Impresiones de viaje. Cuba 2012: Entrevista a Manuel David Orrio del Rosario (1)
Orestes Martí |
Domingo, 01 de Julio de 2012 |
Por Orestes Martí*-Martianos-Hermes-Cubainformación-Cubasolidaridad.-
INTRODUCCIÓN Durante nuestra estancia en Cuba en este inclemente verano del año 2012, tuve la ocasión de entrevistarme con muchas personalidades de la vida política, social, económica, cultural; en fin, de los diversos segmentos que componen ese extraordinario "ajiaco" criollo que sigue siendo la actual sociedad cubana.
Alguien que no podía faltarnos en esta
toma de pulso a una sociedad que trata -contra viento y marea- de
profundizar en el proceso revolucionario iniciado a mediados del pasado
siglo es, sin lugar a dudas, el amigo Manuel David Orrio del Rosario,
con quien en ocasiones anteriores ya habíamos llevado a cabo intensos
intercambios de criterios y opiniones, especialmente al cumplirse los
50 años del triunfo de la Revolución cubana (2).
Al recibir las preguntas para esta
entrevista, Orrio nos comentó que había conversado con varias personas,
desde más de un año atrás, sobre su intención de escribir un artículo o
ensayo cuyo nombre sería “Cuba, Raúl Castro y las íes de El Diablo”.
Así denomina en el contexto cubano a fenómenos como la
inconstitucionalidad, la inflación, la informalidad, la improvisación y
otros. Expresa, ahora, que este intercambio lo hizo innecesario.
Escrito está.
Orestes Martí (OM) Al echar
una primera ojeada al estado de la “actualización” del Modelo económico
cubano (MEC), se experimenta una especie de “desfase” entre la esfera
socioeconómica y la sociopolítica ¿Qué opinión te merece esa
impresión?
Manuel David Orrio (MDO)
Tengo por principio, desde mis tiempos como combatiente secreto de la
Seguridad del Estado, y ahora como analista y periodista
revolucionario, evaluar cuanto acontecimiento se produce a la luz de
los únicos instrumentos que considero expresión del consenso nacional.
Guste a quien guste, pese a quien pese, mínimo en lo estratégico
favorable a la Revolución. Esos instrumentos son la Constitución de la
República y sus leyes complementarias y COHERENTES.
Sí, vale el subrayado: coherentes. En mi país aún se sufre de un severo
problema de inconstitucionalidad y de irrespeto al orden jerárquico de
la Ley. Para mí, las más dañinas carencias de la Nación y los más
eficaces enemigos del proyecto socialista criollo, porque abren caminos
a la denuncia de un real o supuesto divorcio entre proclama y
ejercicio, sin contar de los problemas que crean.
Si se parte de esa base, los desfases
que como otros confirmo tienen por origen, en primer lugar, no “agarrar
al toro por los cuernos” y enfrentar de una vez esa seria situación de
inconstitucionalidad y de irrespeto a la jerarquía de las leyes. Por
lo menos desde el 2006 clamo a voz en cuello no sólo por el respeto ad
literam hacia la Constitución, sino por su aprovechamiento, tanto en
sus restricciones como en las inmensas potencialidades que aún tiene.
Ejemplos sencillos, entre muchos: no se puede avanzar en la apertura
económica habiente en el Archipiélago, por un lado, y mantener absurdas
restricciones migratorias por el otro. No hay verdaderas garantías
para quienes inviertan en tales o cuales negocios, si se mantiene
vigente un Decreto-Ley 149, por el cual el ciudadano puede, respecto al
debido proceso, quedar indefenso ante una acusación de enriquecimiento
ilícito. O “indebido”, como eufemísticamente se le nombra en la
disposición. Me he enfrentado a ese decreto; por lo menos una familia
cubana -- la Suñé-Cabrera -- me debe el que no fuera desalojada de su
legítima vivienda, y soy testigo de excepción acerca de las
barbaridades pseudolegales asociadas al úcase.
Aquí y acullá, unos y otros la emprenden
de tal o cual manera contra la Ley fundamental, desde la izquierda y
desde la derecha, mientras el enemigo inteligente ha comenzado a
reclamar su CUMPLIMIENTO. El caso más reciente es el de la entrega al
parlamento criollo de la denominada Demanda ciudadana por otra Cuba
¿Qué se exige, en lo principal? Que se ratifiquen los pactos
internacionales de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, “firmados por el Gobierno cubano el 28 de febrero del año 2008 en la ciudad de Nueva York”, apunta sibilinamente el documento.
Analícese: ¿puede haber algo más
razonable y CONSTITUCIONAL, que se ratifique lo firmado ante Naciones
Unidas y se actúe en consecuencia? ¿No es acaso deber de revolucionario
exigir a la Asamblea Nacional del Poder Popular que Cuba sea coherente
con los tratados internacionales en los cuales es parte, lo cual se
refrenda en el artículo 12 del texto constitucional? ¿Puede haber mayor
“desfase” que el significado porque una vez más el enemigo tome la
iniciativa a partir de la propia voluntad política de la Revolución?
Luego, lo más ¿triste, ridículo?: la censura y el silencio, la
satanización del adversario, hasta la condena de un fenómeno tan
tendiente al verdadero socialismo como es el denominado periodismo
ciudadano y, lo peor: si el enemigo se la apropia, muchos
revolucionarios honestos perciben la propuesta como concesión al
adversario, para así lograrse el objetivo perseguido por el “juego
operativo” de los servicios especiales estadounidenses: INMOVILIZAR.
Entretanto, Lenin avisa: “en el juicio de un enemigo inteligente es rara la total confusión. Dime quién te alaba y te diré en qué te has equivocado”.
OM: Los analistas no se
ponen de acuerdo en lo que realmente se está operando en relación al
“Modelo económico” ¿eres de la opinión de que se trata de una
“actualización” o más bien de un cambio de Modelo?
MOD: ¡Don Orestes, yo
no soy el pitoniso del Barrio Chino de La Habana! Me ha recordado en
esta pregunta un pasaje de la comedia de zombies cubana Juan de los Muertos. Aquel donde el protagonista se autodefine como sobreviviente: “sobreviví a El Mariel, a Angola, al Período Especial y a ‘esta Cosa’”.
