EL TOP MANTA MUERTO Y EL CINISMO BURGUÉS. EDUARDO FERNÁNDEZ

Sobre la muerte en Tarragona, en circunstancias no esclarecidas, de un trabajador senegalés

Por EDUARDO FERNÁNDEZ / REVISTA ESPINETA AMB CARAGOLINGS.- 
Lector, en el momento en que estas líneas estén ante sus ojos se habrá cumplido un mes exacto  desde que un compañero trabajador senegalés, habitante de Salou (Tarragona), en circunstancias aún no esclarecidas y
rodeado de versiones contradictorias, dejó de estar entre nosotros al caer de un tercer piso donde vivía. Hay quien dice que desde hace años. Muerte que provocó, para nosotros, una comprensible reacción con eventuales momentos de violencia descargada sobre bienes públicos por parte de familiares, amigos y miembros de la numerosa comunidad senegalesa que habita el pueblo mencionado.

   Decimos comprensible reacción, pues atendiendo al deterioro de las condiciones materiales de vida que los trabajadores en general venimos soportando (¿estoicamente?) desde hace años y en particular los de origen extranjero (más aún los “indocumentados”),  en forma de recortes de derechos sociales e individuales, trato generalmente discriminatorio, retardo y desigual administración de justicia, precariedad laboral, sanitaria y educativa, hubiera sido raro que las reacciones no hubieran sido las que fueron.

   Versiones dicen que se tiró. Que saltó tratando de escapar de la poli. Las sospechas instaladas en el imaginario vecinal expuestas a golpe de murmullo, no lo reflejan. Interesados intereses  alientan  el olvido de que a lo largo de ese fatídico 11 de agosto, la versión inicial contaba que un número variable de Mossos -según la fuente-, entraron en su piso sin presencia ni representación de juez alguno; sin cumplir el protocolo correspondiente que así lo exige.
La prensa mostró fotos del testigo que afirmó que los Mossos ingresaron al piso que ocupaba el compañero  senegalés que terminó estrellado contra el pavimento. Luego el testigo, sin explicación alguna de tal cambio de parecer, se desdijo ante el juez
   La prensa mostró fotos del testigo que afirmó que los Mossos ingresaron al piso que ocupaba el compañero trabajador senegalés que terminó estrellado contra el pavimento. Sin vida. La prensa mostró e informó con lujo de detalles crecientes a medida que corrían los días, de los destrozos ocasionados –en contenedores, barreras de trenes, etc.-, en las instalaciones comunales. De los 9.000 euros iniciales pasaron a ser 170.000. La prensa registró e informó  que el testigo que estampillaba la presencia de los Mossos en el interior de la vivienda se desdijo ante el juez., sin explicación alguna de tal cambio de parecer por parte del testigo.

   Tratada así, la interpretación de la muerte de Mor Sylla -ese era su nombre-, queda acorralada en si se tiró, si en el forcejeo con la poli se cayó, si se murió del susto ante la presencia policial o si lo mataron. El Juez interviniente  determinó hace unos días que de los tres detenidos por los destrozos de la vía pública, dos de ellos quedaran en libertad con cargos y el tercero pasará a disposición judicial. A los  Mossos que participaron en el operativo en cuestión  descarta imputarlos por no haber acusación alguna  contra ellos.

   En cambio, si hacemos el esfuerzo de mirar más allá  de lo puntual y observamos la geografía y la historia  social en la que le tocó vivir a Mor, constataremos que viene de un país cuyas riquezas naturales han sido saqueadas históricamente por parte del imperialismo yanqui y europeo; que los mismos que no paran de saquear, elevan y sostienen a funciones de gobernanza política de Senegal y África toda a los elementos más venales de una clase venal por naturaleza como lo es la burguesía de cualquier país; que para que tal estado de cosas perdure en el tiempo debe sostenerse por una desmesurada violencia institucional efectivizada por aparatos policiales, parapoliciales, terror blanco (aunque sean negros los matones) que no escatiman el uso de la tortura y el gatillo fácil, a lo que se debe agregar una red educativa y sanitaria y habitacional inaccesible para la mayoría de sus habitantes. Fácil es comprender que muchas y muchos ciudadanos de dichos países intenten la huida de tal infierno.
Mor vino de un país cuyas riquezas naturales han sido saqueadas históricamente por el imperialismo yanqui y europeo
   Pero hay más. Los que se quedan, los que no pueden o no quieren irse de esos países colonizados y balcanizados por las razones que sean, en mayor o menor medida luchan y resisten a tal estado de cosas, y como para el occidente saqueador valen más los bienes materiales -se encuentren donde se encuentren - que las personas, no dudan en la escalada del uso de la violencia (Libia, Yemen, Siria, Irak, Afganistán, Ucrania, Cuba, Venezuela, Palestina...).

   Los que logran huir y llegar a estas costas de donde despegan impunemente los aviones y mercenarios de la OTAN para destruir hasta sus cimientos sus países de origen son hacinados en brutales campos de concentración, impúdicamente llamados Centros de Acogida de Refugiados (A.A.R) y muchos de los que logran escapar a semejante destino, lejos están de encontrar otro futuro que ser un "top manta", que con suerte, no tropiece con la misma violencia institucional de la que lograron escapar. Eso sí, mucho más sofisticada. Más cínica. Somos occidentales, campeones en la doble moral.

   Lector, si tuvo el estado de ánimo para seguirnos hasta aquí, compartirá con nosotros que a pesar de haber levantado la vista como propusimos, seguramente, como nos sucede a nosotros, no se le habrá pasado el regusto amargo de la boca por la muerte de un compañero trabajador senegalés. Un igual, un padre de familia. Regusto feo que sólo desaparecerá de nuestra bocas cuando incorporemos en nuestras conciencias, y consecuentemente en la práctica, lo dicho por el Che Guevara:

   "Seamos capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Esa es la cualidad más linde del revolucionario".

(*) Artículo publicado originalmente en el número 17 de la revista "Espineta Amb Caragolins".

http://canarias-semanal.org/not/16808/el-top-manta-muerto-y-el-cinismo-burgues/

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