"La OTAN ha tenido que abandonar su discurso de ser una organización “defensiva” para extender, poco a poco, su teatro de operaciones a todo el planeta" . Manuel Pardo de Donlebún
ANEMOI. Manuel Pardo de Donlebún
Vídeo de Sexta Galería Producciones:
inSurgente
La OTAN surgió en 1949 como amenaza de los países
capitalistas occidentales a la Europa del Este. Ahora, en el 2015 ¿de
qué objetivos podemos hablar?.
A pesar de la retórica de la guerra fría, que insistía en que la OTAN
defendía su territorio frente a la amenaza soviética, la realidad era
bien distinta: el cerco a la URSS tenía como objetivo impedir a toda
costa el
progreso de los movimientos populares que cuestionaban el
sistema capitalista en Europa (al tiempo que desplegaban toda suerte de
intervenciones en la periferia para impedir su emancipación), para lo
que necesitaban el establecimiento de un cordón sanitario alrededor que
actuara como una potente amenaza. Al miso tiempo, la guerra fría fue un
excelente estímulo para las gigantescas inversiones militares que
dinamizaron poderosamente la economía de EEUU, al tiempo que arrastraban
a la URSS al colapso, en su denodado esfuerzo por mantener un
equilibrio militar.
Con el desmantelamiento del Pacto de Varsovia y la disolución de la
URSS, este discurso quedó en evidencia: la excusa de la amenaza
soviética había desaparecido y sin embargo, la OTAN se rehace a sí
misma, justificándolo en etéreas amenazas a la “seguridad” de occidente,
dada la situación de creciente inestabilidad que ellos mismos se
encargaban de alimentar. Ya no cabía la apelación a la defensa frente
agresiones, que es a fin de cuentas lo único que justifica el recurso a
la guerra. En consecuencia, barra libre para la imposición de las
doctrinas neoliberales por doquier. Dado que esto implica el sufrimiento
de enormes masas de población, para el solo beneficio de unos pocos,
eran esperables reacciones violentas masivas. Para ello está ahora la
OTAN, aunque, claro, siempre con la excusa de que intervienen para
llevar la paz y la democracia.
La situación se agudiza en los últimos años, tras los aparentes
fracasos en Irak y Afganistán, que han dejado tras sí un caos absoluto,
pero en el que pastan las grandes empresas y los contratistas de
seguridad con fabulosas ganancias. La capacidad de incidencia de los
EEUU frente a los nuevos grandes competidores (los BRICS y, en especial,
China y Rusia) disminuye inexorablemente en el ámbito económico; pero
siguen siendo los gigantes en el terreno militar. Como no están ya en
condiciones de emprender aventuras semejantes, ahora recurren a la
generalización del caos en aquellas regiones que se resisten, con dos
objetivos fundamentales: apropiarse de sus recursos y asegurar el
control geostratégico, con el cerco a Rusia como primer escalón, previo a
su desafío a China. Saben que en este terreno, a la larga, no pueden
ganar, pero extenderán la agonía cuanto puedan, a base del sufrimiento
de los pueblos de la periferia.
El primer bombardeo masivo de la OTAN fue sobre Yugoslavia en
1999 y comandado por el dirigente del PSOE, Javier Solana, es decir, 10
años después del final oficial de la “guerra fría”.
Efectivamente. La OTAN ya había tomado partido por los croatas,
bombardeando (con el beneplácito de unas NNUU a los pies de EEUU, ya sin
el contrapeso de la URSS) a los serbobosnios en el conflicto
interétnico que había sido previamente espoleado por occidente. A partir
de entonces, la OTAN se convierte en un actor más en las negociaciones
que sucedían a los distintos conflictos en los Balcanes. Y cuando se
celebra la conferencia de Rambouillet, en 1999, alcanzados ya los
acuerdos finales, EEUU aparece en el último momento con una cláusula
inaceptable para Serbia: el paso franco de las fuerzas de la OTAN a todo
su territorio. Su negativa a aceptarlo (que equivaldría, de facto, a
una rendición incondicional) dio pié a una sangrienta campaña de
bombardeos de la OTAN sobre Serbia (esta vez sin siquiera darle
cobertura de la ONU), que se cebó en el sistema productivo y las
infraestructuras del país para dejarle inerme. Un crimen de guerra según
el derecho internacional, ejecutado directamente por la OTAN y en el
que participaron con entusiasmo todos sus aliados, entre ellos, España. Y
Javier Solana era su Secretario General.