Cierto: los analistas no se ponen de
acuerdo sobre si “La Cosa” se actualiza o si se trata de un cambio de
modelo económico. Personalmente, opino que no existe nuevo modelo, por
cuanto lo legislado en materia de propiedad sobre los medios de
producción se mantiene, en lo esencial, y ésa es la clave para definir
el proceso de reformas que está teniendo lugar. Tampoco estoy de
acuerdo con el concepto “actualización”, por cuanto en el mismo se
contienen RECTIFICACIONES que no por olvidadas, dejan de ser
importantes. Prueba al canto: se pretende promover la existencia de
cooperativas en sectores distintos al agropecuario ¿Es “actualización” o
“rectificación” llevar a la práctica lo que fue parte del Programa
aprobado por el III Congreso del Partido Comunista de Cuba, en 1985,
abolido dicho programa en el IV de 1990, y ni una palabra sobre el
asunto en la Resolución Económica del V, efectuado en 1997? ¿Cuántos
miles de cooperativas habría en este momento si esa intención se
hubiera materializado cuando se acordó, y cuánto estarían aportando al
Producto Interno Bruto desde hace años?
Julio García Luis, gran periodista
cubano recientemente fallecido, afirmó en una de sus magistrales
conferencias que una de las regularidades en las relaciones entre
Comunicación y Poder es la eufemización: “cuando los peores años
del Período Especial, nunca dijimos que pasamos hambre, sino que
teníamos dificultades con la alimentación”. Si evado eufemismos,
diría que lo que tantos se esfuerzan en llamar “modelo económico
cubano” se está redireccionando en busca de un mejor equilibrio entre
plan y mercado, aún pendientes muchas definiciones sobre auténtica
participación ciudadana en la gestión, así como en puntos a mi entender
primordiales para conocer en realidad qué sucede en la economía
criolla y qué hacer en consecuencia. Por ahora, la buena noticia es que
“La Cosa” se mueve. Ojalá, no como un zombie.
OM: Mucho se ha escrito
sobre los problemas de la doble moneda y de la doble tasa de cambio
¿Cuál es tu visión sobre estos dos fenómenos en la economía cubana
actual? ¿Cómo eliminar la doble moneda?
MDO: Reflexionar sobre la existencia en
mi país de una “doble moneda” invita, ante todo, a hacer Historia:
¿cómo surgió o, más exactamente, cómo se institucionalizó? Siempre hubo
“doble moneda” ¿Acaso ya se olvidó que el comercio -- legal o de
contrabando -- en las tiendas exclusivas para diplomáticos
(diplotiendas) se hacía en dólares estadounidenses? Tales o cuales
cubanos y extranjeros accedían a la moneda yankee. Se producían
intercambios marginales, pero se producían, con el propósito de adquirir
bienes y servicios en esos establecimientos, vedados al criollo de a
pie, en un escenario de penalización de la tenencia de divisas para
aquellos no autorizados a su posesión. Hasta más o menos 1985 el cambio
“delictivo” se mantuvo estable a 2 pesos por 1 dólar. Pero a partir de
ese año, cuando comenzó a enrarecerse el clima económico, comenzó una
devaluación continuada. Para 1990 era de alrededor de 8x1 y para
mediados de los 90 llegó a ser de 120-150x1. Obvio, para comprar en
tiendas “prohibidas” que este periodista vio repletas de compatriotas
¿autorizados?
Siempre queda en pie la pregunta de si
la tenencia de divisas se despenalizó como resultado de una voluntad
política, o si fue legalizar el hecho consumado de una muy extendida
informalidad, hija de una prohibición de tufos inconstitucionales. La
CEPAL, en 1998, publicó un estimado que calificó de conservador: para
antes de esa despenalización, los cubanos tendrían atesorados unos 200
millones de dólares.
Bien, se aceptó el hecho, se crearon las tiendas de recaudación de divisas (TRD) y un comercio en pesos no convertibles que de magros inicios se expande hoy a ritmo estable. Más o menos se puso orden en la tasa de cambio dólar-peso no convertible, a la vez que se creó el peso convertible ¡Tres monedas, en la Cuba de fines de los 90! Hacia el 2004, no como resultado de una voluntad política, sino como respuesta a agresiones financieras de los Estados Unidos de América, se eliminó al dólar de la circulación y se llegó al momento actual, en el cual conviven los pesos no y convertible, a un cambio de 24x1…para las personas naturales. De paso, un hecho al parecer inexplicable: la tasa peso no convertible-dólar descendió desde los “cielos” hasta 21x 1, y se elevó a más o menos el rango actual tras los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001. Desde entonces, a la fecha, la economía cubana ha mejorado, por mucho que se la objete, pero la tasa no ha expresado esa mejoría en proporcional descenso.
Como expresé, historiar el proceso es
importante, por cuanto revela en sus vaivenes voluntarismos e
improvisaciones, a mi entender, que han caracterizado a la política
monetaria criolla a lo largo de décadas. ¿Dos monedas para cumplir las
funciones dinerarias, que siguen siendo medida del valor y medios de
cambio, atesoramiento y préstamo, respectivamente, así como dinero
mundial? ¿Tan “desastroso” sería eliminar el peso convertible y
expresar todos los precios en el no convertible, que podría pasar a
serlo frente a las divisas REALES? ¿Tan “imposible” es emitir billetes
de mayor denominación o extender el uso de instrumentos de pago como
las tarjetas de débito o crédito, para así disminuir la masa monetaria?
En todo este “rollo” cubano de la doble
moneda sólo hay algo que sí no puede hacerse: no respetar el valor en
pesos no convertibles de los titulares naturales de cuentas bancarias
cuyos saldos se expresan hoy en convertibles. En todo caso, convertir a
la tasa vigente y continuar con la permisividad de compra-venta de
divisas REALES. Hacer algo contrario es ROBAR a los conciudadanos que
confiaron en la banca criolla y ahorraron pesos convertibles.
Si me voy por caminos suspicaces, me
preguntaría a cuáles intereses conviene mantener una situación a todas
luces incómoda para la población e insana para la economía, sobre todo
cuando se observa que en los Lineamientos de Política Económica y
Social aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, este
tema se deja “como en el aire”. Para cuando se pueda, más o menos se
decide…
Incómoda para la población, la doble
moneda; aquella pierde tiempo social entre cambios y recambios,
comercios en una u otra, o regateos en el mercado informal. Las
plantillas laborales más inútiles de Cuba son las de Casas de Cambio
S.A. (CADECAS), porque son en verdad innecesarias.
Insana para la economía, también:
segmenta los mercados, ralentiza el decursar de oferta y demanda y, por
lo menos a mí, me hace interrogarme sobre cuántos malabares han de
hacer los estadísticos criollos para ofrecer cifras de valor
confiables.
No se olvide: ¿fue en el 2010 que Cuba
estuvo en “lista negra” del Índice de Desarrollo Humano; por éste,
entre otros motivos? Parece que nadie entendía cómo se calculaba en
este Archipiélago el Producto Interno Bruto per capita, uno de los
aspectos principales para medir el conocido indicador. Por otro lado,
dato interesante: cálculos de economistas del patio apuntan que, en un
escenario de unificación de monedas y mercados, “el costo de la canasta
de alimentos disminuye en un rango de 45% a 23%, contribuyendo esto a
una reducción de los gastos generales de la canasta básica”.
