Son ejemplo de coraje.
El sindicato andaluz de trabajadores avergüenza a la
izquierda titubeante, a esos zurdos castizos, correctos, mansos, eruditos de
Marx, de Lenin, del Che.Los avergüenzan porque ellos sí son conciencia y emancipación y rebeldía.
Saben que se la juegan cada segundo, que están en la mira del sistema, que son el puño hambriento que golpea sobre la mesa.
Quieren tierra para trabajarla, eso es todo.
Es sencillo, reclaman su derecho a pan sin mendigarlo.
Tienen una dignidad a prueba de persecución y menosprecios mediáticos.
El día 18 de junio ocuparán una finca en Sevilla, una más, otra más.
La verdad está de su lado dispuesta a no rendirse, a no claudicar, a no defraudar a los que la abanderan.
Su lucha es grande, enorme, casi delirante pero también es una pelea que no cesará mientras haya tanta tierra baldía como miseria repartida
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