En la crisis Griega y su eterno conflicto con Turquía, ¿cómo
pudo haber actuado la OTAN en las negociaciones de Syriza con sus
acreedores?.
Creo que nunca podremos saber exactamente cómo ha influido. Pero
Turquía posee un ejército muy poderoso y solo la pertenencia de ambos a
la OTAN ha evitado el estallido de un conflicto que habría sido letal
para Grecia, especialmente en la grave situación por la que está
pasando. Parece que Tsipras recibió una llamada de Obama la víspera de
su anuncio de que aceptaba la firma del memorandum que significaba, de
hecho la rendición ante sus acreedores. No sabemos qué es exactamente de
lo que hablaron, pero puede colegirse una severa advertencia sobre las
consecuencias que tal desplante a la UE habría tenido en cuanto a la
garantía de no agresión por parte de Turquía. Además, hay que recordar
que Tsipras había dado algunos pasos hacia Moscú en busca de ayuda
económica; de haberlo logrado, hubiera supuesto un gravísimo precedente
de cara a otros países del sur de Europa que afrontamos crisis de la
misma naturaleza.
También merece recordar el papel que jugaron el Reino Unido y los
EEUU en la laminación de toda la resistencia antifascista, tras la
Segunda Guerra Mundial; una simple alusión a ello revive, en la
conciencia de los griegos, los peores demonios de la confrontación de
las fuerzas populares contra el poder del capital.
Y aquí se reconoce con claridad cuál es el papel de la OTAN como
brazo armado de esta Unión Europea que es incapaz de plantear una
defensa propia; porque para sus gestores, no se trata de la defensa de
Europa o de los países europeos, sino de la defensa de los intereses de
los grandes capitales frente a los de las clases populares. Y pone en
evidencia también el triste pael de los gobiernos del sur, que fueron
incapaces de hacer el mínimo gesto de solidaridad con Grecia, atados por
su pertenencia a la OTAN y a la UE.
OTAN, "Estado Islámico", Iraq, Siria, "Primavera árabe"... ¿qué debemos saber de lo que ocurre?
El panorama es enormemente complejo y se superponen muchos
conflictos. Pero puede afirmarse que son las potencias euroatlánticas,
en su voracidad por el control de los recursos, los que han llevado a
oriente próximo a la caótica situación en que vive. Estados Unidos ya
recurrió a los movimientos fundamentalistas islámicos para expulsar a la
URSS de Afganistán; esta fue la primera piedra de un edificio que no ha
parado de crecer. Obviamente, su intención es conseguir el control de
toda la zona, para lo que había diseñado toda una estrategia para hacer
caer a todos los estados que se resistieran: Irak, Libia, Siria e Irán.
El aparente fracaso de su intervención en Irak, añadido a la gigantesca
deuda pública, ha dado origen a otra estrategia más sutil: fomentar por
todos los medios la disidencia interna para hacer caer los gobiernos. La
primavera árabe pudo alimentarse, en parte, de legítimas aspiraciones
de los pueblos; pero fueron espoleadas por la diplomacia, la propaganda y
los servicios secretos de occidente, que recurrieron a la creación de
grupos paramilitares fanatizados por su cosmovisión del imperio del
islam en todo su espacio natural. La desarticulación del ejército
nacional iraquí ha dado pie a que muchos de sus antiguos componentes, de
mayoría suní, se constituyan en organizaciones paramilitares,
vinculadas originalmente a Al Qaeda.
La intervención en Libia aprovecha la excusa de las revueltas de la
primavera árabe, pero no se cuenta del traslado de millares de
combatientes desde Irak (así como de otras partes del mundo, incluyendo
Europa, financiados y armados por las monarquías del Golfo) por parte de
los principales aliados de EEUU en la zona, cuyo objetivo último era
acabar con el régimen socialista de Gadaffi; los bombardeos de la OTAN
anularon la capacidad de mantener el estado y desde entonces, Libia es
un caos absoluto.
