Esta tarde dos militantes del SAT han sido detenidos por la policía española acusados de “ultraje a la bandera”.
Los hechos
se remontan al pasado lunes cuando ante la noticia de la abdicación del
monarca español, Juan Carlos, miles y miles de personas salieron a la
calle en muchas ciudades y pueblos de Andalucía y también en el conjunto
del Estado español.
Se salió a las plazas para denunciar una
institución monárquica impuesta por la dictadura franquista y erosionada
por la corrupción y para exigir un proceso constituyente que le dé la
palabra a los pueblos, para exigir democracia, en definitiva.
Las
concentraciones estuvieron repletas de banderas andaluzas y de la II
República. En Granada más de 10.000 personas salieron a la calle en una
manifestación espontánea convocada a través de las redes sociales.
Durante la movilización se llegó a arriar la bandera española que
ondeaba en la Avenida de la Constitución y se izó una republicana y una
bandera andaluza. Este hecho fue calificado de “ultraje a la bandera”
por el Subdelegado del Gobierno que ordenó a la policía la
identificación de los manifestantes. El Sr. Subdelegado, Santiago Pérez
se llama, mandaba poner a los responsables de esa acción ante el juez al
tratarse de un supuesto delito.
El derecho
de una familia a tener una vivienda digna o un puesto de trabajo decente
nunca fue para este señor motivo alguno para perseguir a los
especuladores, corruptos y banqueros que nos han traído la crisis estafa
y sus dramáticas consecuencias en forma de paro masivo y desahucios.
No, el Sr. Santiago Pérez preside una Subdelegación donde se identifica a
piquetes pacíficos para meterlos en la cárcel, como Carlos y Carmen. Y
no contento con tal injusticia ahora quiere ponerse galones ante su
partido con la detención de sindicalistas que fueron parte del pueblo
granadino y andaluz en defensa de la libertad y la democracia.
Porque el
lunes 2 de junio se salió exigiendo libertad y democracia, exigiendo que
el pueblo pudiera hablar, pudiera pronunciarse sobre la forma de
estado, pudiera cuestionar un régimen que fue impuesto por una dictadura
que salió de un golpe de estado y una guerra civil, que en Andalucía
fue un auténtico exterminio de la clase obrera organizada por parte de
la derecha económica y política.
Nuestros
compañeros, José de Iznalloz, y Javier, de Granada, han sido víctimas de
una nueva caza de brujas urdida por el Gobierno español. Un nuevo
montaje para criminalizar la movilización social, para meterle miedo al
pueblo. No se han dado cuenta todavía que el miedo ha cambiado de bando.
El miedo lo tienen ellos. Su sistema, su régimen y sus gobiernos
fracasados hacen agua por todos lados. Y están muy nerviosos porque
saben que se les acaba el cuento.
Mañana
estaremos en Granada para apoyar a nuestros compañeros. No pararemos
hasta que sean puestos en libertad, hasta que dejen de ser secuestrados
legalmente por un poder extranjero que aplasta desde hace siglos la
soberanía de Andalucía.
Y que nadie
dude que ni la represión, ni las multas, ni las detenciones, van a
evitar que el 21 de Junio rodeemos todos los parlamentos. El pan, el
trabajo, el techo y el derecho del pueblo a decidir serán nuestras
banderas. Exigimos ruptura democrática, un proceso constituyente
democrático y desde abajo que le dé la voz a los pueblos para que
decidan libremente su futuro. Andalucía quiere decidir, en todos los
sentidos y en todos los órdenes de nuestra vida colectiva, económica y
políticamente.
¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!
Comentarios
Publicar un comentario