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes



ARTÍCULO 6
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.


ARTÍCULO 7
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.


ARTÍCULO 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.


ARTÍCULO 9
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado



ARTÍCULO 13
  1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
  2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.


ARTÍCULO 14 En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.



ARTÍCULO 20

  • Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
  • Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.





  • "...Pero si las leyes atropellas,

    si para ti los méritos han sido

    culpas, adiós, ingrata patria mía."

    (L. Fernández de Moratín)

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