El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg (de frente,
con corbata roja), conversa (en el sentido de las agujas del reloj) con
la jefa del gobierno danés Helle Thorning-Schmidt, la presidenta de
Lituania Dalia Grybauskaite, la Alta Representante de la Unión Europea
para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Frederica Mogherini,
el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk y el primer ministro
neerlandés Mark Rutte, en Bruselas, el 26 de junio de 2015.
Para la OTAN, la compasión solamente existe cuando es de utilidad para sus ambiciones estratégicas. Después de haberse interesado por los migrantes que tratan de cruzar el Mediterráneo, ahora se conmueve ante la matanza de turistas en Túnez. Los migrantes servirán de pretexto para la injerencia en Libia y los turistas son una excelente justificación para la «guerra global contra el terrorismo». Y si hay que entrar en la región a sangre y fuego, ¿qué importa? En definitiva… sólo son africanos.
Red Voltaire
| Roma (Italia)
Para la OTAN, la compasión solamente existe cuando es de utilidad para sus ambiciones estratégicas. Después de haberse interesado por los migrantes que tratan de cruzar el Mediterráneo, ahora se conmueve ante la matanza de turistas en Túnez. Los migrantes servirán de pretexto para la injerencia en Libia y los turistas son una excelente justificación para la «guerra global contra el terrorismo». Y si hay que entrar en la región a sangre y fuego, ¿qué importa? En definitiva… sólo son africanos.
«Violencia repugnante»,
así definió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg,
el ataque terrorista perpetrado en Túnez. Y al hacerlo pasa por alto
el hecho que ese acto de terrorismo es consecuencia de la estrategia de
Estados Unidos y la OTAN.
Un documento desclasificado del Pentágono, fechado en 2012, confirma
que el Emirato Islámico, cuyos primeros núcleos fueron utilizados por la
OTAN para acabar con el Estado libio, fue consolidado en Siria mediante
el reclutamiento de militantes salafistas sunnitas. Financiados por
Arabia Saudita y otras monarquías, esos individuos reciben el armamento
que utilizan a través de una red montada por la CIA. Objetivo: «instaurar en el este de Siria un califato salafista»,
radicalmente antichiita, y desencadenar a partir de allí la ofensiva
contra Irak, precisamente en momentos en que el gobierno del chiita
al-Maliki se alejaba de Washington y se acercaba a Pekín y Moscú.
Eso lo confirman ahora los documentos de Arabia Saudita recientemente
revelados por Wikileaks. Esos documentos demuestran que, al menos
desde 2012, Arabia Saudita ha venido alimentando la guerra secreta en Siria, en coordinación con Turquía. O sea, con la OTAN, que vive
contando maravillas sobre su asociación con Arabia Saudita y con las
demás monarquías del Golfo ya que, según la alianza atlántica, «garantizan seguridad de manera cada vez más eficiente, incluso más allá de su propia región».
Eso último queda de seguro perfectamente demostrado con la guerra contra Yemen, donde Arabia Saudita, con el respaldo militar de
Estados Unidos, está cometiendo diariamente masacres de civiles mucho
peores que la masacre de turistas cuya autoría reclamó el Emirato Islámico. Las masacres de Arabia Saudita en Yemen están perfectamente
documentadas en una exposición fotográfica que acaba de inaugurarse en
la capital yemenita. Pero siguen siendo ignoradas por los grandes medios
de prensa que, al desviar la atención sobre los inocentes turistas
asesinados en una playa tunecina, explotan ese crimen para decirnos que
Occidente está siendo agredido… y que tiene que defenderse.
En una coincidencia tan perfecta como sospechosa, los ministros de
Defensa de la OTAN, reunidos en Bruselas precisamente durante los 2 días
anteriores a la masacre de Túnez, deciden reforzar la «Fuerza de Respuesta»
de la alianza atlántica aumentándola hasta 40 000 hombres –al principio
sólo iban a ser 13 000– y acelerando su preparación para enviarla a las
zonas de crisis. Y para ello los ministros de Defensa deciden «acelerar
los procesos de decisión políticos y militares, incluyendo la autoridad
del Comandante Supremo de las fuerzas aliadas en Europa para preparar
las tropas para la acción».
Esa «aceleración de los procesos de decisión» confiere al
Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN –que siempre es un general
estadounidense nombrado por el presidente de Estados Unidos– el poder de
decidir y de poner en práctica una intervención militar en plazos
tan breves que de hecho privan de su autoridad a los parlamentos
europeos.
La OTAN se reactiva así en grande, para la mayor satisfacción de
Washington. Una satisfacción expresada, precisamente el día de la
masacre de Túnez, por el secretario de Defensa Ashton Carter:
«Hace un año, la OTAN se preguntaba que haría después de Afganistán. Este año hemos descubierto no una sino 2 cosas que debemos enfrentar: el Estado Islámico y la Rusia de Putin.»
También el mismo día de la masacre de Túnez, el secretario general de
la OTAN, Jens Stoltenberg, subrayaba ante el Consejo Europeo que «de cada 10 ciudadanos de la Unión Europea, 9 viven en países de la OTAN» y que ambas organizaciones «comparten los mismos valores y el mismo entorno de seguridad». Seguidamente anunció que la OTAN ha dado «pasos decisivos para reforzar la seguridad colectiva».
En nombre de la cual se utiliza Europa como polígono de grandes maniobras militares, con la participación –solamente en junio– de 11 000
soldados de 22 países y como trampolín de la «Fuerza de Respuesta».
Como siempre, claro está, bajo el mando de Estados Unidos.
Fuente
Il Manifesto (Italia)
Il Manifesto (Italia)
http://www.voltairenet.org/article188025.html
Los cables de Arabia Saudita en Wikileaks
Arabia Saudita apoya el terrorismo en Siria desde 2012
por
Elie Hanna
Beirut (Líbano)
Documentos internos del ministerio saudita de Relaciones Exteriores y del gobierno del reino publicados por Wikileaks demuestran la implicación de Arabia Saudita en la guerra secreta contra Siria, al menos desde 2012.
Documentos internos del ministerio saudita de Relaciones Exteriores y del gobierno del reino publicados por Wikileaks demuestran la implicación de Arabia Saudita en la guerra secreta contra Siria, al menos desde 2012.
Organización del Tratado del Atlántico Norte
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«El arte de la guerra». En Italia, una escuela de la muerte. por Manlio Dinucci ... y mucho mas
Para la
opinión pública europea, los drones son un arma eficaz que puede
utilizarse por control remoto para evitar el despliegue de soldados en
el «teatro de operaciones». Para los pueblos del «Medio Oriente
ampliado» son artefactos asesinos que pueden aparecer inesperadamente,
en cualquier lugar, disparando misiles que ocasionan numerosas víctimas
inocentes. Nadie puede estar seguro de no verse algún día en su área de
tiro y de no resultar herido o muerto únicamente por hallarse «en el
lugar equivocado, en el momento equivocado». Italia está abriendo una
escuela para desarrollar esta variante moderna de la cacería humana.
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