Mientras el cubano de a pie va por casi
una década intentando hallar nombres cómodos para ambas monedas
(apodos, siglas, el copón bendito), pierde de vista el perjuicio aún
mayor ocasionado por la existencia de una doble tasa de cambio, según
la cual las personas jurídicas cambian a 1x1, en tanto las naturales a
24x1. De este modo, tasa devaluada para las primeras; sobrevaluada para
las segundas, cuyo símbolo es el sufrido Liborio. Se dice simple, pero
casi precipita una interrogante: ¿a nombre de cuál justicia social se
justifica esa preponderancia del Estado sobre el ciudadano?
“Pinza cambiaria”, denomina a esa doble
tasa el prestigioso economista Juan Triana Cordoví, para quien la misma
distorsiona la productividad, la eficiencia empresarial y la
asignación correcta de recursos, así como desestimula las exportaciones
y, en fin, “encarece” a Cuba. Ejemplo kafkiano, aportado en la
conferencia por él impartida en la Asociación Cubana de Naciones
Unidas, el 21 de enero del 2011: la tonelada de arroz, al filo del
2011, se pagaba a sus cosecheros privados o cooperativos a 5400 pesos
no convertibles, equivalentes al cambio “no oficial” de 24x1 a unos 225
dólares. Entretanto, el arroz IMPORTADO de Vietnam se pagaba a unos 500
la tonelada.
“Hacemos una donación a los arroceros vietnamitas”,
ironizó Triana, durante su presentación. Además, consideró que una
unificación de tasas a 12x1 da solución a un problema que puede
tornarse grave, cuando entre 40-50 % del Producto Interno Bruto sea de
origen no estatal, algo ya anunciado para menos de un quinquenio por
dirigente partidista y estatal de la jerarquía de Esteban Lazo.
Si la doble tasa permanece para ese
escenario -- manifestó el economista --, va a tener un efecto
distorsionante sobre los precios del mercado al detalle que “matará” el
interés por ingresar en moneda nacional, porque la gente perderá y,
entonces, buscará cómo ingresar en dólares, euros u otra divisa.
¿Es Triana “voz en el desierto”? En lo
absoluto. Sus colegas han investigado, hecho proposiciones y diseñado
posibles escenarios. Ejemplo a la mano es Pável Vidal, quien en su
revelador ensayo La dualidad monetaria y la política cambiaria de Cuba (http://www.bc.gov.cu/anteriores/Notibancos/2008/Notibancos%20No%2020%20%202008.pdf),
señala que los mayores retos de una unificación de monedas y tasas se
hallan en el sector empresarial; propone cómo enfrentarlos y anota
ventajas como las que citaré. Igual que Triana, insiste en la necesidad
de devaluar el tipo de cambio “oficial”, ó 1x1. Apunta Vidal:
“Se beneficiarían extremadamente
esas instituciones que en el sistema actual deben esperar la asignación
centralizada de divisas, la cual es independiente de su eficiencia
para ingresar pesos cubanos. Con un mercado cambiario, ya sea más o
menos restrictivo, la disponibilidad de divisas de una empresa estaría
más ligada a sus resultados económicos. Las empresas -- incluyendo las
mixtas o extranjeras -- estarían incentivadas a desarrollar múltiples
actividades económicas, no como hoy, que los incentivos son a producir
sólo lo que da pesos convertibles. Y realmente, no hay nada que indique
que las actividades en pesos convertibles son más importantes para el
país que las actividades en pesos cubanos…La convertibilidad del peso
cubano en el sector empresarial eliminará segmentaciones y contribuirá a
crear nuevos encadenamientos entre las instituciones. Promoverá la
oferta de bienes y servicios en pesos cubanos a la población. Ayudará a
fortalecer el mercado interno, cuestión esta esencial para reducir la
vulnerabilidad externa del país.”
Asimismo, Vidal alerta sobre riesgos y oportunidades:
“Las autoridades económicas deberán
evitar una espiral inflacionaria, con vista a conservar la estabilidad
monetaria y con el objetivo de que la devaluación nominal del tipo de
cambio termine siendo también una devaluación de la tasa de cambio
real… Las autoridades deben localizar las empresas más afectadas y que
comiencen a incurrir en pérdidas, y tomar decisiones al respecto… Para las empresas no sólo habrá dificultades, sino que los cambios crearán también nuevas oportunidades (subrayado por Orrio)…
El “desajuste” que deviene a la medida es su principal aporte, debido a
que se parte de una situación inicial donde la sobrevaloración del
peso cubano tiene deformada casi toda la medición de los flujos y
stocks financieros empresariales. Derivado de lo anterior, se
distorsiona la toma de decisiones en las empresas y la asignación de
recursos mediante el presupuesto y el plan de la economía. La
devaluación del tipo de cambio real premiará a las empresas cuya
eficiencia queda hoy oculta por la sobrevaloración del peso cubano. Se
creará un ambiente de mayor transparencia en la medición económica
aflorando subsidios e impuestos encubiertos por el valor actual del
tipo de cambio” (subrayado por Orrio).
¿No son las subrayadas conclusiones un alerta de que sí existen intereses creados en abierta y total resistencia a la unificación de las tasas de cambio? OM: Hemos conversado con personas que se encuentran en los más diversos grupos sociales y todos se quejan de la falta de correspondencia entre el salario real y el costo de la canasta familiar ¿Cómo ves tú este tema?
MDO: Afirma el economista Pável Vidal que “Si
bien el salario real ha venido recuperándose lentamente desde la
segunda mitad de los noventas, el valor actual está muy por debajo del
nivel del año 1989. Algunas estimaciones arrojan que el poder
adquisitivo del salario promedio de hoy representa el 24 por ciento del
nivel previo a la crisis” (http://espaciolaical.org/contens/14/2226.pdf).
Dicho así, suena bien académico. Pero si
se coloca “en la concreta”, la lectura significa algo como esto:
salario medio mensual en entidades estatales y mixtas del 2011: 466
pesos no convertibles; precio de los 30-60 huevos necesarios cada mes
para garantizar el consumo de proteínas recomendado para un individuo,
según gustos personales: entre 40 y 90. O sea, aproximadamente 10-20 %
del mencionado ingreso.
