El Socialismo Feminista: Las Pioneras Alemanas- María Carmen Arce Juan
dic 14th, 2012 | By Boltxe kolektiboa
Fue en Alemania donde se elaboraron doctrinas básicas
para la actitud del socialismo hacia la mujer. De Marx y Engels, pero
sobre todo de August Bebel, procede una corriente de análisis de la
institución de la familia y del papel de las mujeres en la sociedad que
nutrirá el pensamiento de los partidos socialistas, tendrá particular
influencia en tierras germánicas y caracterizará el feminismo
socialista a escala internacional.
Las primeras agrupaciones
Surgieron alrededor del liberalismo radical que tuvo su explosión
en los sucesos revolucionarios en 1848 y no fue hasta 1865, en vísperas
de la unificación, cuando Louise Otto-Peters, de pasado radical, fundó
la Asociación General de Mujeres Alemanas. Preocupadas por cuestiones
educativas, caritativas y económicas, elevó una petición al Reichstag
sobre el derecho de la propiedad de la mujer casada, la mayoría de edad
legal de la mujer y los derechos sobre los hijos, pero su carácter
moderado le impidió reivindicaciones más osadas y la alejó del
movimiento internacional así como de las socialistas del Partido
Socialdemócrata (SPD).
Doctrinas básicas
Al tema de la emancipación de la mujer habían hecho alguna
referencia Marx y Engels en el Manifiesto Comunista (1848), el propio
Marx en El Capital (1867), y Engels en El origen de la familia, la
propiedad privada y el Estado (1884), pero fue August Bebel
(1840.1913), líder del SPD por más de tres décadas, el pensador clave
para el feminismo socialista.
En LaMujer y el Socialismo (1879), August Bebel, influido por Marx, y
sobre todo, por Fourier, estudia la opresión de la mujer por el
capitalismo, considerando que la influencia del dinero en las relaciones
sociales hace del matrimonio burgués una comedia sin amor y del
matrimonio proletario algo miserable, provoca el aumento de la
prostitución y hunde a innumerables mujeres obraras en las horrorosas
condiciones de trabajo fabril.
Propone dos soluciones: La primera es la lucha por la igualdad de
derechos, el sufragio femenino, la igualdad ante el derecho penal y
civil, ante la educación, y una protección legal adecuada contra la
explotación y las condiciones de trabajo.
La segunda, es la revolución socialista, que llegará a una sociedad
donde todo el mundo elegirá libremente su trabajo y sus relaciones
sociales y sexuales, donde las mujeres tendrán abierto el camino hacia
todas las ocupaciones: artes, gobierno, administración, profesiones
liberales…, y donde la maternidad y la crianza de los hijos gozarán de
pleno apoyo del Estado.
Destaca su análisis de las dificultades de la existencia de la mujer
proletaria y de las reformas necesarias para aliviarla. Cree que una
legislación que impida los abusos más flagrantes puede fomentar el
trabajo de la mujer fuera del hogar con un doble beneficio: aumento de
los ingresos de familia proletaria y politización de la mujer, que a
veces no entiende las actividades políticas o sindicales de su
compañero.
Sus teorías acerca de las posibilidades del trabajo de la mujer
tuvieron gran influencia en el enfoque socialista de los problemas del
feminismo.
Todo ello podría resumirse en la conveniencia de movilizarlas en
sindicatos y asociaciones políticas para luchar por la igualdad salarial
de los dos sexos, al tiempo que por las reivindicaciones de derechos
legales, políticos y educativos.
Esta fue la orientación del SPD y la que adoptó la II Internacional desde su fundación en 1889 hasta la I Guerra Mundial.
Clara Zetkin
Un nuevo empujón al socialismo feminista significó la aportación de
Clara Zetkin (1854-1933), directora de Die Gliechheit (igualdad).
Subrayó que la lucha de las mujeres obreras por su emancipación era
parte integrante de la lucha del proletariado, insistió en la imposible
comunidad de acción entre burguesas y proletarias, y organizó la
estructura del movimiento de mujeres del SPD, con una conferencia bienal
paralela al Congreso del partido desde 1900.
Su progresiva radicalización y la legalización de que las mujeres
pudieran afiliarse a partidos políticos en Alemania en 1908 posibilitó
su recambio por Luise Zietz (1865-1922), bajo cuyo liderazgo el
movimiento de mujeres del SPD alcanzó las 175.00 afiliadas en 1914.
En 1895, el SPD presentó una moción al Reichstag a favor del sufragio
femenino y, desde esa fecha, inició la batalla en demanda de la
igualdad de la mujer en la enseñanza, de mayor protección para las
trabajadoras y de la equiparación de salarios. Solicitó la implantación
de un sistema de guarderías para los hijos de madres trabajadoras y
criticó las leyes alemanas del aborto.
A finales de siglo, además tras el alejamiento de Bismarck del poder,
en Alemania se produce una floración de asociaciones de todo tipo, se
reorientan las corrientes del liberalismo político y, en estas
condiciones, se produce también un cambio de rumbo en el movimiento
feminista de carácter burgués.
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