A la patronal le gusta la idea de contratar becarios hasta los 40 años Antonio Maqueda (¡¡¡ ..Y ya están por legalizar el derecho de pernada !!!)
Una vez que ha conseguido menos obstáculos para despedir,
indemnizaciones más baratas y más facilidades para rebajar salarios, la
patronal da una nueva vuelta de tuerca a sus peticiones en el ámbito
laboral. Y entre las propuestas que la confederación empresarial recoge
en su informe ‘Las reformas necesarias para salir de la crisis’ se
entrevé el mismo espíritu que ya definió el antecesor de Rosell al
frente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, cuando dijo que para salir de la
crisis habrá que trabajar más y ganar menos.
La representación de los empresarios pide, por ejemplo, que el
contrato de formación se pueda convertir en uno de inserción y valga
para cualquier trabajador que precise reciclarse con independencia de su
edad. ¿Y qué significa eso? Pues que una empresa pueda contratar como
becario a un albañil de 40 ó 50 años con un año entero de prueba durante
el que se pueda despedir sin costes. La CEOE incluso exige que el coste
de la formación corra a cargo del Estado y no de la empresa.
Ésta es la solución que vislumbra la patronal para el terrible legado
de una burbuja en el ladrillo y un sistema educativo cojo. Recordemos
que aproximadamente un 15 por ciento de los parados proceden de la
construcción y que el 60 por ciento de los desempleados menores de 25
años no ha completado la secundaria obligatoria, esencial para acceder a
numerosos puestos de trabajo.
La agrupación empresarial también propone que la remuneración de este
formato contractual para becarios se ajuste al salario mínimo y poco a
poco mejore acomodándose al convenio, una fórmula similar a la que se ha
adoptado en países como Alemania.
Los contratos a tiempo parcial y la flexibilidad
Además, da un paso más allá y solicita que los contratos indefinidos a
tiempo completo puedan transformarse en a tiempo parcial siempre que
concurran circunstancias económicas, técnicas, organizativas o de
producción. Y eso pese a que las empresas ya disponen de mecanismos para
obtener por esas mismas razones una reducción de jornada a través de un
ERE temporal. ¿Y qué implica esto? Pues una vez más, para la CEOE rige
el principio de que la crisis va para largo y considera que en algunos
casos esas reducciones de jornada conseguidas vía ERE se tendrán que
hacer con un carácter permanente. Por lo tanto, persigue que los
contratos se puedan convertir en a tiempo parcial sin problemas, sin
tener que recurrir a despidos o a orquestar todo un Expendiente de
Regulación de Empleo.
Y con el objeto de tener más flexibilidad con el modelo del tiempo
parcial, la CEOE quiere que se amplíen las horas complementarias que se
pueden trabajar desde el 15 por ciento al 30 por ciento de la jornada
establecida en el contrato. Es decir, a un contrato que fije cinco horas
de trabajo al día se le podrá añadir cuando sea menester hora y media.
Por otra parte, la organización que preside Juan Rosell insiste en
que se puedan concatenar otra vez los contratos temporales, algo que ya
se suprimió en la reforma laboral de Zapatero, precisamente buscando que
se mejorase la calidad del empleo y no se abusase de los temporales
para todo.
Entre otras cosas, la CEOE aspira a que haya aún más flexibilidad
interna, acabar con la ultraactividad de los convenios (su prórroga
automática ya fue limitada a un año por la reforma del PP) y que se
pueda llevar a cabo más cambios en los horarios, en las funciones o
incluso extender los sueldos con complementos variables. Sugiere que se
articule un procedimiento sancionador aplicable a los que incurran en el
absentismo, y anima a que los médicos de las mutuas sean los que
controlen las bajas por incapacidad temporal. En definitiva, la patronal
pide un modelo por el que se tendrá que trabajar aún más para ganar
todavía menos, algo que también exigen instituciones como el FMI o la
Comisión Europea.
Antonio Maqueda
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