El domingo 23 de Marzo
tuvo lugar una operación de comandos dirigida contra los cerebros de los
coches bomba enviados al Líbano. Ahmad Ali Hamra, Farid Mohammad Jeir
Yumaa y Hussam Massud Hammud, así como cuatro de sus asistentes murieron
en la explosión de la vivienda en la que se encontraban.
Hezbolá ha ejecutado a
siete criminales que, obedeciendo órdenes del "civilizado" Occidente
imperialista, colocaron varios coches-bomba en el Líbano. Alá es Grande y
Nasralá antiimperialista.
Citando a fuentes de
seguridad libanesas, el periódico Al Akhbar aseguró que fue Hezbolá el
que planificó y llevó a cabo la operación, en coordinación con el
Ejército sirio. Ésta fue su represalia prometida contra los atentados
con coche bomba que han causado la muerte a decenas de libaneses en
diferentes ciudades en estos últimos meses.
El autor del artículo,
Mazen Kanso, recordó, en este sentido, las advertencias del número uno
de la resistencia, Sayyed Hassan Nasralá, realizadas el 16 de agosto de
2013 y que iban dirigidas contra los planificadores de los atentados
suicidas contra las diferentes regiones libanesas.
“Nosotros conocemos
vuestros nombres. Que nadie suponga que puede abrir una batalla y
ponerle fin al mismo tiempo. Somos nosotros que vamos a decidir el
momento de su fin”.
La caída de Yarmuk y la
derrota de los militantes permitió no sólo descubrir los lugares donde
los explosivos eran ocultados y donde se preparaban los coches bomba
sino también el lugar donde se hallaban los principales cerebros
encargados de esta última tarea, concretamente en una zona llamada Hoch
al Arab, situada entre Rankús, Maalula y Assal al Wared. Allí, se
alojaban en una casa de dos pisos rodeada de un jardín y varios
edificios.
Esta vivienda fue
sometida a un trabajo de vigilancia minucioso que dejó ver que era
imposible capturar a dichos militantes por diversos motivos.
Decisión de proceder a la liquidación
Fue entonces que fue
tomada la decisión de liquidarles, aunque esta operación tenía riesgos
importantes. Fue decidida la colocación en el edificio de explosivos
apropiados que no levantaran sospechas.
Una unidad especial fue
enviada al lugar con tal fin. Además de los especialistas encargados de
colocar los explosivos, ella también incluía expertos en vigilancia y
comunicación además de algunos encargados de asegurar la entrada y la
salida del área.
La operación fue
acordada para el día 23 de Marzo. Después de la caída del sol, la unidad
especializada se dirigió hacia la casa. Durante la marcha aparecieron
en el camino algunos militantes que acudían a la localidad a reponerse
de los combates y esto hizo temer un enfrentamiento que diera al traste
con la operación, pero ellos no tardaron en alejarse al no descubrir a
la unidad.
Colocación de los explosivos
Lo siguiente pasó muy
rápido. En un minuto, los miembros de la unidad especial franquearon el
muro e instalaron los explosivos en los lugares propicios: el jardín,
las esquinas de los muros, en la entrada principal y en la parte de
atrás. Una vez los explosivos camuflados quedaron instalados, la mayor
parte de miembros de la unidad especial se alejaron varios centenares de
metros. Sólo quedaron en las inmediacioines, los combatientes
encargados de verificar cuando los objetivos de la operación volvían a
la vivienda.
El domingo por la mañana, los tres cerebros de los coches bomba regresaron a la casa, uno tras otro.
Cuando estaban reunidos
allí los explosivos fueron detonados. La explosión fue mucho más
poderosa de lo que se había pensado porque en la vivienda había otros
explosivos en gran cantidad. La casa fue totalmente destruida y los
cadáveres quedaron enterrados entre los escombros. A pesar de la llegada
de un gran número de militantes, los miembros de la unidad resultaron
indemnes y regresaron a su base, sin la ayuda de otras unidades que
habían sido movilizadas para prestarles apoyo en su retirada.
“Esto me recordó las
operaciones que realizábamos contra el enemigo israelí y sus
colaboradores en el Sur del Líbano”, dijo Abu Turab, uno de los miembros
de la unidad.
“No se trata de
venganza. Yo quería sólo alcanzar a aquellos que estaban implicados en
actos terroristas. Yo les vi llegar uno tras otro a la casa donde ellos
fabricaban los vehículos que sembraban la muerte entre nuestros hijos.
Yo me aseguré personalmente que no hubiera ningún civil fortuito en el
lugar”, señaló.
Al Manar
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