Aùn creemos
Con la soga al cuello, aún creemos.
Porque en esta emboscada que es la vida
aún podemos defender el
pan y la poesía.
Porque aún podemos
Creemos porque detrás
de cada hombre o mujer vencido
no hay sitio para los sueños,
porque detrás de los lamentos sólo hay una triste letanía
que nos paraliza,
porque detrás de cada olvido hay un nombre, un cuerpo, un
grito.
Y creemos con la soga al cuello,
con las casas vacías y los hijos en andrajos.
Creemos.
No habrá cuerda, ni nudo, ni cadalso
que ahorque
tanto corazón en rebeldía.lunes, 27 de octubre de 2014
Desenterremos
Desenterremos la paz,
saquémosla de su
sepultura vieja
que vea la luz su calavera.
Desenterremos la paz,
con uñas, dientes,
con fiereza,
que vea la luz,
la luz intensa,
la luz de los pueblos que nunca la tuvieron cerca
porque el hambre, la entierra,
porque el plomo la sentencia,
porque las cadenas la atan en lo más hondo de la tierra.
Desenterrémosla, ahora,
es de noche, yo lo sé,
no hay estrellas,
busquemos su fosa a tientas.
Que se pudre la paz,
que se pudre
y no es tiempo de cegueras.domingo, 26 de octubre de 2014
El grito
¿Quièn calla a esta hora los crímenes?
¿Quién los cubre con tanta alevosía
que parece que no hay muertos
día a día?
¿quién es capaz de callar cada barbarie,
cada noche opaca y larga,
cada infierno repetido?
¿quién?
¿quiénes son los que callan a esta hora
cuando son urgentes la rabia y las palabras,
cuando hay prisa
por salvarnos
del violento porvenir que nos alcanza?
¿quiénes?
¿quiénes son?
¿son sòlo cobardes?
Gritamos pero no
es suficiente,
gritamos porque
somos pueblo y lloramos a otros pueblos,
elegimos letras
para aullar sobre las lápidas
pero los que callan
quitan importancia a las muertes,
sepultan su memoria y dejan que la historia se repita.
alimentan la felonía
para mantenerla intensamente viva
Y nosotros,
los que morimos y nos matan en todas partes,
de todas las formas posibles
gritamos a pleno pulmón
y a veces…
sirve.
miércoles, 22 de octubre de 2014
La no- canciòn del estudiante
No canto no.
Sólo escribo
para recordar que ya no seréis cantores,
que vuestra garganta
no podrá decirnos cuanto duele
ser joven en medio de la barbarie,
en mitad de ese desierto de impunidad donde hay demasiados cadáveres.
No canto, no.
No se puede cantar en la hora de los crímenes.
Nada.
No canto.
No puedo hacerlo,
se pudren mis labios
si hago canción
del espanto.martes, 21 de octubre de 2014
Dònde
¿Dónde cubrieron sus nombres con tierra y ceniza?
¿Adónde llevaron sus huesos o sus vidas?
¿En qué lugar enterraron tantos mañanas,
tantos sueños y rebeldías,
tantos?
¿Dónde están sus huellas?
¿Dónde está el clamor del mundo partiendo en dos cada día
que pasa, cada día?,
¿Partiendo en dos ese silencio espeso que se clava en un país
con desaparecidos?
¿Dónde están, dónde?
¿Dónde los asesinos?
¿Dónde los dedos que apretaron los gatillos?,
¿Dónde los dedos que encendieron el fuego que abrasó tantas
semillas?
¿Dónde están, en qué parte?
Decidlo, verdugos,
Decidlo,
decidlo,
decidlo.domingo, 19 de octubre de 2014
En pie, aunque duela
Acostumbrados al espanto.
Aislados del horror que vive lejos.
Aislados del horror, como si nada.
Los países son espejos que no devuelven la mirada.
Como si nada.
Día a día.
Como si nada.
Como si no tuviéramos piel que se estremeciera,
como si no tuviéramos puños que se levantaran,
como si no tuviéramos corazón para ponerlo en pie,
en pie, de cualquier manera.
En pie el corazón, aunque duela.
En pie la poca humanidad que nos queda.
En pie.
En pie, maldita sea,
frente al fuego y la metralla,
frente al verdugo y sus cadenas,
frente al espanto, maldita sea,
sin dejar que sean costumbre
las muertes lejanas y las que están cerca.
sábado, 18 de octubre de 2014
La jodienda
Imagen de acciòn poètica tucumana
Me jode la gente que en los momentos serios está alegre,
que en los instantes donde es necesario un abrazo, se cruzan
de brazos,
los que creen que la amistad les da derecho a mercantilizar
los afectos,
los que hablan porque les pudre el silencio,
los que olvidan pronto porque son voluntarios amnésicos,
los que dan la espalda cuando necesitas su aliento.
Me joden todos estos emperadores del cinismo
que fallan cuando estamos a un paso del abismo.
Me joden porque desorientan la brújula por la que guío mis pasos
y tropezar con el desencanto rompe a cualquiera en mil pedazos.
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