Cuba: 25 años después, iPresente!- Noel Manzanares Blanco

"...Con este presupuesto, deseo llamar su atención en lo expresado por Fidel Castro el 26 de Julio de 1989 en Camagüey, justo cuando se destruía la Unión Soviética y los días de la caída del Muro de Berlín estaban contados, a saber:
“Los problemas de la Unión Soviética es algo que preocupa extraordinariamente a todos los países del Tercer Mundo, a las antiguas colonias, a aquellos pueblos que no quieren volver a ser colonizados, porque en la URSS estuvo su fundamental y más firme aliado..."


Me dispongo a escribir estos apuntes a grandes pasos, aprovechando que este Aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre (1917/7 de Noviembre/2014 —25 de Octubre, según viejo calendario) ha de conducirnos a no obviar cuánto enseña su evolución/involución, un tanto más al calor del cuarto de siglo de la caída del Muro de Berlín (9 de Noviembre de 1989), esa suerte de alegría para algunas y condicionante de desgracias para tantos otros/as.
Como considero que lo que expuse en La Revolución de Octubre y el camino de los pueblos en ocasión de la novena década de ese extraordinario acontecimiento conserva su vigencia, invito a mis lectores/as interesados en mi percepción en torno a tal suceso histórico a que consulten el hipervínculo que indico en este párrafo y así evitar distraer su atención en este instante acerca de lo que pienso que es lo más interesante, según el tema que comparto en esta oportunidad.
Con este presupuesto, deseo llamar su atención en lo expresado por Fidel Castro el 26 de Julio de 1989 en Camagüey, justo cuando se destruía la Unión Soviética y los días de la caída del Muro de Berlín estaban contados, a saber:
“Los problemas de la Unión Soviética es algo que preocupa extraordinariamente a todos los países del Tercer Mundo, a las antiguas colonias, a aquellos pueblos que no quieren volver a ser colonizados, porque en la URSS estuvo su fundamental y más firme aliado.
“Al ver esos problemas, los círculos imperialistas sueñan con un imperio de 1 000 años, como en su tiempo soñó Adolfo Hitler con relación a su III Reich. Pensaba que duraría 1 000 años y duró, realmente, muy poco. Es posible que en los círculos más reaccionarios del imperialismo se estén repitiendo esos sueños, que estoy seguro de que no durarán tampoco mucho tiempo”.
Casi acto seguido, puntualiza el Compañero Fidel:
“Tenemos que ser más realistas que nunca. Pero tenemos que hablar, tenemos que advertir al imperialismo que no se haga tantas ilusiones con relación a nuestra Revolución y con relación a la idea de que nuestra Revolución no pudiera resistir si hay una debacle en la comunidad socialista; porque si mañana o cualquier día nos despertáramos con la noticia de que se ha creado una gran contienda civil en la URSS, o, incluso, que nos despertáramos con la noticia de que la URSS se desintegró, cosa que esperamos que no ocurra jamás, ¡aun en esas circunstancias Cuba y la Revolución Cubana seguirían luchando y seguirían resistiendo!” —las negritas son mías.
¡Cuánta fuerza en la mirada del Líder Histórico de la Revolución Cubana!
No me voy a detener en enumerarlos tangibles efectos desastrosos que tal desintegración trajo al mundo. Ahí está cómo la alegría inicial se convirtió en llantos con apenas suspiro. Pudiera rememorar dos aspectos: uno, la incapacidad del FMI y G-20 para el adiós a la incertidumbre —más, ante lasdiez razones para oponerse a esas instituciones; otro, Una de las tantas “boberías” del Capitalismo: 870 millones padecen hambre, según la FAO —órgano de Naciones Unidas que certifica lo contrario sobre Cuba.
Sí deseo significar lo que observo, tras revisar alguna información de Alemania después de dos décadas y media de la caída del Muro de Berlín.
Por ejemplo, consulté el reporte Alemania y la pobreza urbana y desde el inicio de su lectura hallé que deja las cuentas claras: “Muchos alemanes piensan que el oeste del país es rico y el este pobre. Pero la diferencia entre ciudad y campo podría ser más grave”, indica un estudio reciente liderado por Michael Hüther, director del Instituto de Economía Alemana (IW), en Colonia, quien además sostiene:
“La lucha contra la pobreza debe comenzar en la ciudad”. “Si la política regional no se enfoca en las grandes ciudades, vamos a tener un problema”. “Desempleados, solteros cabezas de familia, familias de origen inmigrante, donde el ingreso es tradicionalmente menor”, constituye muestra de que en las ciudades los grupos de riesgo están presentes de forma sobreproporcionada.
(Debo advertirle que indagué y no encontré ningún elemento que me indicara que Michael Hüther ostenta una militancia comunista o algo parecido).
El reporte de marras asimismo manifiesta que el llamado “Pacto de solidaridad” —según este, las regiones del oeste deben apoyar económicamente al este, y que le garantiza a los estados federados orientales miles de millones de euros hasta el año 2019— debería ser reorientado, todavía más al tener en cuenta que 14% de la población rural se considera “pobre respecto a su poder adquisitivo”; mientras que  en las ciudades se trata de 22% de la población.
Y lo que acabo de citar, ¡sucede en la denominada locomotora de Europa! Imagino que así se comprenda mejor el porqué acredito que la Revolución de Octubre constituye un motivo de análisis y que la caída del Muro de Berlín fue/es una lección para desposeídos/as de la Tierra.
Entonces, me animo a subrayarle a mis lectores/as que a la sazón del proceso de destrucción de la Unión Soviética y aliados socialistas del “Viejo Continente”, no sé cuántos medios de prensa ni cuántos periodistas de los medios más reconocidos a escala internacional sustentaban por aquel tiempo algo parecido a la tesis siguiente: “Si Moscú creyó en lágrimas, La Habana será la próxima víctima”. Y, sin embargo, a pesar de tantos pesares, Cuba, 25 años después de la tragedia sucintamente descripta, está ¡Presente!
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