Aùn creemos. Desenterremos, El grito. La no- canciòn del estudiante... Silvia Delgado

Aùn creemos

Con la soga al cuello, aún creemos.
Porque en esta emboscada que es la vida
aún podemos defender el  pan y la poesía.
Porque  aún podemos
dar la espalda  al oscuro callejón sin salida donde vivimos.
 Creemos porque detrás de cada hombre o mujer vencido
no hay sitio para los sueños,
porque detrás de los lamentos sólo hay una triste letanía que nos paraliza,
porque detrás de cada olvido hay un nombre, un cuerpo, un grito.
Y creemos con la soga al cuello,
con las casas vacías y los hijos en andrajos.
Creemos.
No habrá cuerda, ni nudo, ni cadalso
que ahorque
tanto corazón en rebeldía.

lunes, 27 de octubre de 2014

Desenterremos

Desenterremos la paz,
 saquémosla de su sepultura vieja
que vea la luz su calavera.

Desenterremos la paz,
con uñas, dientes,
con fiereza,
que vea la luz,
la luz intensa,
la luz de los pueblos que nunca la tuvieron cerca
porque el hambre, la entierra,
porque el plomo la sentencia,
porque las cadenas la atan en lo más hondo de la tierra.
Desenterrémosla, ahora,
 es de noche, yo lo sé,
 no hay estrellas,
busquemos su fosa a tientas.
Que se pudre la paz,
que se pudre
y no es tiempo de cegueras.

domingo, 26 de octubre de 2014

El grito


¿Quièn calla a esta hora los crímenes?
¿Quién los cubre con tanta alevosía
que parece que no hay muertos
 día a  día?
¿quién es capaz de callar cada barbarie,
cada noche opaca y larga,
cada infierno repetido?
¿quién?
¿quiénes son los que callan a esta hora
cuando son urgentes la rabia y las palabras,
cuando hay  prisa por salvarnos
del violento porvenir que nos alcanza?
¿quiénes?
¿quiénes son?
¿son  sòlo cobardes?

 Gritamos pero no es suficiente,
 gritamos porque somos pueblo y lloramos a otros pueblos,
 elegimos letras para aullar sobre las lápidas
pero los que callan
quitan importancia a las muertes,
sepultan su memoria y dejan que la historia  se repita.
alimentan la felonía
para mantenerla intensamente viva
Y nosotros,
los que morimos y nos matan en todas partes,  de todas las formas posibles
gritamos a pleno pulmón
y a veces…
sirve.

miércoles, 22 de octubre de 2014

La no- canciòn del estudiante

No canto no.
Sólo escribo
para recordar que ya no seréis cantores,
que  vuestra garganta no podrá decirnos cuanto duele
ser joven en medio de la barbarie,
en mitad de ese desierto de impunidad donde hay  demasiados cadáveres.
No canto, no.
No se puede cantar en la hora de los crímenes.
Nada.
No canto.
No puedo hacerlo,
se pudren  mis labios
si hago canción
del espanto.

martes, 21 de octubre de 2014

Dònde

¿Dónde cubrieron sus nombres con tierra y ceniza?
¿Adónde llevaron sus huesos o sus vidas?
¿En qué lugar enterraron  tantos mañanas,
tantos sueños y rebeldías,
tantos?
¿Dónde están sus huellas?
¿Dónde está el clamor del mundo partiendo en dos cada día que pasa, cada día?,
¿Partiendo en dos ese silencio espeso que se clava en un país con desaparecidos?
¿Dónde están, dónde?
¿Dónde los asesinos?
¿Dónde los dedos que apretaron los gatillos?,
¿Dónde los dedos que encendieron el fuego que abrasó tantas semillas?
¿Dónde están, en qué parte?
Decidlo, verdugos,
Decidlo,
decidlo,
decidlo.

domingo, 19 de octubre de 2014

En pie, aunque duela


Acostumbrados al espanto.
Aislados del horror que vive lejos.
Aislados del horror, como si nada.
Los países son espejos que no devuelven la mirada.
Como si nada.
Día a día.
Como si nada.
Como si no tuviéramos piel que se estremeciera,
como si no tuviéramos puños que se levantaran,
como si no tuviéramos corazón para ponerlo en pie,
en pie, de cualquier manera.
En pie el corazón, aunque duela.
En pie la poca humanidad que nos queda.
En pie.
En pie, maldita sea,
frente al fuego y la metralla,
frente al verdugo y sus cadenas,
frente al espanto, maldita sea,
sin dejar que sean costumbre
las muertes lejanas y las que están cerca.

sábado, 18 de octubre de 2014

La jodienda

Imagen de acciòn poètica tucumana
Me jode la gente que en los momentos serios está alegre,
que en los instantes donde es necesario un abrazo, se cruzan de brazos,
los que creen que la amistad les da derecho a mercantilizar los afectos,
los que hablan  porque les pudre el silencio,
los que olvidan pronto porque son voluntarios amnésicos,
los que dan la espalda cuando necesitas su aliento.
Me joden todos estos emperadores del cinismo
que fallan cuando estamos a un paso del abismo.
Me joden porque desorientan  la brújula por la que guío mis pasos
y tropezar con el desencanto  rompe a cualquiera en mil pedazos.


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