Sara Rosenberg
En la larga historia de los golpes y las guerras fraguadas por los Estados Unidos hay varias constantes. La mentira y la criminalización implacable del gobierno que no se postra y obedece a sus mandatos, es una. Y hay otra muy importante: atacar la economía básica del pueblo, bloquear, desabastecer , sabotear los sistemas energéticos (electricidad, gas, petróleo), cortar las comunicaciones y la información, atacar hospitales y centros de salud, escuelas y universidades, para crear el caos y bloquear toda posibilidad de vivir. El caos que beneficia sólo a los señores de la muerte y de la guerra. Siembran el caos, siembran la muerte, siembran la destrucción. Ese es su negocio y esa es su política. No en vano la locomotora de la economía estadounidense es la industria armamentística y guerrera...
Decía el psicoanalista y filósofo Erich Fromm: “No hay distinción más fundamental entre los hombres, psicológica y moralmente, que la que existe entre los que aman la muerte y los que aman la vida, entre los necrófilos y los biófilos”.
Y lo que ahora está haciendo la derecha venezolana dirigida por violentos necrófilos es cumplir el guión del imperio necrófilo que los sostiene, los envalentona y los dirige: Atacan todo aquello que es un derecho popular:
Atacan viviendas populares construidas por y para el pueblo. Misión Vivienda
Atacan consultorios médicos del pueblo. Misión salud
Atacan a médicos cubanos internacionalistas que protegen la salud de más del 85% de la población venezolana.
Atacan a ciudadanos que piden paz, y ya hay ocho asesinados.
Atacan sedes de partidos democráticos, mientras hablan de democracia.
Atacan a barrios donde viven trabajadores, mujeres, niños y hombres.
Atacan los centros de distribución de alimentos,. Mercal.
Atacan expresiones culturales populares en la calle, murales, carteles y pinturas
Atacan emisoras de televisión públicas y amenazan a sus trabajadores.
Atacan a funcionarios del estado en sus casas.
Atacan a periodistas que cumplen con su trabajo informativo y con la verdad.
Atacan todo aquello que es importante para la vida de la gente trabajadora que quiere vivir en paz y con justicia.
Y como en el viejo fascismo, para atacar utilizan a los sectores más desclasados: al lumpen, a la clase media que se cree que así será algún día burguesía, o que se cree que es burguesía, al niño bien consumidor de moda, motos y cocaína, al violento necrófilo que no es capaz de sentir al otro como un ser humano, como un igual. Y toda esa masa necrófila y frustrada camina sin pausa hacia su propia sepultura, como en las películas de zombies que el imperio tanto ha popularizado y que tal vez sea el espejo más claro para verse su propia cara en franca descomposición.
Pero ni antes ni ahora la muerte podrá vencer a la vida, por eso ahora más que nunca es necesario defender las conquistas de la revolución bolivariana, atacadas por la crueldad y la ignorancia de los zombies imperiales. Atacan el amor, la paz, la alegría, la justicia y la igualdad porque sólo desean seguir haciendo negocios con la muerte, para la muerte y para sus podridos bolsillos llenos de muerte.
Pero los biófilos somos hoy una enorme y luminosa América Latina en pie de lucha que resiste y resistirá. Una América Latina unida, un pueblo con memoria y que ha aprendido mucho a lo largo de todo el siglo XX. Desde el golpe en Guatemala en 1954 contra Arbenz hasta ahora, la unidad latinoamericana se ha reforzado y ha crecido. Unasur, Celac, Alba, Mercosur, son ya la unidad latinoamericana antiimperialista en marcha.
O sea que alerta zombies necrófilos, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina. Viviremos y Venceremos.
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