Extremadura: se levanta

Extremadura: se levanta

(Un artículo del profesor Manuel F. Trillo).-  
Menudo revuelo se ha levantado con la decisión de la Izquierda Extremeña (la que está integrada en IU, porque hay más izquierda que actúa en calles, barrios y pueblos y espera la unión necesaria con la que hasta ahora parecía arrodillada ante el PSOE, ante el sistema). Hemos visto al procónsul Cayo Lara, y los centuriones Willy Meyer y Reneses, acudir prestos a meter en cintura a los miembros de IU EX. Poco menos que no se creían que existiera la Lusitania, y hete aquí que se levantan contra el centralismo borbónico de estos sujetos que fueron a amenazar, pues los métodos de Meyer los conocemos en Andalucía desde que ejercía ese mismo cargo detrás de Rejón.
Al margen el escaso aprecio que tengo hacia la burocracia política, veamos qué significa este levantamiento contra los centralistas que “todo lo entienden y todo lo definen”. No cabe mayor gloria a los extremeños que expulsar del poder a una derecha, y mayor gloria les cabrá cuando expulsen a todas las derechas. El Pacto PP-PSOE se ha dado en muchos lugares, en Asturias –han otorgado la Presidencia del Parlamento a un “pepero”-, en Euskadi han otorgado la lehendakaritza a uno del PSOE, y en Extremadura llegarán a un pacto similar el PP y el PSOE. No cabe decir que los extremeños de izquierda “dan el apoyo a la derecha”, eso es sencillamente una mentira. La derecha caciquil de Ibarra y de Vara, o la derecha de Monago y los caciques del PP se distinguen solamente en la chapa que llevan en la solapa. No en las políticas que llevan a cabo. Tal es así que ante los 12 puntos de Iu-EX ambos partidos estaban de acuerdo, incluso estaban dispuestos a restablecer el Impuesto de Patrimonio. Todo por la patria, perdón, todo por la poltrona.

Me ha llamado singularmente la atención de un señor, Julio Anguita González, quien se permitió el lujo de abrir su boca para decirle a la izquierda extremeña que votaran al PSOE, eso sí, “después se discutiría ley a ley” (sic). Pero eso es lo que se lleva haciendo desde 1978, y así le lució el pelo a Carrillo, y luego al propio Anguita cuando era el mandamás del PCE y de IU en los años 90. Anguita además está desautorizado para toda crítica política después del “pacto del Té” con Aznar. Capaz de pactar con el falangista, ahora resulta que pide se vote al PSOE caciquil extremeño. A eso se le llama tener cintura política. No más palabras, un gurú es un gurú.....
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