Mirta, necesita ser reprogramada. Jorge López Ave

Lejos de focos y tapas de diarios, de notas, rumores y comentarios, de expectativas y esperas, se desarrolló el juicio en una sala desierta, tal y como pretendía la fiscalía.
Los abogados del Ministerio del Interior mostraron en todo momento un gesto de preocupación, intentando contagiar a la jueza que el tema era más que importante por el temor a que el mal se propagase, y en poco tiempo fueran miles los incontrolados. Dijeron, con una voz engolada como salida de una película americana (del norte), que se le acusaba a la ciudadana Mirta Garrido de no tener twitter, ni Facebook, ni computadora, ni celular, ni visitar cyber alguno, de no tener televisión, ni escuchar radio, de no comprar periódicos ni revistas, ni ningún otro medio de comunicación conocido; por lo que al Sistema, -observaron-,  le resultaba imposible hacerle llegar el Mensaje. Argumentaron que esta circunstancia la convertía en un ser asocial con peligro absoluto de cruzar la frontera y convertirse en una forajida terrorista. Por todo ello pedían, a la autoridad judicial competente, el ingreso inmediato en un Centro de rehabilitación creado para la ocasión y en donde ya permanecen varios compatriotas desorientados para que, según el caso, en un plazo de seis meses pueda convertirse en un ser normal y regresar a la sociedad. El abogado ayudante hizo hincapié en la generosidad del Estado y de su gobierno legítimo para con esta ciudadana, al otorgarle la posibilidad de una segunda oportunidad, pero pidió, asimismo, que la acusada manifestase y declarase las razones de su comportamiento tan hostil para con las autoridades. Se apuntó antes su boicot activo a multinacionales, a Shoppings, a comidas transgénicas e incluso a carnes nacionales aunque estuviesen en oferta, a festejos deportivos y participación en actos patrióticos, rematando la intervención con una declaración policial de los tres agentes que inspeccionaron el domicilio sito en un popular barrio de la capital, y que no encontraron rasto alguno de la bandera nacional, CD con el himno, o fotos y/o retratos de personajes históricos o políticos actuales. Mirta escuchó la acusación con serenidad, y en su turno de defensa alcanzó a decir que si para ahorrarse el internamiento era posible que el sistema le hiciera un resumen del Mensaje. Los abogados dijeron que no, que el Mensaje se envía de un modo constante para que vaya calando sin incomodar, que lo de pedir un resumen era casi una falta de respeto a cientos de personas que trabajan a diario para formarnos como ciudadanos. 

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