Ante las detenciones del ex-preso político comunista
Suso Cela Seoane, del abogado Juan Manuel Olarieta y del poeta
antifascista Aitor Cuervo, Red Roja expresa su más firme solidaridad y
exige la libertad para todos ellos.
Lo hemos hecho siempre frente a las acciones
represivas de este auténtico régimen de contrarrevolución preventiva que
padecemos, muy lejano de la supuesta “democracia” garantista que
quieren ver algunos y que, como ejemplifican detenciones como estas,
brilla por su ausencia. Los tres compañeros han sido detenidos por dar
una charla y reivindicar la resistencia popular; y han sido detenidos,
cómo no, bajo la eterna acusación comodín de “apología del terrorismo”.
Ya se sabe: la mejor máscara de la represión desde 1978.
Nos solidarizamos, pues, y nos ponemos a disposición
de todas las movilizaciones por la libertad y la amnistía que se
produzcan. No podía ser de otra manera. Nuestra organización también
sabe lo que es sufrir en sus propias carnes los ataques del Estado. Y ya
lo decía el último número de nuestra revista, de reciente aparición, en
un artículo titulado “Libertades políticas, represión y solidaridad”: “La
crisis nos obligará a movilizarnos para que no
nos lo roben
absolutamente todo, y esto provocará la reacción de una oligarquía que
jamás en la historia entregó sus privilegios por las buenas. Así que ya
vamos con retraso en la tarea de crear una cultura de solidaridad
antirrepresiva. Hacerlo no es solamente generosidad y altruismo. Es
también -lo entendió Niemoyer- lo que necesitamos para estar seguros de
que seremos defendidos cuando vengan a por nosotros.”
En situaciones como esta es cuando más obligados
estamos a ser solidarios. Efectivamente, Red Roja plantea que la línea
de demarcación de la seriedad política de una organización no está en la
defensa de causas dignas pero lejanas como las de Palestina o Colombia,
aunque, por supuesto, eso también sea necesario. Será la solidaridad
con los antifascistas de nuestro propio Estado (que es la que tiene un
coste real y va más allá de la mera “frase”) la que distinguirá quiénes
están y quiénes no están dispuestos a sumar fuerzas a la causa
revolucionaria.
Así pues, emplazamos a todas las organizaciones no
ya de izquierdas, sino simplemente antifascistas o mínimamente
progresistas, a solidarizarse y sumarse a las campañas por la
amnistía. Sí, en situaciones como esta es donde nos jugamos el
verdadero crédito político y la credibilidad.
¡Libertad para Suso, Juan Manuel y Aitor!
¡Liberación de los presos políticos antifascistas!
¡No pasarán!
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