Esta mañana, en el Campo de Concentración de Castuera, ha sonado La Estaca, de Lluis Llach. Miltantes de toda Extremadura han marchado allí para que el sufrimiento de tantos no sea borrado por la Historia. El Campo de concentración fue un instrumento para aterrorizar y asesinar a quienes habían osado defender la República. Más de quince mil luchadores antifascistas estuvieron allí prisioneros. Mi padre fue uno de ellos. Sigamos, compañeros, ya no puede durar mucho tiempo, la estaca está podrida. ¡Seguro que caerá!
Eladio Méndez, gracias por el vídeo.
Manuel Cañada Porras
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