Si se quieren otras comparaciones, vaya
ésta: entre 1986 y el 2011, el salario medio se habría incrementado en
un 248 %; el huevo, en venta libre, alrededor de 1500 %. Por supuesto,
“lo mismo con lo mismo” para TODOS los bienes y servicios primarios,
secundarios o suntuarios, de libre adquisición. Por otro lado, hecho
cierto: el cubano de a pie, de tan acostumbrado que está, no suma a su
circunstancia una inmensidad de beneficios sociales como una extendida
propiedad sobre las viviendas, la educación y salud pagadas por el
Estado -- ¡basta de cuentos, que nada es gratuito! --, tales o cuales
subsidios, justificados o no, y otras garantías sociales cuyo real o
supuesto deterioro nunca han significado su desaparición. Desde luego,
críticos de todos los bandos resaltan el encarecimiento de la vida,
mientras que apologistas de toda clase ponen acento en la permanencia
de las garantías. Unos y otros tienen parte de razón. Pero todos
pierden de vista que para el referente nacional, aunque Liborio apenas
lo sepa, el estado actual puede calificarse con una palabra:
hiperinflación.
Como se sabe, los procesos inflacionarios salidos de borde son una amenaza para todos; si se les trata en términos cubanos, me atrevo a decir que mientras se “come de lo que pica el pollo” con “diversionismos ideológicos” como los de Yoani Sánchez o Antonio G. Rodiles, ese formidable “agente de la CIA” que es la inflación, o su extremo, la hiperinflación, minan las bases del sistema político criollo y ponen en peligro a la mismísima independencia de la Nación. Decía Lenin que los hechos son tercos; cuando no pueden entrar por la puerta, saltan por la ventana. Ojo atento, pero que ojo atento: el alerta de Fidel Castro sobre el peligro de una reversibilidad del proyecto socialista cubano hacia el capitalismo dependiente y la virtual post-colonia, incluye a los juegos operativos del adversario.
Sospechosamente, hacen
conjunto-intersección con las maniobras de una burocracia criolla que
pretende erigirse en “clase en sí y para sí”, con aspiración ya
demostrada por la Historia: ser los nuevos capitalistas de una Cuba
que, por simple geopolítica, sería otra vez traspatio estadounidense.
Por cierto: nadie espere de estos señores capitalismos “avanzados”.
Doquier se les ve, sean altos funcionarios o microadministradores, les
distingue una prepotencia donde el olfato agudo huele tufo a
batistiano.
OM: Los precios en la
“Tiendas de Recuperación de Divisas” (TRD) no parecen contribuir mucho a
la correspondencia entre los ingresos familiares y el costo de la
“canasta” ¿Qué opinas sobre la tasa de ganancia por parte de esa y
otras redes de tiendas de ese tipo?
MDO: Escribió Federico Engels que “…lo
que no es exacto en el sentido económico formal, puede serlo en el
sentido histórico universal. Si la conciencia moral de las masas
declara injusto un hecho económico cualquiera… esto constituye la
prueba de que el hecho en cuestión es algo que ha caducado y de que han
surgido otros hechos económicos, en virtud de los cuales el primero es
ya intolerable y no puede mantenerse en pie. Por consiguiente, en la
inexactitud económica formal puede ocultarse un contenido económico
real”. (Prefacio a Miseria de la Filosofía, de Carlos Marx. Editora
Política, La Habana, 1963, Pág. 8)
Nadie, absolutamente nadie en Cuba,
parece haber protestado cuando se despenalizó la tenencia de divisas y
se abrió la red comercial en “x” monedas que hoy algunos economistas
denominan “mercado paralelo”, habida cuenta de la aún existencia de una
distribución racionada, a precios subsidiados, cuyo simbolismo es cada
vez mayor. De paso: ¿se puede saber en cuál texto de Economía que se
respete se denomina “mercado” a una distribución por decreto como es el
racionamiento, y cuya existencia obligue a llamar “paralelo” al
verdadero mercado?
Cuando se creó esa red comercial
¿paralela?, claramente se avisó que los precios en la misma serían
gravados con un bien elevado impuesto, cuyo destino sería financiar las
garantías sociales de la población no favorecida por la tenencia de
divisas, que para entonces se estimó en alrededor de 70 %. Se está a
casi veinte años de ese momento, la economía cubana ha mejorado
ostensiblemente, desde entonces, y el acceso a monedas convertibles es
casi general, aunque territorialmente diferenciado. Incluso, la
decisión de Obama de liberar los viajes de cubano-americanos a Cuba, así
como el envío de remesas por parte de éstos hacia el Archipiélago,
tienen por fuerza que haber incrementado la tenencia general en moneda
convertible, con obvio ascenso de la demanda, pero también con mayores
posibilidades de satisfacerla.
Asimismo, se asiste a la progresiva
extinción de la distribución racionada a precios subsidiados, la cual
cada día se aleja más de declaraciones formales, para tornarse en
realidad que asalta el bolsillo de los más pobres, quienes en el
complejo panorama social de Cuba no necesariamente coinciden con los
menos calificados, ni con los más socialmente útiles o sacrificados.
Pregúntese a los miles de anónimos héroes de la Salud Pública criolla.
Pregúntese por qué se ha puesto de moda una frase, según la cual se va
al médico con “traje”: “le ‘traje’ merienda, le ‘traje’ jabones, le
‘traje’ lo que puedo” ¿Qué es “eso”, soborno, o gratitud y solidaridad?
Insisto: esa distribución racionada no
sólo es simbólica, si se la mide en calorías y proteínas, sino que
además está provocando apreciables desequilibrios entre oferta y
demanda. Ejemplo inmediato: consumo arroz en medida mucho menor que el
promedio, al punto de acumular en la alacena cuotas racionadas de 2-3
meses. Ni se discute: no hay criollo que no adquiera “lo que le toca
por la libreta”, aunque sea millonario. Si se suma a quienes como yo no
tienen la cubanísima “adicción por el arroz” -- minoría, pero no por
ello mínimo 100 mil --, se “descubre” a un respetable número de
toneladas que permanecen en miles de hogares como inventarios
“ociosos”, o de lenta realización ¡Perdón, ya no tengo “inventarios
ociosos”! Mi hijo y mi nuera, ahora en mi casa, me pusieron en
“déficit”. Aunque sumemos tres cuotas, porque son un par de
“tambochas”.
Engels, exactamente Engels, explica en
su párrafo citado por qué lo que fue considerado como justo, en su
momento, hoy es visto por prácticamente todos como INJUSTICIA.
Sencillamente, cambió el escenario económico. Los muy elevados
impuestos al consumo personal que dos décadas atrás fueron auténtica
voluntad política al servicio del pueblo, hoy son fuente de inflación e
incluso de hiperinflación. Súmese, además, el hasta ahora inexplicado
pero sostenido aumento de precios en el mercado en pesos convertibles.
Un litro de aceite de soja: de 1,95 a 2,40-2,60 en alrededor de un año.
