Entre las muchas opciones para las elecciones europeas está la de no
votar. Abstenerse es una opción que a veces es muy criticada, sobre todo
por los políticos. Pero al final, es comprensible que muchas personas
no se sientan identificadas con ninguno de los partidos o que piensen
que da exactamente igual votar o no.
Hace unos días el sindicato
CGT nos envió información sobre su campaña a favor de la abstención
activa. Se trataba de una campaña para que la gente no votase, pero
también para que empezara a hacer muchas otras cosas. Nos pareció
interesante, así que decidimos contactar con Irene de la Cuerda del
sindicato para que nos contara más cosas sobre esta campaña.
VICE: ¿Por qué habéis decidido hacer una campaña a favor de la abstención?
Irene
de la Cuerda: Nosotros somos un sindicato anarco sindicalista, no
creemos en la democracia pseudoparticipativa que tenemos ahora.
Normalmente no hacemos campaña por la abstención pero creemos que esta
vez es diferente. Las elecciones son al Parlamento Europeo y nosotros
estamos especialmente en contra de esta institución.
¿Por qué?
Creemos
que la Unión Europea es un montaje hecho desde las élites que detentan
el poder económico y un instrumento del poder de las grandes empresas
multinacionales. El Parlamento Europeo es solo una fachada, porque tiene
muy poca capacidad de maniobra. Las decisiones no se toman en el
Parlamento europeo, sino que se toman en la Troika, en el Consejo, en
el Banco Central y en la Comisión.
Nosotros consideramos que esta
no es la Europa que nosotros queremos y que esto es una farsa porque los
diputados que salen no tienen la capacidad de incidir realmente en las
grandes decisiones. Por ejemplo, no sé si habéis oído hablar sobre el
Tratado Transatlántico para el Comercio y la Inversión el TTIP (por sus
siglas en inglés).
No, ¿de qué se trata?
Es
un tratado que se está negociando en secreto entre EE.UU. y la UE desde
hace dos años. Este documento es la madre de todos los tratados de
libre comercio. Si eso se firma, supondrá que las empresas
multinacionales tendrán poder por encima de los estados. Hay una
cláusula en el tratado, la que prevé las discrepancias entre estados y
empresas, que significa que si el gobierno de un estado promulga una ley
y si una empresa multinacional ve perjudicados sus intereses por esa
ley, puede demandar a ese estado y le puede pedir indemnizaciones por
perjuicio y lucro cesante, o sea, por lo que ellos dejan de ganar a
consecuencia del cambio legal. Eso irá a un Tribunal europeo compuesto
por 3 abogados privados que serán quienes decidirán.
Es
reamente increíble. A veces da la impresión de que todas las cosas
realmente importantes pasan desapercibidas para la opinión pública.
Nosotros
creemos que la gente no es consciente de lo que significa la UE tal y
como está montada. La asociación de empresarios europeos y los lobbies
americanos tiene todos oficinas en Bruselas y son de consulta casi
obligada cada vez que se va a promulgar una ley o una directiva.Nosotros
no queremos seguir esa farsa.
¿Y los partidos de izquierdas no hacen nada para detener esto? Ellos sí que tienen que estar enterados.
Hace
unos días, Izquierda Unida presentó en el Parlamento español una moción
en contra de este tratado que fue rechazada con los votos del PP y del
PSOE.
¿En qué consiste entonces vuestra campaña por la abstención activa?
Nosotros
queremos dar un toque de atención. Sabemos que es complicado que la
gente realmente pueda comprometerse con una abstención activa, ya que
practicarla no es algo fácil. Pero es una manera de concienciar, de
decirle a la gente que las decisiones las tiene que tomar por sí misma,
que tiene que participar y por eso con la campaña hemos sacado un texto
de Ricardo Mella (escrito en 1909, pero de plena actualidad), que dice
“ve a tu barrio, organízate, abre una escuela, monta un periódico, una
biblioteca…”. De eso se trata la abstención activa, de no votar pero
haciendo cosas a cambio. Hay que organizarse, porque la presión desde
abajo es la única que puede controlar los desatinos y la avaricia de los
políticos y las grandes multinacionales. Nosotros de alguna forma
queremos dar un toque a la conciencia, que la gente se organice, haga
cosas en su barrio, colabore, defienda sus condiciones laborales…
Imagínate
que el 90 % de la población no votara. ¿Qué pasaría entonces? ¿Qué
legitimidad tendrían los políticos? Queremos ir creando conciencia y
haciendo pensar a la gente.
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