Ulises Estrada: El internacionalismo de la revolución cubana + Su libro Tania la Guerrillera y la epopeya suramericana del Che.
Con más de 6 pies de estatura, flaco siempre, de mirada penetrante y
andar lento, negro como sus ancestros africanos, cubano por los cuatro
costados, de un valor puesto mil veces a prueba, capaz de gozar de una
buena conversación sobre política y filosofía, literatura y poesía, y a
la vez -como buen santiaguero- degustar cualquier ron y sentar cátedra
de baile, Ulises Estrada Lescaille, el combatiente invicto de cien
batallas, fue vencido por el desgaste de una vida bajo constante tensión
y las enfermedades.
Por Javier Salado
Por Javier Salado
En medio del trabajo y el dinamismo que la II Cumbre de la CELAC ha
impuesto a Jefes de Estado, cancilleres, diplomáticos y sobre todo a la
prensa acreditada, recibimos la terrible noticia de la partida hacia la
eternidad de un duro combatiente, luchador desde hace más de cincuenta
años por la utopía y las ideas que hoy se debaten y concretan en La
Habana, capital de su amada Cuba.
Con más de 6 pies de estatura, flaco siempre, de mirada penetrante y
andar lento, negro como sus ancestros africanos, cubano por los cuatro
costados, de un valor puesto mil veces a prueba, capaz de gozar de una
buena conversación sobre política y filosofía, literatura y poesía, y a
la vez -como buen santiaguero- degustar cualquier ron y sentar cátedra
de baile, Ulises Estrada Lescaille, el combatiente invicto de cien
batallas, fue vencido por el desgaste de una vida bajo constante tensión
y las enfermedades.
El niño negro nacido en Santiago de Cuba que se incorporó en la
década del 50 del siglo pasado a las filas de quienes desde la
clandestinidad combatieron la tiranía que oprimía a Cuba, que fue un
combatiente rebelde más, que al triunfo de la Revolución, sin descanso y
sin dudar, supo ocupar un destacado lugar en la batalla por la
construcción de una sociedad mejor, de un mundo mejor- como hoy se
diría- y como siempre en la primera trinchera: soldado en la lucha
contra las bandas contrarrevolucionarias que organizadas, financiadas y
apoyadas por la CIA hicieron presencia en las montañas cubanas en los
60; fundador del Ministerio del Interior en uno de sus frentes más
delicados y donde los hombres y mujeres que lo componen tienen que ser
de acero con un corazón de niño: la Inteligencia, y específicamente, Ulises, aquel flaco que parecia no tener nada que lo pudiera detener,
que era como una tromba o un trueno, fue seleccionado para que
desarrollara- junto al mítico comandante Manuel Piñeiro ``Barbaroja``-
la solidaridad, el apoyo irrestricto de la Revolución Cubana a los
Movimientos de Liberación Nacional de Asia, Africa y América Latina. Tal
fue la energía, inteligencia, audacia y pasión que entregó a su misión
(siempre se negó calificarlo como ``trabajo``), que fue designado al
poco tiempo como el segundo hombre en aquella estructura. Pero antes,
había tejido toda una leyenda.
Ulises participó de forma determinante en la ``Operación Sombra``,
cuyo objetivo era crear las condiciones para apoyar la lucha de
liberación y por la verdadera independencia de América Latina que
encabezó y ejecutó el comandante Ernesto Che Guevara. Pero antes de
ello, participó activamente en la formación de la columna guerrilera del
Che en el Congo, fue Ulises quien llevó en un barco el apoyo logístico y
algunos combatientes al Che en Africa. Después por indicaciones de la
dirección de la Revolución Cubana, visitaría al comandante Guevara en su
campamento del Congo, trasladando indicaciones, correspondencia y
combatientes. Al tomarse la decisión de que el Che dejara el Congo, y
tras su estancia en Tanzania, fue Ulises, aquel ya experimentado
combatiente clandestino que dominaba al detalle el Arte de la
Inteligencia, quien organizó y ejecutó la salida secreta de Tanzania del
Che, su paso por varios países africanos y europeos y su radicación
temporal en la antigua Checoeslovaquia, donde permaneció junto al
comandante de América, hasta el momento que se decidió su sustitución a
causa de un elemento que contrastaba con la necesaria discreción de la
estancia del Che en ese lugar, según contaba el propio Ulises: ``Che me
llamó un día y me planteó que yo era demasiado llamativo, que todas las
mujeres se volvian al verme e incluso algunas atrevidas se acercaban
para tocarme el pelo, era que además de mi tez negra total, peinaba en
esos momentos un `afro` al estilo de moda en el continente negro, ello
decidió ser sustituido por un camarada blanco``.
