LOS INSURGENTES UCRANIANOS CONTRA PUTIN

"... Según medios de la insurgencia, lo único que impide que los milicianos del Donbás derriben a los fascistas de Kiev,  es la del gobierno ruso. Les permiten mantenerse y les proporcionan recursos para resistir, sí; pero no quieren que ganen...."

 "Putin solo aspira a sentarse en la misma mesa con los capitalistas"
  Según  medios afines a los insurgentes de las repúblicas sublevadas en el sureste ucraniano, los nuevos "acuerdos de Minsk", suscritos  por  Merkel, Hollande y Putin, son una nueva versión de los anteriores y, muy probablemente, terminarán también como los primeros.

        En el ámbito de la insurgencia ucraniana se pone de relieve que tales acuerdos no son más que "una nueva mascarada",  que intenta  salvar nuevamente de la derrota militar al ejército ucraniano de Kiev, que con 9.000 efectivos y una gran cantidad de material militar,  se encuentra atrapado, sin esperanza alguna,  en la  "bolsa de Debaltsevo"

       Los «13 puntos» que se han aprobado en los llamados "acuerdos de Minsk"  supondrían, de ser aplicados en su integridad, la practica  rendición de la resistencia del Donbás, su entrega, sin más, después de un año de heroica resistencia. De acuerdo con la insurgencia ucraniana,  Putin habría aceptado ceder sobre el papel unas condiciones casi imposibles de que sean cumplidas. 

      Según medios de la insurgencia, lo único que impide que los milicianos del Donbás derriben a los fascistas de Kiev,  es la del gobierno ruso. Les permiten mantenerse y les proporcionan recursos para resistir, sí; pero no quieren que ganen. 

     Los EE.UU, por su parte, están empujando a Kiev a la intransigencia y a mantener la presión militar. Mientras,  Putin y sus "colegas" europeos desean a toda costa evitar que se pierda el control de la situación.

PUTIN, EL "INCOMPRENDIDO"

       ¿Qué objetivo se esconde tras estos "tira y aflojas"? Para Putin y sus «colegas» occidentales el peligro es que los «prorrusos» acaben teniendo que derrotar al ejército ucraniano, avanzando y desmoronando el régimen de Kiev.

      Según los medios afines a la insurgencia,  sólo un cambio político sustancial en Kiev podría lograr la paz. Y para ello sólo caben dos posibilidades. Una de ellas, que es tan  difícil  como casi imposible, consistiría en que Merkel y Hollande dejaran de reconocer la legitimidad del gobierno golpista de Kiev, y lo sometieran al aislamiento. Pero hoy por hoy, estima la insurgencia,  esa salida es  impensable. El otro camino es la solución militar.

      Desde la perspectiva  la insurgencia, bastaría con que no se frenase a la milicia del Donbás y que pudieran avanzar lo suficiente, para envolver Mariupol y alcanzar la línea del Dnieper. Con la liberación de unas cuantas ciudades más y de territorio suficiente para darle viabilidad a Novorossia, el impacto político interno en Ucrania sería catastrófico. Hay un largo camino hasta Kiev. La milicia no tiene necesidad de recorrerlo entero, dicen. Les bastaría iniciarlo para acelerar el desmoronamiento del régimen de Poroshenko.

       Según los mismos medios del Donbás, Putin es solo un "incomprendido" por Occidente. Él sólo pretende ocupar un puesto en la mesa del capitalismo global. Pero no parece apercibirse de por dónde van realmente las cosas en el mundo de hoy. El Occidente capitalista sólo quiere a Rusia como una acaudalada reserva de minerales, petróleo y materias primas.

     El Occidente capitalista abriga respecto a Rusia un sentimiento ambivalente: la desprecia  y la temen. Putin no tiene en cuenta que la lucha de clases también existe en el marco del capitalismo global e interimperialista. Rusia no llegó tarde al socialismo, pero sí lo hizo  al capitalismo. Y esa es la razón por la que los países más señeros del sistema capitalista mundial,  no desean de ella más que  las posibilidades de saqueo de sus recursos que ofrecen, así  como la renuncia de su  ejercicio a la  soberanía.

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