Algo semejante ocurre en Siria, para la que el plan de EEUU era
derribar el régimen de Assad, alimentando los enfrentamientos armados a
partir de las protestas de la primavera árabe. Aquí confluye un
verdadero aluvión de combatientes, descaradamente financiados por EEUU y
sus aliados y entrenados en Turquía y Jordania, mientras se propalaba
el discurso cínico del apoyo a los “opositores moderados”. Su rápida
expansión en los territorios de Irak y Siria dio origen a su regreso a
la idea del Califato Islámico, el poder político y el religioso
encarnados en el mismo orden, que había quedado vacante tras la
extinción del Imperio Otomano. Este es el Estado Islámico, ISIS o Daesh,
ahora ya autónomo de Al Qaeda y que ha conseguido hacerse fuerte en esa
región, extendiendo sus tentáculos a casi todo el mundo islámico. Esta
situación preocupa ahora a EEUU, que organizó una coalición
internacional para combatirlo. Pero sus campañas de bombardeo han sido
más propagandísticas que efectivas, mientras los propios EEUU seguían
armando a la “oposición moderada” (cuyos combatientes son masivamente
reclutados por el ISIS) y algunos aliados (Francia, Turquía, Arabia
Saudí e Israel, fundamentalmente) se dedican a armar a los rebeldes y a
combatir a las únicas fuerzas que les han hecho frente en serio: el
Ejército Nacional Sirio y las milicias kurdas. Cada uno de los actores
tiene su agenda particular y dentro de la propia administración de los
EEUU hay un sector que ha venido obstaculizando la estrategia de Obama,
que parece aceptar ahora la inevitabilidad de que Assad se mantenga en
el poder.
La irrupción de Rusia en el conflicto parece anticipar un cambio, en
conexión también con el acuerdo de Irán con occidente y reclamando un
regreso a un orden multipolar. Pero puede afirmarse que EEUU continuará
interviniendo en operaciones encubiertas, con financiación y ejerciendo
su influencia sobre sus aliados para que la inestabilidad se mantenga,
de manera que pueda seguir manteniendo su papel como gendarme del mundo,
el que tiene la porra más larga. Y en caso extremo, con una guerra
abierta. Esa es la única forma que le queda de mantener su dominio
frente a otros poderes emergentes. Y, en un círculo vicioso, el discurso
de la seguridad le permite alimentar su máquina de guerra y sus
servicios de espionaje, desarbolando de camino toda resistencia interna a
su política de dominación.
Háblanos de la OTAN y su espacio de acción en el Mediterráneo. ¿Con qué objetivos?
La inestabilidad provocada en Europa oriental, en Oriente Próximo y
en África sirve como justificación para un refuerzo en esta zona clave
para el acceso de las fuerzas de la OTAN a estos territorios, sea en
operaciones encubiertas o abiertas. Claramente, las elites en el poder
en los países europeos de la OTAN siguen ciegamente los dictados del amo
americano, en contra de los intereses de sus propios pueblos. Por
ejemplo, en lugar de una aproximación a Rusia, cliente y proveedor
fundamental para Europa, ésta ha seguido la estrategia norteamericana de
confrontación con Rusia. Estados Unidos se puede permitir jugar a la
guerra fría, al fin a al cabo tiene todo un océano por medio. Pero puede
ser muy arriesgado para Europa.
De hecho, las sanciones económicas a
Rusia por la supuesta anexión de Crimea han hecho más daño a la
economía europea que a la rusa, en tanto que es inapreciable para los
EEUU.
Lo que resulta evidente, después del desmembramiento de la URSS, es
que la OTAN ha tenido que abandonar su discurso de ser una organización
“defensiva” para extender, poco a poco, su teatro de operaciones a todo
el planeta. En primer lugar, con la excusa de la “gestión de crisis”, lo
que explica su intervención directa en Afganistán. Y una vez abierto
este camino, la OTAN se muestra dispuesta a llevar su guerra a donde
sea. Ahora que su diplomacia e intervención encubierta en Ucrania
estrechan más que nunca el cerco a Rusia, han tomado la supuesta anexión
de Crimea como justificación para una escalada belicista en el Mar
Negro.
