EL FINO OLFATO DE LOS TERRATENIENTES ANDALUCES
Si alguna clase social tiene un fino olfato esa es la
burguesía. Y dentro de las fracciones que la componen los que otean al enemigo desde kilómetros son los
terratenientes. Y si no que se lo pregunten a la patronal Asociafruit, que ha
solicitado de un juzgado de Sevilla, que embargue el sueldo como parlamentario de Juan Manuel Sánchez Gordillo, el ya universalmente
conocido alcalde de Marinaleda.
Sánchez Gordillo y el dirigente jornalero Diego Cañamero, junto con más de una cincuentena de
militantes del Sindicato Andaluz de trabajadores (SAT), fueron condenados por
un tribunal a pagar €60 cada uno, y de
manera conjunta €483, por "los daños causados por una ocupación".
Según la sentencia los hechos ocurrieron el 28 de noviembre
de 2008, cuando un centenar de militantes del SAT ocuparon los locales de
Asociafruit, asociación que agrupa a las Empresas Productoras y
Exportadoras de Frutas y Hortalizas de Andalucía y Extremadura,
exigiendo que interviniesen en la contratación de hasta 30
trabajadores que habían sido despedidos del Cortijo La Jarilla por estar
afiliados o ser simpatizantes del sindicato SAT.
En el curso del juicio, Sánchez Gordillo, que habló en
nombre de los miembros de su sindicato, negó haber cometido ningún delito, pues
la actuación de los trabajadores fue absolutamente pacífica, procediendo al
desalojo del local cuando se lo pidió la policía.
Ahora, el abogado de la patronal de terratenientes Asociafruit,
ha solicitado al tribunal que acuerde el
"inmediato embargo del sueldo de
parlamentario del condenado Juan Manuel Sánchez Gordillo"
Esta Asociación patronal había solicitado para cada uno de
los procesados una multa de 600 euros
por una falta de ocupación de un local abierto al público contra la voluntad de
su titular, y otras dos multas de 200 euros cada una por sendas faltas de
coacciones, y otros 200 euros por una falta de daños. El objetivo de la dureza
de los terratenientes estaba claro: demostrar a los jornaleros que atentar
contra los sagrados principios de la propiedad privada de la tierra tiene un
precio. Hoy es una mensualidad. Mañana…
quién sabe.
Tomado de Canarias semanal
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