O sea, de 48,75 pesos no convertibles a 60,00-65,00. De alrededor del
10 al 14 % del salario medio del 2011.
Fuentes de inflación…o de
hiperinflación. Los precios actuales de las tiendas recaudadoras de
divisas han devenido referenciales para los de los mercados en pesos no
convertibles. Si los primeros se elevan -- impuesto presente, además
-- los segundos también, lo cual implica ascenso sostenido del gasto
familiar en bienes de PRIMERA NECESIDAD, sin correspondencia con
incrementos de salarios y pensiones. Honestamente, no imagino un debate
entre Federico Engels y Marino Murillo, vicepresidente del Consejo de
Ministros a cargo de las reformas económicas. Mucho menos, televisado a
través del programa Mesa Redonda. Con Engels, quizás, algo de
paciencia: bromeaban a costa de él en el movimiento obrero
internacional. Políglota y medio gago, se decía que tartamudeaba en 20
idiomas. Dominados efectivamente, además, relatan sus biógrafos.
Con toda intención inicié el abordaje
desde el punto de vista de la justicia social. Véase ahora este asunto
de precios minoristas elevados, e impuestos estratosféricos a mi
entender anacrónicos, pero en opinión del economista Juan Triana
Cordoví. Expresó, en conferencia impartida en la Asociación Cubana de
Naciones Unidas, el 21 de enero del 2011, que “los que alguna vez hemos
trabajado en el comercio sabemos que el tema de los precios es
fundamental a la hora de rotar inventarios. Se puede bajar los precios y
ganar lo mismo, EN MASA, rotando inventarios. Si se compra el aceite a
0,70 dólares el litro y se vende a 2,40, va a rotar menos que si se
vende a 1,20. Abaratar tiene un efecto muy sano sobre la población,
principalmente la de menos ingresos…Hay un grupo de bienes primarios
que siguen una ley económica, según la cual, por mucho que el precio se
baje, tienen una demanda limitada por la necesidad física humana…
‘Saliendo’ las tiendas en divisas, eso se discutió. No hay más
argumentos científicos por dar. ES UNA DECISIÓN DE GOBIERNO. Todo el
mundo sabe que esos precios conspiran contra la distribución del ingreso
y contra la población de menos poder adquisitivo. Por ejemplo, el
Ministro (de Economía, supongo) decía que incrementar los salarios
depende del aumento de la productividad y de la producción. Pero
depende también de bajar los precios de esos productos. Ahora, la
pregunta es: ¿puede prescindir el Estado de esos ingresos? Ya ése es
otro tema, porque en medio hay otros equilibrios que se buscan…”
Bien, ¿a quién damos razón? ¿A Triana,
quien declara que “no hay más argumentos científicos por dar” para
bajar los precios; a la DECISIÓN DE GOBIERNO, parece que determinada
por “equilibrios que se buscan”; a quién la razón, en todo o en parte: a
Triana, al Gobierno o a FEDERICO ENGELS?
OM: Entre los temas que
llaman la atención a los analistas, en la actualización del MEC, están
los referidos a la legalidad, la corrupción, el acaparamiento y el
mercado informal o negro ¿Cómo aprecias esa interacción?
MDO: Lo que
personalmente llamo redireccionamiento del llamado modelo económico
cubano --¿hasta cuánto ha dejado de ser “soviético”? --, exige un marco
legal absolutamente coherente con la Constitución, lo cual implica
derogar cuanta inconstitucionalidad o irrespeto a las jerarquías de la
ley existan. PUNTO.
La informalidad, por su parte, exige
definición previa como “hacer lo lícito por lo ilícito”. Si el salario
no da para vivir, la población acudirá a diversas formas de
informalidad para complementar sus ingresos, las cuales sin dudas pasan
por el robo, el acaparamiento y el mercado negro. Algunos teóricos
afirman que esos procesos son una especie de “comercio de rescate”,
mediante el cual la sociedad reobtiene parte del Producto Interno Bruto
que le es negado por vía institucional. Para Cuba es enfoque a tomar
en cuenta, si se recuerda que un respetado historiador consideró como
primera manifestación de “lo criollo” a la rebelión armada de los
bayameses frente al Marqués de Portago, en 1603. Defendían, nada menos,
que su “derecho al contrabando”. Así pues, ojo atento, porque la
informalidad se encuentra en el código genético del cubano. Por otra
parte, si la específicamente cubana se ha manifestado frecuentemente
como reacción popular ante una prohibición excesiva, ¿es informalidad, o
es “economía de resistencia”? No es lo mismo ser “informal” en una
población lejana de ser apta para el mercado laboral, que serlo en una
donde las capacidades de la fuerza de trabajo pueden hasta sobrepasar
promedios mundiales. Mecánico automotriz de Cuba=mago. Es proverbial
esa fórmula.
La informalidad no es corrupción por sí
misma, aunque lo parezca. Corrupción es algo inherente al funcionario
público, cuando acepta dádiva u obsequio para hacer u omitir algo, por
lo general en violación de la ley. Personalmente relaciono ambas a
partir de una frase de Marx: “pero la producción mercantil simple se
remonta por sí misma hacia la producción capitalista”. O sea, la
solución del problema propio mediante la informalidad conduce al ánimo
de lucro, característico de la corrupción. De ahí en adelante, es
asunto de acceso personal a recursos, tangibles o intangibles.
Me preocupa mucho -- ya lo he vivido -- el surgimiento al menos aislado de cleptocratismos y cleptócratas. O sea, ya es algo superior, por cuanto se extorsiona directa o indirectamente para que el ciudadano pueda ejercer su derecho consagrado. Buscas un certificado que desde la noche de los tiempos se entregaba en el día, o al siguiente, y ahora demora diez. Pero si pagas, al instante…
Informalidad, corrupción, emergentes
manifestaciones de cleptocratismo, aunque al parecer larvarias, son un
tremendo peligro para las reformas económicas y el proyecto
sociopolítico cubano en general, porque de una manera u otra destruyen
un basamento ético que en los tiempos del capitalismo dependiente se
manifestaba con proverbial frase: “pobre, pero honrado”. No se olvide:
el pensar martiano y marxista, por muchas vueltas que se dé, es una
ética de la emancipación humana. Si eso se pierde,”adiós, Lola”…
Raúl Castro libra un consecuente combate
contra esas manifestaciones, no caben dudas. Pienso que mucho hubo de
pensar cómo, cuando en diciembre del 2008 una fuente de altísimo
crédito me comentó que el mandatario criollo estaba con las manos a la
cabeza, porque no sabía cómo enfrentar la corrupción ya detectada en
altas esferas. Sucesos uno tras otro parecen indicar que halló vías,
porque chiste de moda es que dictó un apreciable número de indultos,
con el fin de disponer de espacio para encarcelar a los corruptos.
