En este número de Pim Pam Pum nos
planteamos la necesidad de hacer resurgir la identidad de barrio que nos
caracteriza, una identidad luchadora y combativa, para poder
organizarnos y hacer frente a la que se nos viene encima.
Ante la persistencia de la crisis y la
creciente movilización observamos como el sistema político se degrada
adquiriendo unos rasgos cada vez más fascistas en un escenario donde la
brecha entre ricos y pobres aumenta y las agresiones de los burgueses
contra los obreros y los pueblos son más duras. Las agresiones hacia las
y los trabajadores, el robo de los corruptelas y la represión contra el
pueblo se hará con una mayor impunidad a medida que nos sigamos
contemplando todo esto con total pasividad y sin cuestionarnos nuestro
deber de organizarnos para hacerles frente.
También debemos darnos cuenta de esas
falsas ilusiones ciudadanistas que creen en la legalidad democrática y
en la posibilidad de un cambio dentro de ésta. Los de arriba hacen y
deshacen la ley a su antojo, incumpliéndola sin ningún castigo, fueron
ellos los primeros dejaron de respetar la Constitución desde el momento
que la crearon...
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