Algunos medios han puesto el grito en el cielo, ya que no
pueden hacerlo en Estrasburgo, y exigen que el régimen español desacate
el fallo de la justicia europea. Por 15 votos contra 2, el tribunal
europeo sentencia que “no hay pena sin ley” condenando al régimen
español por violar el artículo 7 de la Convención Europea de los
Derechos Humanos;
por 16 votos contra 1, demanda del régimen español
“poner fin a las vulneraciones constatadas y garantizar la libertad de
Inés del Río a la mayor brevedad posible”; por 10 votos contra 7
determina que el régimen español indemnice con 30.000 euros a la presa
vasca por “daños morales”; y por unanimidad condena al régimen español a
pagar las costas judiciales.
Entre los muchos sibilinos argumentos que manejan los grandes medios
de comunicación para irrespetar la sentencia de la máxima autoridad
judicial europea, el que más se repite es el de los violadores que,
junto a decenas de presos vascos, saldrán de la cárcel cuando se derogue
la “Doctrina Parot”, pero no hay porqué preocuparse. No es tan grave el
problema como parece porque sólo serán algunos violadores los que
queden en libertad. Los peores, los más grandes e impunes que,
apandillados en gobierno, nunca han ido a una cárcel sino para
inaugurarla, van a seguir violando todos y cada uno de los derechos
humanos; los mismos que se erigen en tribunales de justicia y van a
seguir violando hasta sus propias leyes y sentencias; los mismos que se
consagran en divinos altares y en mundanas conferencias de empresarios y
van a seguir violando los más fundamentales derechos; los mismos que se
asocian en la gestión de los grandes medios de comunicacón y van a
seguir mancillando la verdad cuanto más la invoquen y la mientan.
Esos grandes violadores, los peores, no van a salir de la cárcel. Es más, ni siquiera van a entrar.
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