Obviamente, todos ellos son ahora los teatros más plausibles para una
intervención militar, todos accesibles desde el Mediterráneo.
Entre el 3 de octubre y el 6 de noviembre la OTAN moverá más
de 30.000 soldados en territorio español en unas super maniobras, ¿para
qué, por qué en España?
España tiene una posición estratégica fundamental, en la entrada al
Mediterráneo, como puente para África y en la retaguardia de una posible
confrontación con Rusia. A partir de la cumbre de Cardiff de 2014, la
OTAN ha manifestado su animosidad contra Rusia y ha implantado el
concepto de la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (Very High
Readiness Task Force, VHRTF), con el objeto de despegar hasta una
brigada de combate (unos 5.000 efectivos), con todo su apoyo naval,
aéreo y de fuerzas especiales, en 48 horas. A esto se le llama la “punta
de lanza” de la Fuerza de Respuesta de la OTAN (NATO Response Force,
NRF), que aportarían los refuerzos necesarios para sostener la operación
en el tiempo, en un plazo más dilatado.
Lo que consiguen estas maniobras es encuadrar, adiestrar y certificar
a todas estas fuerzas para que estén en alerta durante todo el año
2016. Y en el reparto de las responsabilidades entre los aliados, España
se había ofrecido como país líder de la componente terrestre de la NRF,
lo que le supone aportar el Cuartel General del Mando del componente
terrestre, además de los 3/5 de los efectivos y la disposición de sus
territorios para las maniobras.
Dado el compromiso de la cumbre de Cardiff de hacer unos ejercicios
de “gran visibilidad”, estas maniobras serán las más concurridas desde
la guerra fría, 36.000 combatientes, de los que España aporta unos
8.000. Obviamente, es un mensaje dirigido a Rusia, que se complementa
con otras acciones, como el preposicionamiento en los países del este de
infraestructuras para acoger a esa fuerza, el despliegue allí de
artillería o fuerzas blindadas de EEUU y Reino Unido, el triplicar la
fuerza aérea destacada en los países bálticos o la incorporación de
nuevas armas nucleares tácticas a las bases de EEUU en Europa. Es decir,
estas maniobras son una exhibición de músculo, en el terreno más
apropiado, dentro de toda una panoplia de medidas agresivas contra
Rusia.
¿Cuál es el vínculo entre las Fuerzas militares españolas y la OTAN?. ¿Cuándo surge?. ¿En qué contexto?
Hay que retrotraerse al año 1953 en que, tras las reiteradas condenas
de la ONU al régimen de Franco por su origen fascista, EEUU le da su
apoyo a cambio de las cuatro bases en nuestro territorio. Era la vía de
escape a la situación de aislamiento internacional; pero además, hay una
confluencia de intereses en cuanto a su enfrentamiento con la Rusia
soviética. A partir de entonces, la aproximación de las fuerzas armadas
(FAS) españolas a las doctrinas militares, el armamento, etc, no ha
hecho más que crecer. Sin embargo, en Europa no se quería a España como
aliado en la OTAN.
Fue a partir del gobierno de Calvo Sotelo, en 1982, que se formalizó
el ingreso en la OTAN. Sin embargo, las negociaciones para la forma de
integración se retrasaron con el acceso al gobierno del PSOE y su
postura tibia inicial; tras fuertes presiones de los propios EEUU y de
Alemania, el PSOE sometió a referéndum la aceptación de la
incorporación, a condición de que se reducirían las bases, no se
entraría en la estructura militar y no se autorizarían las armas
nucleares en nuestro territorio.
No solo fue la mayor traición a la soberanía nacional y a los intereses del pueblo, sino además, un gran engaño.
Las
condiciones para autorizar la permanencia fueron desoídas tan pronto
como el referéndum fue ganado por el gobierno del PSOE. A partir de
entonces, España ha sido uno de los aliados más firmes de la OTAN,
siguiendo siempre las líneas marcadas por los EEUU. Y su participación
en operaciones, ejercicios, instalaciones, estructuras de mando, etc, ha
sido siempre reconocida como “ejemplar”, es decir, vasalla. Siempre
dentro de las limitaciones que marcan la población, el PIB, etc. De
manera que hoy día, las FAS españolas están orientadas (su armamento, su
doctrina, su inteligencia, sus sistemas de información y
comunicaciones, etc) a las operaciones con la OTAN y los militares no
conciben otra cosa que esto.
