Con respecto al análisis de todo lo referente al ISIS (El Estado Islámico) en Siria e Irak -y, en relación con esto, a lo sucedido en París- mucho de lo que se está opinando por las redes sociales, desde posiciones bienintencionadas, está lejos de dar en el clavo.
Creemos que una cosa es que sostengamos que lo principal que está ocurriendo en todo este asunto es que se viene dando una larga intervención imperialista criminal que incluye a Irak, Libia y ahora Siria, y que lo más positivo es que la guerra la gane el gobierno de Damasco, siendo hoy por hoy benefactora la intervención rusa; y otra cosa es la simplificación en la explicación de lo que sucede con el Estado Islámico al lanzarse una serie de hipótesis de antemano y luego forzando los hechos para justificar esas hipótesis faltas de rigor.
Porque así no se entiende, además, lo que está pasando en países como Francia. Y encima, ese tipo de análisis simplista está alimentando la idea de que los Estados imperialistas occidentales lo pueden todo. Cuando, en realidad, están más corroídos de lo que parece y presentan más debilidades y contradicciones de las que están dispuestos a reconocer en su “prensa libre”. De ahí el artículo que reproducimos en su versión original en inglés
Lejos de los espectáculos mediáticos y los videos elaborados en estudios está la realidad de los combatientes de ISIS en Siria e Irak. Es sabido que hay muchos mercenarios y fanáticos que acuden desde una mirada de países, tanto islámicos sunitas como occidentales y también de las poderosas financiaciones y suministros de armas en ese cruce geostratégico del Medio Oriente, pero ¿de dónde proviene el factor humano, la parte de pueblo que lo compone? ¿de dónde salen los jóvenes dispuestos a inmolarse?
Este artículo de la investigadora de Oxforf, Lydia Wilson, publicado en el portal norteamericano The Nation, resume su trabajo con presos de Isis en Kirkuk, Kurdistán iraquí, bajo el paraguas de una organización llamada Artis Internacional que dice ser un grupo de investigación científica dedicada a mejorar la comprensión de la violencia colectiva política y cultural, evaluación de riesgos, etc.
"Estos chicos la mayor parte de su vida han vivido bajo la desastrosa ocupación estadounidense desde 2003, en la parte árabe caótica y violenta de Irak, gobernados por el gobierno sectariamente chiíta de Nouri al-Maliki. Para ellos vivir como árabes sunitas no fue nada divertido".
Un entrevistado describió su vida bajo la ocupación estadounidense: "No podía salir, no tenía una vida, y ni siquiera una novia". Para otro combatiente fue la falta de una adolescencia. Otro de los entrevistados fue desplazado a la crítica edad de 13 años, cuando su familia huyó a Kirkuk desde la provincia de Diyala, en el apogeo de la guerra civil en Irak. Son hijos de la ocupación, muchos de ellos sin padres en periodos cruciales de su vida (a causa de la cárcel, la muerte por ejecución, o la lucha insurgente), llenos de furia contra Estados Unidos y contra su propio gobierno.
No son alimentados por la idea de un califato islámico sin fronteras, sino que ISIS es el primer grupo tras Al Qaeda que ofrece a estos jóvenes humillados y furiosos una manera de defender su dignidad, la familia y tribu. Esto no es radicalizarse a la manera de ISIS, sino la promesa de salir de la inseguridad e indignidad de sus vidas, la promesa de vivir orgullosos como iraquíes árabes sunitas, que es no es sólo una identidad religiosa sino cultural, tribales y nacional también."
Creemos que una cosa es que sostengamos que lo principal que está ocurriendo en todo este asunto es que se viene dando una larga intervención imperialista criminal que incluye a Irak, Libia y ahora Siria, y que lo más positivo es que la guerra la gane el gobierno de Damasco, siendo hoy por hoy benefactora la intervención rusa; y otra cosa es la simplificación en la explicación de lo que sucede con el Estado Islámico al lanzarse una serie de hipótesis de antemano y luego forzando los hechos para justificar esas hipótesis faltas de rigor.
Porque así no se entiende, además, lo que está pasando en países como Francia. Y encima, ese tipo de análisis simplista está alimentando la idea de que los Estados imperialistas occidentales lo pueden todo. Cuando, en realidad, están más corroídos de lo que parece y presentan más debilidades y contradicciones de las que están dispuestos a reconocer en su “prensa libre”. De ahí el artículo que reproducimos en su versión original en inglés
Lejos de los espectáculos mediáticos y los videos elaborados en estudios está la realidad de los combatientes de ISIS en Siria e Irak. Es sabido que hay muchos mercenarios y fanáticos que acuden desde una mirada de países, tanto islámicos sunitas como occidentales y también de las poderosas financiaciones y suministros de armas en ese cruce geostratégico del Medio Oriente, pero ¿de dónde proviene el factor humano, la parte de pueblo que lo compone? ¿de dónde salen los jóvenes dispuestos a inmolarse?
Este artículo de la investigadora de Oxforf, Lydia Wilson, publicado en el portal norteamericano The Nation, resume su trabajo con presos de Isis en Kirkuk, Kurdistán iraquí, bajo el paraguas de una organización llamada Artis Internacional que dice ser un grupo de investigación científica dedicada a mejorar la comprensión de la violencia colectiva política y cultural, evaluación de riesgos, etc.
"Estos chicos la mayor parte de su vida han vivido bajo la desastrosa ocupación estadounidense desde 2003, en la parte árabe caótica y violenta de Irak, gobernados por el gobierno sectariamente chiíta de Nouri al-Maliki. Para ellos vivir como árabes sunitas no fue nada divertido".
Un entrevistado describió su vida bajo la ocupación estadounidense: "No podía salir, no tenía una vida, y ni siquiera una novia". Para otro combatiente fue la falta de una adolescencia. Otro de los entrevistados fue desplazado a la crítica edad de 13 años, cuando su familia huyó a Kirkuk desde la provincia de Diyala, en el apogeo de la guerra civil en Irak. Son hijos de la ocupación, muchos de ellos sin padres en periodos cruciales de su vida (a causa de la cárcel, la muerte por ejecución, o la lucha insurgente), llenos de furia contra Estados Unidos y contra su propio gobierno.
No son alimentados por la idea de un califato islámico sin fronteras, sino que ISIS es el primer grupo tras Al Qaeda que ofrece a estos jóvenes humillados y furiosos una manera de defender su dignidad, la familia y tribu. Esto no es radicalizarse a la manera de ISIS, sino la promesa de salir de la inseguridad e indignidad de sus vidas, la promesa de vivir orgullosos como iraquíes árabes sunitas, que es no es sólo una identidad religiosa sino cultural, tribales y nacional también."
El artículo original en inglés http://www.thenation.com/article/what-i-discovered-from-interviewing-isis-prisoners/
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