Iroel Sánchez.
Hace rato no escribía sobre el diario español El País pero
parece ser algo difícil de evitar. Ayer comenzaron los servicios de
acceso comercial a Internet desde 118 salas de navegación en Cuba y el
cotidiano de Madrid ha querido explicárselo a sus lectores. Y nada mejor para contarlo de primera mano que encargar un reportaje a alguien que no está en la Isla sino en Miami.
Para saber qué pasa en Cuba con Internet, Maye Primera, corresponsal de El País en Miami, llamó a un tal Constantin por “el mismo teléfono celular que aún
utiliza para navegar a ciegas en Internet porque el dinero no le
alcanza para visitar alguno de los 118 centros públicos de conexión a
Internet que este martes ha inaugurado el Gobierno de Raúl Castro en
toda la isla, y por pura precaución”. Aguda entevistadora que no se le
ocurre preguntarle a este señor que si casi no tiene para comer cómo
puede pagarse un móvil que permite navegación por Internet si además en una entrevista de
un viceministro cubano de la que ella misma cita tres palabras -por
tanto debe haberla leído- se afirma que la navegación desde celulares
sólo estará disponible en la Isla próximamente.
“Navegar a ciegas” es un término que la señora Primera toma del “tuitear a ciegas” fabricado por la inefable Yoani Sánchez,
también citada en su artículo y a quien, al parecer, ella le toma
desde Miami la plaza de corresponsal en Cuba. “A ciegas”, quiere decir
con capacidad de pagar los altos precios del servicio de Internet en
los hoteles cubanos que Sánchez frecuenta -más altos que los de la salas
de navegación que abren ahora en la Isla-, o desde un “teléfono
celular” como el de Constantin con un acceso a la Red que no tienen los
cubanos que no trabajen para el “cambio de régimen” que paga EE.UU.; así
tuitea cientos de mensajes a la semana -al precio de un dólar cada uno-
y actualiza su blog alojado casualmente en El País y otro en un servidor de Alemania.
Pero, y ahora viene lo mejor, la periodista que escribe desde Miami
para el diario madrileño necesita equilibrar tanta navegación a ciegas y
para ello me cita a mi, uno de los cientos de miles de profesionales
cubanos que accede a Internet a través de los servicios de conectividad
social e institucional que existen en la Isla y utiliza una entrevista que me hiciera el periódico Juventud Rebelde para poner en mi boca una palabra que yo no dije: “imperio” y que usa como parte de su titular.
Afirma Maye Primera que yo posteo “hasta tres veces por día” y es
cierto, a veces cedo mi espacio a amigos que privados de “navegar a
ciegas”, como Sánchez y Constantín, me envían sus textos para publicar
en mi blog. Hoy pensaba no escribir y dejarle La pupila insomne a los posts de Pedro Pablo Gómez y Esteban Morales pero gracias a ella me he decidido a llegar a tres y estar a la altura de sus expectativas.
Dice El País que yo -”bloguero pro-castrista”, según escribe
Maye Primera- comparto “la tesis del Gobierno de los hermanos Castro,
que atribuye limitaciones de conectividad de la isla al embargo
económico que mantiene Estados Unidos en su contra desde la década de
los sesenta del siglo XX y que blogueros como Yoani Sánchez o como Henry
Constantin son financiados por “el imperio”.”
Si los “hermanos Castro” son Fidel y Raúl, no conozco sus tesis sobre
este tema pero me sorprende que una corresponsal del “periódico global
en español” en Estados Unidos ignore que ese país negó el acceso de Cuba
al entramado de cables submarinos que pasan cerca de nuestras costas y
que multa a las empresas que intentan vender tecnología a la Isla, como sucedió el
pasado año con la sueca Ericsson. Viviendo en Miami, asombra aún más
que Maye Primera no sepa de primera mano que es allí donde se reparte
el presupuesto multimillonario que
Washington destina cada año al trabajo de personas como Constantín y
Sánchez, por lo que podría llamarlos con toda propiedad blogueros
pro-norteamericanos, o mejor aún pro-bushistas porque su origen está en
el “Plan para una Cuba libre” que lanzó George W. Bush para el “cambio
de régimen” en Cuba y Obama mantiene vigente. Yoani Sánchez, por cierto,
es el colaborador de una embajada norteamericana más citado en los
cables de Wikileaks, algo que El País no
quiso saber cuando tuvo acceso a los documentos del Departamento de
Estado norteamericano filtrados por la organización que lidera Julian Assange.
Todo eso está disponible en Internet pero parece que la señora Primera
se ha contagiado con la costumbre de sus amigos en Cuba y también gusta
de “navegar a ciegas” y repetir “las tesis del gobierno norteamericano”
sobre la Isla.
Tomado de inSurgente
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