Declaración de Red Roja
Ante
la última escalada en las agresiones sociales y políticas que viene
sufriendo el pueblo trabajador griego por parte del proyecto
imperialista de la UE, pilotado por Alemania y por los acreedores
internacionales, vía FMI, solo cabe expresar de antemano nuestra
máxima solidaridad y señalar a esos parásitos como los verdaderos
enemigos a derrotar. En este sentido, Red Roja se suma a los
llamamientos unitarios a favor de que el pueblo griego pueda
expresarse este domingo sin chantajes imperialistas y retome el “Gran
No” que les espetaron a las tropas invasoras nazi-fascistas
durante la Segunda Guerra Mundial. Pero hoy este “NO” no puede
ser grande si no es al mismo tiempo un “Doble No”.
Mes
tras mes de negociación entre Syriza y la Troika confirman que el
“práctico y sensato” reformismo y tacticismo no tienen sitio
alguno en una UE podrida dentro de un capitalismo igualmente podrido
de crisis que utilizan el
chantaje de la deuda como necesidad propia para su supervivencia y
sus conquistas periféricas, y
donde, como venimos defendiendo, no hay vuelta posible a "Estado
de Bienestar" alguno ni sucedáneo. Por eso hay que decir
también NO a ese liderazgo reformista de lo imposible. Porque solo
nos puede llevar a la derrota o a algo mucho peor: a la autoderrota
por falta de confianza en nuestras propias fuerzas. Hay que dejarse
de milongas de que otra Unión Europea es posible. En todo caso, esa
otra UE pasaría por revolucionar la
presente en el sentido más estricto del término. Y ello, que
implica sumar fuerzas entre las clases populares, requiere hablar
claro de lo que está realmente en juego. Esta nueva y verdadera
guerra social (¿hasta cuándo solo social?) no puede ganarse desde
la ambigüedad y la conciliación.
Cada
vez queda menos lugar para la comedia en
esta tragedia
griega.
Y no solo griega. Desde hace años vemos que los actos y escenarios
de agresión se suceden y se amplían. En este guión, nuestro papel
será más protagonista que el de la “simple” solidaridad. Pues
bien, más allá de las intenciones iniciales, en todo este proceso
que ha culminado en el referéndum griego del domingo, sobra no poca
comedia. Conviene que extraigamos los elementos serios y trágicos
que la atraviesan.
Syriza
convoca un referéndum para decir NO a la última propuesta de la
Troika, pero ¿para decir sí a la penúltima que ya conculcaba
sobradamente sus promesas electorales y que había provocado que
miles de griegos salieran a la calle para protestar contra más y más
recortes? A este respecto, es claro que Syriza en ese momento ve
peligrar su legitimidad, no ya solo por un sector de su propio
partido sino frente a fuerzas más a su izquierda, como el
KKE, que plantean claramente que no hay “vida digna” para
las clases trabajadoras dentro del marco imperialista la
UE y del propio capitalismo.
El
referéndum tiene, entonces, mucho de jugada política para retomar
un liderazgo en crisis después de meses de retrocesos en
negociaciones. Syriza hace un referéndum marcando una gran
distinción (como si fuera realmente una línea de demarcación) entre
el último y el penúltimo paquete de recortes brutales que apenas se
diferencian en tasas de IVA y fechas de ataques a las pensiones y
formas de pagar las deudas. Lo perverso es que se busque un “No”
para intentar ocultar a los verdaderos defensores del No a
la política criminal de la Deuda (que subían en protagonismo) y que
este avale a Syriza para continuar las negociaciones de más
recortes. Por tanto, hemos de advertir de que, mientras haya una
línea de reformismo imposible y de conciliación, el “No” sea
una simple modalidad de …Sí.
