"...no hay que descartar que Syriza –sin entrar ahora en su
estrategia reformista: de todas maneras, la podredumbre del sistema es
tal que no permite muchas concesiones reformistas- juegue la “carta
rusa” o que Rusia juegue la “carta griega”....
Lo
hemos repetido en varias ocasiones. No puede entenderse la actual
situación socio-económica que vivimos sin tener en cuenta la crisis
general del sistema, que lleva en el caso particular de la Unión Europea
(UE) a que el centro de la misma (“nucleada” en torno a Alemania)
necesite emitir deuda externa (y de la forma más eterna posible) no sólo
para subyugar a la periferia de la UE sino para que ese grupo de países
centrales sortee a su vez el tsunami de la crisis. Al mismo tiempo, no
se puede pasar por alto la inestabilidad internacional en la que la
misma UE está cada vez más implicada (en buena medida, presionada por
los EEUU) y que supone considerar a Rusia como enemigo “jugándosela” en
Ucrania.
Pues
bien, no hay que descartar que Syriza –sin entrar ahora en su
estrategia reformista: de todas maneras, la podredumbre del sistema es
tal que no permite muchas concesiones reformistas- juegue la “carta
rusa” o que Rusia juegue la “carta griega”. Ciertamente se dice que hay
una gran crisis económica en Rusia (hasta con bonos basura “decretados”
por Standar and Poor’s), producto de las “imperiales” sanciones y por la
bajada (forzada) del petróleo. Pero lo cierto es que Rusia
(posiblemente acompañada directa o indirectamente por China) no es
afectada en su política de ayudas por la cuestión de su situación
financiera decretada por Occidente o, en cualquier caso, no tiene las
servidumbres propias de ser un esclavo de EEUU y Alemania. Y es muy
posible que acaricie ofrecer su ayuda a Grecia hasta por simples
consideraciones “interiores” (y compensando el intervencionismo
occidental imperial en Ucrania). Lo haría invocando los vínculos
culturales y hasta religiosos.
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