Pero continuó en su incansable trabajo, captó y entrenó a Tamara Bunker Bider ``Tania``, a la que no solo entregó todos sus conocimientos
y convicciones, sino mucho más, el amor que siempre lo desbordó. Pero
no fue solo a Tania a quien preparó para que sirviera de apoyo en la
creación de una red clandestina para la futura guerrilla, ella es la más
conocida por su dimensión y entrega total, hasta la vida, en la
guerrilla del Che en Bolivia (Ulises escribió a insistencia de algunos
de sus amigos un bello libro testimonio: ``Tania la Guerrillera y la epopeya boliviana del Che``), entrenó y apoyó a otros internacionalistas
latinoamericanos, todos los cuales continuaron en el batallar
antiimperialista y por la libertad de Nuestra América. En medio de aquél
huracán, Ulises estuvo en Bolivia junto a otros compañeros cubanos
creando condiciones para el asentamiento y apoyo a la gesta libertadora
de Jorge Ricardo Massetti en las selvas de Salta, Argentina, el
``comandante Segundo``, y cuando las fuerzas de Massetti fueron
destruidas, el trabajo realizado serviría como base y antecedentes en el
andar de la guerrilla del Che poco tiempo después.
La figura desgarbada de Ulises era conocida y querida en el llamado
Tercer Mundo, entre las fuerzas de izquierda y libertarias, sobre todo
en Africa y en América Latina. Su batallar tomó rumbos acordes a los
nuevos momentos históricos sociales, fué embajador de Cuba en varios
países, destacando sobre todo Jamaica. En ese país, se conoció de un
plan de atentado contra el embajador cubano que grupos de la extrema
derecha cubanoamericana estaban organizando con el apoyo de la estación
CIA local. Al solicitarsele a Ulises como embajador que aumentara las
medidas de seguridad personales, no dudó en ir solo, sin
acompañantes, al encuentro del embajador norteamericano y decirle que
cualquier cosa que le sucediera, sería su responsabilidad personal.
Diplomático avezado, una vez concluida esa tarea, Ulises sin
dudarlo comenzó a ejercer el periodismo. Con humildad y honradez fue
periodista de varios órganos de la prensa cubana, siendo su rol más
destacado como director de la revista ``Tricontinental``, donde lo vimos
rejuvenecer al estar en su medio político natural y donde tenía amplios
vínculos de carácter indisolubles. Su impronta audaz, inteligente y de
larga proyección, la llevó a esa publicación, la cual no solo mantuvo en
la primera fila de combate, sino que la convirtió en imprescindible.
La enfermedad que comenzaba a minarle el cuerpo, y la edad, lo
hicieron ocupar un lugar de menos tensión en la revista Bohemia como
redactor y allí pasar al ``aparente retiro``. Digo aparente, porque
Ulises continuó incansablemente trabajando, escribiendo; participó en
innumerables actividades políticas de apoyo a Cuba y en recordación al
Che y a Tania, en presentaciones de su libro en América Latina y Europa.
Dió muchas entrevistas a organos de prensa, escribió crónicas y
trabajos que fueron publicados en organos de la prensa escrita, radial e
incluso en documentales. Participó activamente en un proyecto de libro
sobre la politica exterior secreta de Cuba en los años 60 y 70, aún
inédito, y a la par, tenía escrito buena parte de un libro que
inicialmente llamó ``Memorias de un clandestino``. Al respecto, en el
mes de diciembre, antes de su ingreso al hospital, este escribidor lo
visitó, hablamos mucho del nuevo libro y a la vez, el carácter solidario
e internacionalista de Ulises salió a flote cuando entregó
gratuitamente los derechos de su obra sobre Tania a los camaradas de la
solidaridad con Cuba de Bolivia, para una distribución gratuita. Solo
puso como condición que le hicieran llegar algunos ejemplares para
regalar a sus amigos. Era el mismo Ulises de siempre, revolucionario
cubano y latinoamericano, solidario, con la inmensa pasión que siempre
puso a cada tarea, a cada misión, a cada instante de su vida.
Ahora Ulises, tus sueños y utopias, por las que luchaste y
arriesgaste mil veces la vida, se discuten en la CELAC, en la voz de
Raul, de Correa, de Evo y Daniel hablas tú. Me hace recordar que los
éxitos de las utopias de nuestros libertadores y dirigentes, solo son
posibles con la desinteresada participación y lucha de los pueblos
representados por los muchos Ulises que estas tierras han dado.
Te veo con tu inseparable saco azul oscuro caminar por estos
pasillos, hablar, convencer, influir y reir con los representantes
Latinoamericanos y del Caribe; desarrollar una de tus memorables
iniciativas política o diplomática, estás aquí, y allí donde un
activista de izquierda combata al imperialismo, si, estás aquí mi
hermano, Hasta la Victoria Siempre.
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