Hacienda premia a Konecta con la atención telefónica de la renta,(despidió a una empleada por faltar al trabajo el día de su desahucio y muchos más incumplimientos legales,) . El contrato supera los 2 millones de euros
Cartel de la Comunidad de Madrid en el call center de Konecta en Tres Cantos. / Adolfo Luján / Diso Press
La empresa que despidió a una empleada por faltar al trabajo el día de
su desahucio llevará la atención telefónica de la
campaña de la renta. Así lo ha revelado eldiario.es,
que también destaca cómo Konecta BTO es una empresa conocida por las
irregularidades cometidas en sus políticas laborales, con 189 denuncias
en los juzgados de lo social. Y también conocida por aprovechar
cualquier resquicio de la normativa laboral para sacar todo lo posible
de su plantilla: DIAGONAL informó de cómo una empleada llegó a morir de neumonía por
no pedir una baja por miedo a ser despedida. Días antes el responsable
de recursos humanos había recordado a la plantilla que la reforma
laboral de Rajoy consideraba justificado el despido de quien se acogiera
a bajas laborales de hasta 20 días. El contrato con el que el Gobierno
premia ahora a esta compañía es de 2.109.914 euros, informa eldiario.es.
En el caso de Latifa, la empleada muerta por neumonía, la amenaza era
real porque existía el precedente de los despidos de 11 trabajadoras
del call center de Güeñes (Vizacaya) por haberse acogido a bajas por
enfermedad, según contaba DIAGONAL a partir de fuentes sindicales. Ahora
eldiario.es añade el elemento del origen: una sentencia del
Tribunal Superior de Justicia de Catalunya de noviembre de 2013
consideró demostrado que la empresa había discriminado a cuatro
trabajadoras debido a su nacionalidad. La sentencia del TSJC
consideró que la empresa vulneró la integridad moral de estas
trabajadoras al cambiar su destino de una punta a otra de la península –de
Barcelona al Puerto de Santa María, en Cádiz- sin que otras
trabajadoras en idéntico puesto y funciones, pero de nacionalidad
española, sufrieran este traslado. Latifa, de origen marroquí, llevaba
viviendo en España y trabajando como teleoperadora desde finales de los
90. Tras su muerte, la empresa ni siquiera atendió la petición de poner
un cartel en su recuerdo en las oficinas.
El despido de Amaya por faltar a su puesto el día de su desahucio fue contestado por el mismo colectivo que en su día la apoyó para no quedarse sin casa.
Los grupos de apoyo mutuo del barrio madrileño de Tetuán, en alianza
con diferentes sindicatos, plantearon una serie de acciones de escrache
en demanda de la readmisión de esta trabajadora, que se ha convertido en
una militante activa del movimiento de vivienda madrileño. El juicio
contra Konecta está previsto para el 26 de junio.
Comentarios
Publicar un comentario