Sin embargo, opino que informalidad o
“economía de resistencia”, corrupción y cleptocratismo, exigen un
enfoque más integral y sobre todo mucho más transparente que como se le
está abordando. Desde la política económica, y los notables esfuerzos
de los contralores, hasta el rol de la prensa. Corruptos, los de
verdad, a la picota pública desde que se les atrapa. Seguir el proceso
en respeto a la ética periodística, pero seguirlo, y seguirlo en la
prensa revolucionaria. No que sufra el bochorno de enterarme de que hay
un “video de corruptos” como primicia de El Nuevo Herald y que, para
colmo, ese video se pase a un millón de ciudadanos, más o menos, porque
son militantes del Partido Comunista, o de su Juventud, y no a TODOS
los cubanos. Por favor, basta de pretextos: cualquier periodista digno
de respeto profesional sabe cómo cubrir un proceso judicial sin faltar a
principios como el de presunción de inocencia.
OM: En cuanto a la
protección al consumidor, no parece existir un adecuado cuerpo legal -o
al menos está muy poco divulgado- que lo garantice de manera eficiente
¿Cómo ves el asunto?
MDO: Confieso mi casi
total ignorancia sobre la protección a los derechos del consumidor. Por
algún que otro lado he leído sobre la existencia de instrumentos
legales y la labor de inspectores asociados al cumplimiento de lo
estipulado, pero en el mundo real no aprecio conocimiento de la
población -- no sólo acerca de esos derechos, sino respecto a sus
generales como CIUDADANOS --, o una difusión sistemática encaminada a
minimizar o eliminar lo que durante años se ha observado: contracultura del maltrato.
Mi percepción personal, a paso de bastón, es consignar más apariencia
de movimiento que realidad de un esfuerzo. Incluso, acostumbro a
burlarme en familia; cuando algo se hace mal, o se demora, ironizo con
frase acuñada: gastronomía estatal en moneda nacional.
¿Algo nuevo respecto a modelos donde el
déficit de mercancías es crónico, independientemente del imperio de una
justicia social? Los praguenses conmemoraron el décimo aniversario del
fin de su llamado socialismo real con una fiesta de humor en la Plaza
Wenceslao, pese a las bajas temperaturas. Recordaron a mandíbula
batiente las colas (filas), el maltrato, el contrabando, el inspector
corrupto y mucho más de lo mismo que puede observarse en La Habana y en
Cuba.
Rememoro el episodio porque tengo una
sospecha: el mal es sistémico, lo cual no quiere decir que privativo de
un proyecto socialista. Si hiciera de Sherlock Holmes, apuntaría la
lupa hacia un punto conceptual: nadie trata bien a “consumidores”. Sólo
se trata bien a “clientes”, por el lado comercial, o en otros sectores
de la vida social a “pacientes”, por ejemplo, porque médicos criollos y
personal de salud en general tienen una vocación de servicio público
que algún día les hará merecedores de un monumento de oro. No obstante,
si en este momento cubano uno aspira a ver consagrados esos “derechos
del consumidor”, acuda a los trabajadores por cuenta propia, a quienes
se debería comenzar a llamar como se debe: pequeños y medianos
empresarios, que operan PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS (PYMES). Desde
luego: en toda regla, excepciones hacia los 4 puntos cardinales.
OM: Hablemos de otro tema
muy importante: el ciberespacio y la guerra asimétrica que se libra
contra Cuba. Blogueros pagados, webs dedicadas a la subversión, bloqueo
al acceso a infinidad de sitios y servicios en la Internet es lo que
muestra el Ciber Teatro de Operaciones Militares (o Ciber TOM); en ese
contexto no parece existir la versión cubana de la “Guerra de todo el
Pueblo” que según algunos analistas revolucionarios obviamente debería
transitar por la democratización o popularización del acceso a la
Internet ¿Cuál es tu opinión al respecto?
MDO: La Guerra de Todo el Pueblo no sólo
ha sido la piedra angular de la suficiencia defensiva criolla a lo
largo de unos 30 años, sino que a la misma también se le debe la
retaguardia segura cuya existencia permitió liquidar al ominoso
apartheid sudafricano. La victoria de Cuito Cuanavale hubiera sido
imposible sin ese avispero de posibles combatientes cuyo nombre es
Milicias de Tropas Territoriales, aunque me permita una observación:
¿estaban las armas en poder de los milicianos, en poder físico?
Marx, Engels, a la mano: menciono su
Tercera Ley de la Dialéctica y rememoro la negación de negación,
mediante palabras de una muy prestigiosa periodista criolla. Se la
escuché en un post-grado en el cual me honró como conferencista: “Once
millones de cubanos conectados al Internet son más peligrosos para
Estados Unidos que Al Qaeda”. Para mí, verdad como templo. La plena
democratización y acceso al Internet es una auténtica negación de
negación de aquella Guerra de Todo el Pueblo, en las actuales
circunstancias, además de ser una necesidad insoslayable del desarrollo
económico y social.
Dijo alguien, cuyo nombre me reservo
para no ser acusado de nombrar a “cadáveres políticos”, que para crecer
1% en el Producto Interno Bruto era necesario hacerlo en no menos de 3
% en las comunicaciones. No por gusto, Estados Unidos hace cuanto
puede para obstaculizar el acceso de Cuba a las autopistas de la
información, explícita o implícitamente, y entre las tácticas que
emplea está la de potenciar el “síndrome de plaza sitiada”, en lo cual
halla excelentes aliados en los burócratas del patio, tan interesados
como los mandantes del Potomac en cegar y ensordecer al cubano de a
pie.
No se olvide: cuando se erige en “clase
en sí y para sí”, armas de la burocracia, sepulturera de unos cuantos
intentos socialistas en el siglo XX, son la jerarquía y el misterio.
Por la jerarquía se autoproporciona el Internet, pero a mi vecino se la
niega. El misterio, como derecho a saber sólo para “iniciados”,
sumerge en el mismo saco a revolucionarios honestos y a lacayos
oportunistas, aunque nadie se asombre si los segundos “tienen” más que
los primeros. Por supuesto, “jerarcas” y comparsas hallan pretexto tras
otro para desconocer a ese fuero como parte inalienable del ser
humano…y actuar en consecuencia. Fuero, recalco, de cualquier humano.
Dicho de paso, nada veo en la Constitución cubana que se oponga
irracionalmente al ejercicio de tan irrefutable derecho. Por algo se
hizo en la tierra de José Martí un auténtico milagro: crear un Estado
de Derecho, pese a vivirse bajo condiciones de sitio.