¿Hay traspaso de información de los movimientos sociales existentes en el estado español a la OTAN?
Es un tema que no conozco en persona, pero puedo imaginar que el CNI
mantiene un continuo seguimiento de todas las organizaciones que, entre
sus actividades, desmienten rotundamente el discurso securitario de la
OTAN. Y evidentemente, es información que comparten con sus aliados.
¿Qué respuesta se puede dar desde dentro de las Fuerzas Militares españolas?
Los militares tienen muy limitado el derecho a la libertad de
expresión, de manera que cualquier opinión que disienta de la del mando y
más si es de los políticos en el poder, puede ser severamente
castigado. Los casos del Teniente Segura y de la Capitán Cantera hablan
por si solos (y, en estos casos, no se cuestionaba para nada el papel de
España en la OTAN). Para no hablar del derecho de asociación, esencial
para que pueda existir una organización.
De manera que resulta improbable que surja un movimiento de
resistencia específicamente contra la OTAN, en el seno de las FAS. Más
factible sería la aparición de un movimiento de militares que apoyaran
una auténtica transformación de la sociedad en un sentido
revolucionario, republicano que, obviamente, incorporaría el rechazo a
la OTAN como ente imperialista por excelencia. Existen elementos para
sustentarlo, como puede ser la honrosa tradición militar progresista del
siglo XIX, la patente dejación de soberanía nacional (lo que es muy
importante en el esquema de valores militares) o la especial
sensibilización sobre los abusos y la corrupción interna, puesta de
relieve por los casos mencionados.
¿Es posible una alianza cívico - militar para frenar la injerencia en territorio estatal?
No solo posible, sino necesaria. El Colectivo Anemoi es un ejemplo de
ello: denuncia el estado de cosas porque lo conoce desde dentro, aunque
desde luego, debe trabajar con absoluta discreción y de manera que sus
caras visibles no estén expuestas a los mecanismos represivos militares.
Pero además, traslada las inquietudes, plantea demandas y trabaja codo
con codo con organizaciones que desean una auténtica transformación de
la sociedad en el sentido de acabar con toda la herencia franquista,
incluyendo la monarquía.
________________Vídeo de Sexta Galería Producciones:
Acto celebrado en Vicalvaro por el FORO CONTRA LA GUERRA y organizado
por la AA.VV. Manuel Pardo. Vera Rodinova y Eduardo Hernández, miembros
del Foro contra la guerra. nos ilustran sobre la situación actual en
los temas internacionales que son ahora mismo el núcleo
geo-político-estrategico que se desarrolla en Oriente Próximo y que
tiene a los grandes actores militares-políticos-economicos en el centro
del del tablero.
Estás intervenciones nos acercan a conocer la realidad que no cuentan
los medios de comunicación. RUSIA. EE.UU. IRAN. SIRIA. ARABIA SAUDI y
TURQUIA, son los principales actores de esta guerra contra el DAHES o
ISIS. Organizaciones financiadas por las Monarquías del Golfo y con el
apoyo de Turquia.
El movimiento de una pieza será lo que decida a que lado y que
consecuencias tendrá esta guerra local que se puede convertir en mundial
solo con un movimiento. Conocer la descripción de una narración que
viene repitiendo desde la segunda guerra mundial nos ayudara a
comprender la realidad actual.
(*) Medios contra la OTAN. Esta entrevista forma
parte de la campaña conjunta que desarrollaremos un grupo de medios de
comunicación alternativos para denunciar la presencia de la Coalición
Bélica en el Estado Español e informar sobre las acciones que se
organicen contra la misma y sobre el Tribunal Permanente de los Pueblos
contra la Guerra imperialista y la OTAN, que se celebrará en Madrid los
próximos días 7 y 8 de noviembre. Hasta el momento participan en esta
campañaLa Haine, Canarias-Semanal, Espineta amb Caragolins, Insurgente, Kaosenlared y La Directa.
Texto completo en: http://www.lahaine.org/video-tribunal-de-los-pueblosinSurgente
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