El petroleo canario de los jeques del PP y Repsol tendrá una respuesta insurgente y brutal de su pueblo. Francisco González Tejera

Heroica acción en el acto institucional del Día de Canarias que tuvo que suspenderse 

Cuando los sobres marrones con olor a petróleo marino y algo de mierda empichada, afloran entre la podredumbre política del partido franquista que gobierna España, le toca a Canarias sufrir la inminente destrucción de su futuro. El gobierno del patético títere del imperio, el calamitoso y ridículo presidente Rajoy y su repsoliano ministro, ahora más conocido como “el jeque Soria”, pretenden iniciar las prospecciones petrolíferas en el riquísimo suelo marino de esta tierra desafortunada. La idea es buscarle petróleo y millones gratis a Repsol y a unos cuantos gürtelianos/as, que se forrarían en caso de encontrar el preciado oro negro.

La sinvergüencería congénita del PP no tiene límites conocidos por la ciencia y ahora vienen a cebarse con un pueblo donde se
superan todos los récords de miseria humana: hambre infantil, desahucios masivos ejecutados por la mafia, de veinticinco a treinta suicidios mensuales por razones económicas, casi un 30% de desempleo, madres con hijos/as sin comida ni dinero que no dicen nada para que no se los quiten los servicios sociales, cientos de miles de familias comiendo en bancos de alimentos. Una situación de verdadera emergencia social, que este gobierno de caraduras dice poder solucionar, siempre y cuando su empresa amiga Repsol, encuentre el petróleo de los mamones y mamonas ultraderechistas con ambición de jeques tropicales.

Millones de seres marinos, una treintena de especies de cetáceos, algunos en grave peligro de extinción, unas playas canarias que pueden convertirse en pocas horas en un erial de liquido negro y putrefacto, una economía canaria que depende del turismo que podría irse al garete, islas como Fuerteventura o Lanzarote con solo dos días de reservas de agua, que de contaminarse los mares no podrían desalinizarla. Todo esto nos regala el PP a la gente de Canarias después de su batacazo electoral, de sentir el vaho de la izquierda revolucionaria en sus podridos cuellos.

La venganza del PP es aprobar el expolio y la inminente destrucción de los mares canarios, precisamente unas horas antes del Día de Canarias, con la idea de mostrar su más asquerosa prepotencia de señoritos y damas de peineta ultra católicas.

“Aquí estamos” dicen, “Somos los amos, los señores dueños de esta tierra conquistada a sangre, crímenes, torturas, genocidio, exterminio, sangre y fuego", donde asesinaron y esclavizaron a su pueblo indígena para imponer el yugo, las cadenas perpetuas, las masivas violaciones a mujeres aborígenes y la explotación más sanguinaria”.

Esta es la herencia: la represalia contra un pueblo que grita ¡Basta!, que no aguanta más tantas cacicadas de esta banda de supuestos bandidos, con miles de escándalos de corrupción por toda la geografía estatal, que la ciudadanía contempla con vergüenza ajena y un hartazgo que penetra indignado en los corazones honrados de millones de personas.

Un petróleo del ministro arabizado, José Manuel Soria, empleado, representante y delegado de la empresa transnacional, Repsol en Canarias, supone la inevitable caída de nuestro desgraciado pueblo a un abismo de barbarie, crímenes de lesa humanidad, abusos de poder, corrupción permanente, prostitución, drogadicción inducida y premeditada por el estado, como ya hicieron en otras épocas, para alienar a nuestra juventud más combativa.

La verdadera miseria es que se creen con toda la razón y ordenan al presidente del gobierno canario condenar, la heroica acción realizada por más de 400 jóvenes activistas, que tomaron el Teatro Guimerá en la isla de Tenerife, mientras se realizaba la esperpéntica y alitósica entrega de los premios del Día de Canarias, del que siempre se benefician curas, obispos, constructores y empresarios donantes, militares, benevolentes jueces amigos, policías del antidisturbio y el palo fácil, lameculos del régimen y otros especímenes del comemierdismo institucional y el  “¿Cómo va lo mío excelencia?”.

Al PP le saldrá muy cara esta decisión cuando ese super barco con más de 300 metros de eslora comience a agujerear en cientos de puntos, penetrando una tierra altamente sísmica desde cinco a diez kilómetros. Una zona jamás explorada que puede derivar en terremotos, muerte masiva de cetáceos por el uso de sonares que les destrozan en pocas horas sus tímpanos y cerebros para morir varados en cualquier playa.

Nuestro pueblo siempre ha sido pacífico y solidario, para esto ya es demasiado, se supera la posibilidad de supervivencia futura, peligra el futuro de nuestros hijos e hijas, la desaparición del turismo, la muerte de millones de especies marinas, la vuelta del hambre que hemos vivido tristemente en otros momentos históricos que nos obligo a migrar a muchas partes del planeta.

Ahora toca alzarse, romperle a esta gentuza petrolera cada acto que realicen, estar en todos lados vestidos/as de negro muerte, de luto riguroso por la destrucción de nuestro querido universo. Que no puedan respirar, que se tengan que marchar cuando empiecen a hablar ante nuestros gritos y protestas.

Un escrache canario masivo en todo el territorio isleño contra los miembros del PP, que no puedan moverse sin que les digamos a sus maquilladas caras lo que pensamos, lo que son, lo que están haciendo con nuestro pueblo, con nuestra naturaleza virgen, con ese universo marino maravilloso donde viven seres mágicos, que no se merecen este premeditado atentado terrorista ecológico al que llaman prospecciones.


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Comentarios

  1. Si perforan el suelo marino alterarán el ecosistema, y aunque no sea visible, el resultado solo puede ser nefasto, ademas del ruido que está demostrado que afecta seriamente a las ballenas.

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