LA DUDA RAZONABLE DE PASCUAL SERRANO. Carlos Tena


LA HUMILDAD ES UNA VIRTUD TAN EFÍMERA QUE, TAN SÓLO AL DECIR QUE LA POSEES, SE ESFUMA” (Micky Bane) 

Pascual Serrano, uno de los periodistas más perspicaces e inteligentes, honestos y progresistas que he tenido el placer de conocer, escribe en su artículo “El déjà vu sirio” lo siguiente: “Para empezar, debemos aclarar [ignoro la razón de la utilización del verbo en primera persona del plural] que tenemos la humildad de reconocer que, aunque parece indiscutible que hubo una masacre por armas químicas, no sabemos quiénes fueron los responsables”. 

Por un lado, el corajudo escritor declara que la matanza pudiera ser innegable, aunque por el otro confiesa, humildemente, que la duda corroe su alma. 

A estas alturas de la película, Pascual no sospecha de ninguno de los dos bandos (Occidente y terroristas versus Gobierno sirio) y recela de ambas posibilidades. 

¿Quién habrá sido capaz de esa bestialidad, viendo pruebas fehacientes de cómo se manipularon, no solo los ataques químicos, sino todas y cada una de las supuestas crónicas de los medios de comunicación, cuyas manipulaciones ha denunciado mil veces el connotado periodista?.

Me pregunto el por qué los expertos de la ONU se negaron a investigar en los lugares pactados previamente con el ejecutivo sirio.
Pero, como Pascual, dudo. Vacilo ante la supuesta honestidad de unas personas que incumplen las claúsulas que aceptaron antes y durante su llegada a Damasco. 

Como Serrano, pongo en tela de juicio algunos aspectos de esa larga crisis que ha costado miles de vidas. 

Como el insigne autor de esos libros en los que denuncia el manejo descarado de la información en los medios hegemónicos, también vacilo, pero no en cuanto a la autoría de las muchas masacres habidas en Siria, sino en lo que se refiere a la imparcialidad y objetividad de Ban Ki Moon y sus funcionarios. 

Baste recordar que aquellos inspectores que desmintieron las “verdades (mentiras) oficiales” sobre las armas de destrucción masiva en Irak, como Scott Ritter o Hans Blix, fueron ninguneados y destituidos por presiones del Pentágono y la OTAN (Donald Rumsfeld y Javier Solana) para lanzar una invasión tan brutal como desmedida, mientras Occidente y sus aliados seguían asegurando que aquel país, hoy asolado de norte a sur y este a oeste, poseía fábricas subterráneas para la producción de armas prohibidas. 

Parece indiscutible, sin embargo, que estos antecedentes no sirven de ayuda a la hora de resolver la duda “razonable” de Pascual Serrano. 

Ni tampoco la violación flagrante de la resolución nº 1973, que autorizaba a utilizar un pasillo aéreo para defender al pueblo libio de unos supuestos ataques del ejército de Gadaffi, que la OTAN sí descargó sobre miles de inocentes, incluyendo artefactos químicos. 

Supongo que Pascual considera indiscutible que mataron a John Kennedy, a su hermano Joseph, a John Lennon, a Luther King y que dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas, causando la muerte de casi tres mil personas. 

Pero estoy casi seguro de que mi admirado colega albergará en su interior unas cuantas dudas razonables, similares a la que hoy le impide (o les impiden) situarse en un lado del conflicto. 

Yo también dudo si fue sólo Lee Oswald quien se cargó al presidente, o que Mark David Chapman descerrajara cinco balazos sobre John Lennon porque sí, o que James Earl Ray fuera el único y verdadero asesino de Luther. O que los pilotos de los aviones estrellados en el World Trade Center hubieran sido entrenados en EE.UU. Mmmmm… las dudas me atenazan. 

Muchas incógnitas, Pascual… aunque debemos estar tranquilos. En 2023 ó 2033, cuando se conozca la verdad, ya no habrá remedio y tú (yo seré ya un puñado de cenizas), seguirás dudando sobre mil asuntos más. 

Pero también confío en que continuarás fustigando con toda razón a esos medios, que se convirtieron hace decenios en portavoces de una línea política basada en la utilización del terrorismo como arma de destrucción masiva. 

Espero que en ese terreno no te atrape la Bruja Incertidumbre, prima hermana de la Bruja Avería. 

Me despido, no sin antes mandarte un abrazo tan grande como nuestras interrogantes. Ya lo dijo Oscar Wilde: “Creer es muy aburrido. La duda es apasionante”.
 

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