Cuatro años de cárcel por un millón de euros, un año de cárcel por 3.000.

El primero defraudó a Hacienda durante 4 años, el segundo rompió algunos parquímetros por sus abusivas tasas en el curso de varias protestas contra las autoridades del régimen. El primero se llama Carlos Fabra (foto) expresidente del PP de Castellón, el segundo, Alberto Torre y es "un peligroso delincuente" 

Postrado en una silla de ruedas, con el lado izquierdo de su cuerpo inmovilizado a causa de un ictus. Uno de sus compañeros de la Coordinadora 25-S le empuja por la rampa de los juzgados de Plaza de Castilla. Alberto Torre, de 57 años, entra en la sede judicial para conocer la fecha de su entrada en prisión, tras haber sido condenado a un año de cárcel por el destrozo de parquímetros en 2006, durante las protestas vecinales en el distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo.

Su caso se ha ido dilatando desde 2006 hasta alcanzar un ritmo vertiginoso en los últimos meses. Para este "peligroso criminal", como ha sido definido en el auto de la Audiencia Provincial, existe, sin embargo, otra causa paralela no escrita y que condena su activismo social. El 29 de septiembre Torre insistió en participar en la marcha contra la monarquía, incluso con las secuelas provocadas por el ictus. Iba encabezando la manifestación tras una pancarta que rezaba "Jaque al Rey". Un día después, la sección segunda de la Audiencia desestimaba la petición de suspensión de pena de Alberto.

"Lo que se desprende de la causa es la peligrosidad criminal del penado, entendida ésta como posibilidad de volver a delinquir, ya que el penado ha sido condenado en cuatro ocasiones por delitos de daños", reza la resolución, a la que ha tenido acceso eldiario.es. Esas cuatro condenas previas se enmarcan, según su abogado, Erlantz Ibarrondo, en el mismo periodo de lucha vecinal contra los parquímetros. "Desde 2006 no tiene una sola denuncia. El argumento del juez es, no obstante, que se intuye que puede tener un comportamiento delictivo de aquí al futuro", explica Ibarrondo. Alberto es, para la Justicia, un presunto futuro culpable.

El Juzgado de lo Penal Nº 12 le había citado hoy para notificarle la fecha de su entrada en prisión. Sin embargo, la defensa del activista ha tratado de agotar su último cartucho legal: acogerse al artículo 80.4 del Código Penal por sus circunstancias de enfermedad permanente e incurable, ha explicado su letrado. Torre está medicado para paliar una embolia pulmonar sufrida la semana pasada. Tras la vista, el juez estudiará las alegaciones y resolverá si ingresa o no en presidio en un plazo que no ha sido definido.

Mientras, se encuentra a la espera de que se resuelva el indulto que ha solicitado. "Estoy preocupado por mi estado médico, entrar así en prisión sería complejo", explica, con su mano izquierda atrapada en una rigidez equiparable a la de su situación procesal. "Nos hemos ofrecido a hacer un trabajo social, pero dicen que soy un tipo peligroso. Hay una lista de un millón de personas que debían ir a la cárcel antes que yo; por ejemplo, el señor Blesa y compañía. Si yo pago un año por una tontería, el resto debería pagar miles".

En la antesala de la aprobación de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, entendida por los movimientos sociales como una 'ley mordaza', el caso de Alberto Torre se ha tomado como una agresión directa a la participación activa en la protesta social. "Con este caso están intentando reprimir y asustar a la gente que sale a la calle, a los que no somos de esa mayoría silenciosa, ellos nos quieren tapar la boca", ha señalado antes de abandonar la sede del juzgado en un mensaje que los concentrados han respaldado con aplausos y gritos de ánimo (...).

El diario.es

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