¿A quiénes servirán después de la victoria,
a su rey, a sus lacayos,
a los dueños de la tierra
o del trabajo?
Díganme:
¿Qué harán con las promesas
si saben de antemano que no les van a dejar los amos?
Cuando tengan la victoria
olvidarán a los que estos días tanto han recordado,
se dejarán pellizcar
las nalgas por el dios mercado
y cederán el paso pa que nos sigan violando a destajo.
Ustedes lo saben,
ustedes son cómplices,
ustedes nos mienten.
Comprarán grilletes con nuestro dinero,
Construirán más cárceles para escondernos,
privatizarán el sol, el aire y si pueden los orgasmos.
Estamos en guerra
y ustedes, demócratas,
son los soldados
de los que(a bocajarro), nos hieren.
En pie de paz
El torturador
El torturador
multiplica dolor y a manos llenas
esparce gritos sobre la celda.
En su salario no sólo pan,
también picana y bañera.
En su curriculum...>>>Poema tonto XX
¿Quién canta a esta hora?
¿Quién puede mirar el rostro de los hombres y de las mujeres
caminando hacia el fuego donde se calientan las cadenas?
¿Quién puede cantar y mirar a un mismo tiempo?
¿Quién puede decir” risa”,...>>>
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El espìritu navideño
Estas elecciones tienen el mismo tufo que las navidades.
Las calles se adornan, las gentes hablan entusiasmadas como
si este año fuera a sentarse a cenar la familia feliz, esa familia que nunca
tuvo en sus sillas huecos de desparecidos, como si por un momento fuéramos a olvidar
que hemos tenido hambre o no hemos podido alumbrarnos la vida o hemos sido
detenidos.
Como si a partir de esta fecha, mágica, todo fuera a
cumplirse; los trabajadores con curro decente, los jóvenes de vuelta a casa,
las universidades de balde, las enfermedades gratis.
Los desahucios desaparecen.
Los focos en los reyes magos, en los líderes heroicos, en
los regalos.
La precariedad en
segundo plano.
Y todo es hermoso, como la navidad, sin andrajos ni fealdad,
todos brindamos por ese tiempo nuevo que viene cargado de buen rollo, de coca
cola, de pavo y de caviar.
Y unos van en bicicleta, otros recuperan palabras de
izquierda, otros se solidarizan con los emigrantes, otros hablan de decencia y
otros, como siempre, meten la pata.
Y los globos y los cantos y las cabalgatas y los caramelos y las
promesas.
El espejismo de las elecciones durará tan poco como duró la
esperanza en Grecia, en un santiamén, ¡de rodillas porque lo mandan los que
fabrican nuestras cadenas¡
Y los pueblos quedarán como estuvieron antes, pero más huérfanos, más defraudados mucho más
solitarios.
Y después, por arte de birlibirloque, tomarán asiento los
que quieren cambiarlo todo para que nada cambie.
Y cuando nos despertemos del sueño y corramos con nuestros
hijos a mirar si nos han dejado bajo el árbol algo de lo que les pedimos cuando todo era
posible, veremos que sólo habrá un
calendario pa que tengamos presente que el año pasa y pronto habrá más fuegos
artificiales, más desfiles, más máscaras.
Yo, perdonen ustedes, nunca crei en dioses, ni en los clásicos
de barbas y turbante, ni en los actuales de urna y discursos a medida de los
pueblos con necesidades urgentes.
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