Grave
es -políticamente también- que, para saldar simplemente diferencias
entre paquetes de recortes parecidos, se cree una situación de
“acorralamiento social” ante la cual ¡¡el propio pueblo pudiera
rebajar sus mismas exigencias!!, al ver que su futuro inmediato
depende de los depósitos en bancos de capitalistas y ricachones
griegos así como de los propias partidas del Banco Central Europeo,
cuando lo que realmente se necesita es hacerse independiente de estos
factores oligárquicos pasando por la expropiación bancaria y la
salida del euro. Grave es igualmente que los mismos mercenarios
que arruinan a los pueblos rescatando bancos y endeudándolos
criminalmente puedan recuperar discurso político ante las políticas
“de izquierda” timoratas que no rompen radicalmente con aquellos
criminales dejándoles toda la capacidad de vengarse ante cualquier
amago de puesta en cuestión de su autoridad.
A
estas alturas hay que advertir sobre las diferencias
interimperialistas que están en juego. EEUU sabe que Alemania busca
lisa y llanamente conquistar su periferia bajo el paraguas de la UE.
Y que, en ese sentido, las últimas medidas proyectadas para gravar a
los capitales griegos eran bien vistas por Alemania para hacerse con
sectores de la economía griega. En ese momento el
organismo con sede en Washington (FMI) pone por delante el pago de
los intereses a los acreedores internacionales, exigiendo que
se siguiera con la máxima austeridad alegando que esas
subidas impositivas atrasaban la recuperación, Pero si a EEUU no le
interesan demasiado los planes de conquista alemanes, aún menos le
conviene que el distanciamiento de Grecia de la UE se haga a costa de
caer en la órbita de influencia rusa y china.
Todo
esto ha de tenerse en cuenta a la hora de descubrir los intereses
(incluso los más inmediatos de orden geoestratégico) que se
ocultan detrás de las declaraciones diplomáticas.
Se
demuestra, en cualquier caso, que una línea reformista no está en
condiciones de preparar a su pueblo para aprovecharse tanto de este
juego de contradicciones, como, en definitiva, de las fuertes
debilidades y fisuras que presenta el sistema en su conjunto; y que
si no se visualizan más es precisamente por la falta de una línea
revolucionaria que las ponga de manifiesto como paso previo para
utilizarlas. Bien al contrario, cuando se sigue una línea
conciliadora, la amenaza es que se termine sirviendo, más allá de
intenciones primeras, a una determinada potencia internacional. Todas
las loas europeístas del sector mas moderado de Syriza solo pueden
llevar a ponerse al servicio de la potencia imperial
europea… Alemania. Y ello, por más que a esta le importe en mayor
medida, de momento, una derrota política de Syriza (al menos si se
sigue autoconsiderando de la izquierda anti-austeridad), entre otras
cosas, porque son muchos los gobiernos aliados (como el de Rajoy) que
ven como derrota propia en el triunfo de Tsipras.
En
relación con esto último, terminemos recordando lo que decimos en
las tesis aprobadas en nuestra reciente asamblea
congresual: “Ninguna
estrategia de lucha nacional o estatal podrá obviar la situación de
guerra en que progresivamente se instala el mundo. Y prácticamente
en ningún marco estatal podrá darse una vía de solución sólida
en clave popular si no considera que tendrá que enfrentarse tarde o
temprano (dependerá también de cómo se altere la correlación de
fuerzas a nivel internacional a favor de la revolución) a factores
oligárquicos internacionales. Estos tenderán a tomar un mayor peso
en la propia “vida nacional” en la medida en que constaten que
las propias oligarquías estatales flaquean y pierden margen de
maniobra. También aquí las concesiones que se hacen en el discurso,
como las que niegan la lucha de clases y apelan a la ‘centralidad
electoral’, en pos de la ‘mayoría social’
precisamente electoral.
Ciertamente
debemos vernos reflejados en las imágenes de lo que ocurre en Grecia
estos días. No solo el pueblo trabajador griego es el que necesita
un “Doble No”, sino que tanto él como los nuestros de la
periferia de la Unión Europea necesitamos urgentemente que ese gran
NO griego traspase las fronteras helenas. La ambigüedad solo sirve a
la desmoralización y a la derrota. Se está confirmando que es mucho
menos útil que hablar claro y que nos hace perder un
tiempo precioso. La victoria solo podrá venir de conjugar una línea
revolucionaria y la máxima solidaridad internacionalista. Y hay que
prepararla desde ya. ¿Acaso Ítaca no es tanto aquella isla “a lo
lejos” como su propia singladura?
4
de Julio de 2015
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