Un viernes cualquiera de 2010 un Ministro de Zapatero tuvo una
ocurrencia genial, como por otro lado era la tónica habitual en aquel
gobierno: iban a introducir el concepto de organización criminal en el
Código Penal. Yo me lo imagino así: viernes de Consejo de Ministros,
poco de lo que hablar y casi nada de trabajo: “¿crisis, qué crisis?”, un
par de chascarrillos, que si “cuando salga de aquí un puestito en
Endesa”, que “qué vas a hacer este finde con los chavales”; cuando, de
repente, uno lo
suelta: “pues me estoy viendo los Soprano y son la
bomba, y la idea esta de la Ley RICO es lo más: como lo que hacemos con
los terroristas pero con los mafiosos” Y bingo, como nada es de tanto
gusto para el estado que definir al “enemigo”, toda la maquinaria se
puso en funcionamiento para dar lugar al concepto penal de organización
criminal, aprobado por la Ley Orgánica 5/2010 de 22 de junio que
introduce en el Código Penal los artículos 570 bis, 570 ter y 570 cuáter
(en esto no se devanaron mucho los sesos, la verdad).
Lo que dice el artículo 570 bis del Código Penal al respecto de las organizaciones criminales es lo siguiente:
“1. Quienes promovieren, constituyeren, organizaren, coordinaren o dirigieren una organización criminal serán castigados con la pena de prisión de cuatro a ocho años si aquélla tuviere por finalidad u objeto la comisión de delitos graves, y con la pena de prisión de tres a seis años en los demás casos; y quienes participaren activamente en la organización, formaren parte de ella o cooperaren económicamente o de cualquier otro modo con la misma serán castigados con las penas de prisión de dos a cinco años si tuviere como fin la comisión de delitos graves, y con la pena de prisión de uno a tres años en los demás casos. A los efectos de este Código se entiende por organización criminal la agrupación formada por más de dos personas con carácter estable o por tiempo indefinido, que de manera concertada y coordinada se repartan diversas tareas o funciones con el fin de cometer delitos, así como de llevar a cabo la perpetración reiterada de faltas”.
Disculpad el subrayado, pero es que por lo que la prensa tradicional
ha venido contando últimamente este apartado final podría aparecer
perfectamente en los estatutos del Partido Popular, y desde luego
describe a la perfección (en tándem con otros varios artículos del CP)
la mal llamada trama de “los papeles de Bárcenas”, en cuya instrucción
se ha acreditado (y así lo señalan a su vez la mayor parte de las
organizaciones querellantes) que de forma continua e institucionalizada
el Partido Popular habría recibido de donaciones en B por parte de
empresarios destinados entre otras cosas a pagar (en B también) a sus
dirigentes, que después tendrían la obligación de satisfacer las
solicitudes de estos empresarios en materia de política económica,
concesiones urbanísticas y chanchullos varios.
Claro, que se podría pensar que los lumbreras del Partido Socialista
que aprobaron la modificación del Código Penal de 2010 apostaban a que
esto sucedería en el Partido Popular; pero si uno se detiene un rato en
el caso de la mal llamada trama de los ERE se puede constatar fácilmente
que tampoco es que en la bancada de la oposición (o del Gobierno de la
Junta de Andalucía) se encuentren a día de hoy tan lejos de Alcalá Meco,
donde si el tiempo sigue pasando y las imputaciones siguen su cauce,
pueden trasladar el periodo de sesiones parlamentarias de la próxima
legislatura.
“Te lo dije”: esa es la victoria pírrica que nos merecemos los
maniqueos. Porque cuando contábamos a nuestro alrededor que estábamos
gobernados por delincuentes nuestros interlocutores alzaban la ceja y
miraban por encima del hombro. Pues te lo dije: hay un tipo penal que
inauguraron ellos hace bien poco y que cuadra perfectamente con la
definición que todos y todas nos hacemos de sus partidos políticos y el
uso que les dan. Es más, son tan torpes que ellos mismos han tendido su
propia trampa como en los dibujos animados del correcaminos; y son tan
brutos, tan terroríficamente brutos que, por ejemplo, han firmados
recibís de pagos que no han declarado a Hacienda, que es claramente de
primero de delincuencia. Y claro, en un mundo donde ser gobernados por
delincuentes no es precisamente la excepción, que los tuyos sean los más
malos y los más brutos coincidiremos que deja en muy mal lugar la
“marca España”, signifique eso lo que signifique.
El caso es que los maniqueos ya tenemos nuestra victoria pírrica:
hemos convencido a los incrédulos y parece que más o menos ya estamos de
acuerdo en que los que nos gobiernan son una organización criminal y
que el sistema es corrupto. Ahora tocará seguir este jueves echando a la
mafia de las instituciones y regenerar con un proceso constituyente un
nuevo sistema político donde brillen por su ausencia todos esos
chorizos, que además de chorizos son unos mantas
NACHO TRILLO
Artículo publicado en Madriloniahttps://redjuridica.wordpress.com/2013/07/18/el-ppsoe-como-organizacion-criminal/
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