Yankees a estribor, burócratas a babor, abordar el conflictivo punto de lo que en la terminología internacional se denomina acceso a las corrientes de información,
obliga a mencionar el “misterio del cable de fibra óptica
Venezuela-Cuba”. Si por un lado la Casa Blanca hace cuanto puede para
que mi país no acceda plenamente al Internet, por el otro se asiste a
la posibilidad real de burlar en alto grado esa forma de bloqueo.
Venezuela confirmó que el cable de marras está operativo. Pero en Cuba,
como si no existiera. Además, silencio total sobre el asunto; excepto
rumores a voleo y, doloroso apuntarlo, desprestigio para el Partido
Comunista, el Estado y el Gobierno. Visítese un website revolucionario
juvenil como La Joven Cuba: llueven los chistes sobre “el cable”.
Entretanto, al no haber respuestas
institucionales apropiadas, ocurre como cuando el dólar estaba
penalizado: crece la informalidad informática y lo que eufemísticamente
se ha dado en llamar el “consumo audiovisual informal”, punto de
partida de formas de corrupción…y hasta de robo. Si en 1993 media Cuba
contrabandeaba dólares, ahora pasa algo similar con el acceso a las
corrientes de información. Quizás no tan agudamente, dadas las barreras
tecnológicas, pero sí en un grado que para los entendidos aparece como
relevante.
Cubadebate publicó el 22 de junio una
excelente crítica de la serie televisiva “Game of Thrones” (Juego de
Tronos), donde se reconoce que “pasa de memoria en memoria o se
encuentra en los puestos de venta de DVD”. Este periodista, uno de sus
fans, vio el último capítulo, memoria flash mediante, ¡a tres días de
pasarse por la televisión extranjera! De paso, que el prestigioso
diario digital haya publicado sobre el asunto, indica hasta dónde ha
crecido lo que ha dado en llamarse la “flashnet”.
Sin embargo, el lado más peligroso no es
ése: más de una vez he recordado en mis artículos y entrevistas al
magnífico oficial entrenador que tuve en mis inicios como combatiente
secreto de la Seguridad del Estado. Una de sus frases preferidas era:
“desde la noche de los tiempos, los servicios especiales sólo trabajan
sobre la base de conflictos reales, que estimulan o desestimulan de
acuerdo con sus objetivos”. Caso Alan Gross, prueba al canto. Se le
atrapó, y saben los “segurosos” cuál palabra dedican los jefes cuando
la operación se logra ¿Pero, es el único, será el único, más en
escenario creciente de compactación y abaratamiento tecnológicos?
Lo sabio, vale por sí mismo. Vaya, por
ende, una máxima de un gran adversario de Cuba, John F. Kennedy, quien
expresó a modo general que “la única tendencia general e irreversible
es la de la libertad”. Marx, Engels, incluso Lenin, demostraron que el
avance de ésta, entendida como “elección con conocimiento de causa”,
tiene por base a la tecnología. Quien pretenda liderar o dirigir en
este mundo global e informatizado como cuando sólo existían la
imprenta, la radio o la televisión, reserve plaza. En el hogar de
ancianos…o en el manicomio.
OM: La situación del binomio
Información Comunicación en el actual contexto social cubano continúa
presentándose con muy poca interacción; algunos analistas incluso
señalan cierto divorcio entre ambas actividades y –como mínimo-
“visiones” diferentes ¿Cuál es tu apreciación?
MDO: Cuba, con mayor o menor éxito, o
mayor o menor rapidez, redirecciona su base económica y, quizás,
hallará una superestructura política, ideológica y cultural que le
sería más propia. Claves para entender la complejidad del proceso son:
1) pasar de una economía productora de
bienes primarios a una donde los servicios de alto valor agregado son
los principales aportadores a la estructura del Producto Interno Bruto.
Poca conciencia existe acerca del carácter histórico de tal transición. Pero el hecho, es terco;
2) una demografía cuya contradicción
principal se halla en tener una población de alto o muy alto Desarrollo
Humano, mientras que la economía aún se mueve en indicadores de medio o
bajo nivel, respecto a ese índice tan caracterizador;
3) un diferendo con los Estados Unidos
de América que se mantiene dentro de las llamadas “lógicas del
conflicto”, en vez de avanzar hacia estrategias de colaboración ya
impuestas por la vida. Si se le analiza con perspectiva histórica,
pudiera señalarse, como en todo conflicto, “parte y parte”. Sin
embargo, desde el momento en que el Presidente Raúl Castro manifestó
apasionadamente su disposición a “discutirlo todo” sobre la base del
mutuo respeto, y sólo recibió el silencio de Barack Obama, ya lo de
“parte y parte” aparece como desfasado;
4) la superación de la “crisis de
inserción” de inicios de los 90, tras el crack del llamado socialismo
real y la desaparición de la Unión Soviética, mediante la
reconstrucción de alianzas geopolíticas y/o ideológicas con Rusia,
China, y Suramérica y el Caribe, principalmente;
5) la globalización y el Internet. Guste
a quien guste, pese a quien pese, hechos consumados que impactan con
poder de bomba sobre la conciencia social del cubano de a pie, más allá
de las resistencias internas y externas respecto a un pleno acceso a
las corrientes de información.
6) una emigración de creciente peso en
la vida social, no hostil a la Revolución, incluso partidaria, la cual
reclama el espacio que la Constitución le otorga y del que no goza.
¿De qué avisan esas 6 regularidades?
Pues de que la Cuba de hoy, los criollos de hoy, apenas son los mismos
de 20-30 años atrás. Apenas los mismos, porque sí comparten en su
inmensa mayoría patriotismos y antiimperialismos que les identifican
con la Revolución, pero en circunstancias muy diferentes: han dejado
atrás la “inocencia” y no se les puede vender “gato por liebre”. El
Escéptico, un olvidado personaje humorístico de l969-70, quien a la
postre resultó más sabio que Sócrates respecto a grandes errores como
la llamada Zafra de Los Diez Millones, o la política adoptada para la
ganadería vacuna, parece reencarnar en cada cubano de a pie ¿Malo, eso?
Todo lo contrario. Indica que la formidable obra educativa
revolucionaria prendió más profundamente de lo calculado y que el
criollo actual ejerce a diario la duda metódica, base del verdadero
conocimiento y de lo que en Psiquiatría se denomina asertividad.
A semejante salto cualitativo debería
corresponder un binomio información-comunicación a la altura de los
elevados requerimientos nacionales. Sin embargo, no ocurre así. Tanto
en el ejercicio del ciudadano derecho a la información, como en la
actuación de los medios de comunicación, tal parece como si se
estuviera en 1970, razón por la cual afirmo que ese binomio tiene
alrededor de 40 años de retraso respecto a los retos que le imponen las
6 regularidades apuntadas, lo cual es más peligroso de cuanto se
supone.
Cuba, digo y redigo, es Estado de
Derecho. Pues bien, si la memoria no me engaña, desde 1994 se vacila en
promulgar una Ley de Medios de Comunicación, que efectivamente regule
deberes y derechos de TODOS. Yo mismo propuse esa idea en las asambleas
preparatorias del último congreso de la Unión de Periodistas de Cuba,
habido en el 2008. No fui el único, conste. Pues la propuesta ni
siquiera apareció en el Plan de Acción 2008-13, aprobado por ese
cónclave. Ahora, de cara al próximo congreso (2013), la proposición
reaparece. Hace pensar, sinceramente, en un ejercicio de “apariencia de
movimiento” que ha de producirse en momentos en los cuales censuras de
toda laya son puestas en la picota por los periodistas cubanos.
Acudir a la Historia es un excelente
recurso para observar tendencias, identificar logros y carencias; saber
qué no debe hacerse y cuáles errores se repiten a lo largo del tiempo,
algo en lo cual los cubanos parecemos bien duchos. Citaré palabras y
reto a cualquiera a que me refute si no parecen actuales. Luego diré a
quien pertenecen, cuándo se pronunciaron y dónde se publicaron. Ahí
van:
“…hace casi 20 años, en nuestra
máxima dirección, existe la conciencia de que el periodismo que se hace
en Cuba tiene que ser renovado, que su contenido y estilo tienen que
cambiar… Lo anterior no se pudo lograr en los pasados intentos… Sucede
que nuestra sociedad se ha complicado y estamos en un momento en que se
han ido tejiendo intereses y la trama de éstos es capaz de paralizar
el mejor de los proyectos, si no se logra reunir una voluntad política
para que el cambio se abra paso… si algo nos muestra la vida de manera
elocuente es que el modelo de prensa que podemos llamar oficialista,
apologético o unanimista agotó sus posibilidades… en un país como el
nuestro no se puede pensar que en la prensa haya espacio para la
oposición. La hostilidad norteamericana polariza las cosas en Revolución
y contrarrevolución. Ahora bien, no se debiera identificar el carácter
revolucionario de la prensa con el carácter oficial. Debe haber un
lugar para la prensa oficial, digamos Granma. El resto no tendría por
qué adoptar una posición oficialista… Durante años se ignoró el
concepto de la información como bien público. Sobre ella se estableció
cierta especie de dominio administrativo… (que) desde el punto
de vista político es peligroso, porque equivale a convertir en juez y
parte a un idéntico sujeto… Se ha avanzado algo (sobre sociabilizar la información, aclaro)
pero no hay todavía una cultura de la información. Todo el mundo se
cree dueño de ésta y en la capacidad de negársela al periodista, y lo
más vergonzante, éste último siente que no tiene derecho a recibir la
información.”
A ver, ¿quién refuta esas palabras como
actuales, no a Manuel David Orrio, sino al ejemplo de periodista
revolucionario que fue Julio García Luis (e.p.d)?
“Julito”, como se le recuerda entre los
del gremio, las expresó en una entrevista que le realizó Juventud
Rebelde el ¡21 de octubre de 1990! ¿Quién era, entonces? Pues el
Presidente de la Unión de Periodistas de Cuba.
Y, como se dice en Derecho, “a confesión de parte, relevo de pruebas”.
OM: Finalmente ¿Cómo describirías el “escenario” futuro mediato, tomando en cuenta a la sociedad cubana en su conjunto?
MDO: Veinte años como
combatiente secreto de la Seguridad del Estado, o como batallador
público en los escenarios de prensa, me entrenaron en un ejercicio de
la duda metódica que, a fuer de inmodesto, o me ha hecho equivocarme
poco, o me ha enseñado a ser cuidadoso con los pronósticos. No pierdo
de vista la valiente y honesta confesión de Raúl Castro, según la cual
la vanguardia histórica de Cuba la puso al borde del abismo. Por tanto,
veo a mi país oscilar entre dos tendencias: por un lado, una voluntad
política que “sin prisas, pero sin pausas”, intenta enrumbar a la
Nación por los caminos de un desarrollo acorde con las expectativas del
cubano de a pie. Por el otro, lucha contra el tiempo, incluso el
biológico, y “reino de la casualidad”. Guste a quien guste, pese a
quien pese, el hecho terco: ni en el capitalismo dependiente, ni a lo
largo del proceso revolucionario, Cuba ha logrado una sustentabilidad
que la libere de seculares vulnerabilidades económicas externas,
originadas por los 3 “monos”: monocultivo, monoexportación y
monomercado. Desde el azúcar hasta los servicios médicos, desde los
Estados Unidos, la Unión Soviética, o ahora Venezuela, lo mismo con lo
mismo. Por tanto, oscilo entre el optimismo moderado y el escepticismo.
Más que nunca se impone el compromiso personal con el patriotismo y el
antimperialismo. No menciono al marxismo, aunque personalmente lo
suscriba, porque enrumbar a Cuba por el camino de esa real
independencia que sería liberarse de los “monos” de marras, obliga a la
creación de alianzas con cuanto bien intencionado aparezca. Si en 1992
la Patria estuvo en grave peligro por ser estratégicamente
subdesarrollada, ahora lo está por una crisis de desarrollo ¿Futuro
mediato? Sólo uno: ¡manos a la obra, que sólo a los audaces ayuda la
fortuna!
OM: Te agradecemos el tiempo
dedicado a este "intercambio", especialmente en estos momentos en que
has tenido la salud un tanto quebrantada.
NOTAS:
(1) Manuel David Orrio del
Rosario. Nacido en La Habana en 1954, economista, periodista y ex agente
encubierto de los Órganos de la Seguridad del Estado de Cuba, Orrio
estuvo infiltrado en la contrarrevolución interna entre 1992 y abril
del 2003, bajo el pseudónimo de “Miguel”, nombre de su hijo. Su
identidad secreta se reveló durante la llamada Primavera Negra… para
los servicios especiales estadounidenses. Fue uno de los más relevantes
“periodistas independientes” de su tiempo. Condecorado con diversos
reconocimientos, entre éstos la Medalla al Valor “Eliseo Reyes” de
Primera Clase (Consejo de Estado) y la Distinción “Félix Elmusa” (Unión
de Periodistas de Cuba), hoy es colaborador de publicaciones digitales
como Rebelión, Cubainformación.tv y Kaos en la Red, además de
participar en redes sociales, entre las cuales se encuentra Hermes.
Blogs de Orrio
(2) Información relacionada:
*Orestes Martí escritor y periodista cubano residente en Canarias.
Fuente original: Martianos-Hermes-Cubainformación-Cubasolidaridad
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