La historia no nos absolverà/ La barbarie tiene un nombre y mas ... Poemas de Silvia Delgado ilustrados por Kalvellido
La historia no nos absolverà
Que no,
que no,
que no pienso callar,
que son demasiadas
las casas
y son demasiadas las lágrimas
y son demasiados los niños
reventados a la vista de cualquiera.
que no,
que no,
que matan porque su oficio es ser verdugo
en una porción de tierra que hoy es tambièn patíbulo.
Que no, joder,
que no,
que no pienso callar
esta rabia que es un tan azul,
esta rabia que es tan blanca,
esta rabia que lleva una estrella
clavada en el paladar.
Que no ,
que no,
que no pienso callar
estos tristes poemas que asoman,
estas tristes palabras,
esta humanidad tan triste
que contempla el infierno
como si fueran los muertos
figuras de piedra,
como si fueran las casas decorados de guerra,
como si fueran las lágrimas salitre de un océano cualquiera.
Que no,
que no,
que no pienso callar,
que el mundo les da espalda
y la historia no nos absolverá.***************
La barbarie tiene un nombre
Israel es un estado asesino. Con un ejército asesino, con
una población rematadamente psicótica que brinda por las muertes de niños.
Israel es esto y más.
Es una fábrica de exilio, de cárcel, de terror, de exterminio.
Es una bandera tan llena de sangre, tan llena de lágrimas, tan
llena de rabia, que será recordada
por el dolor que derramó sobre un pueblo al que quiso someter como a
un esclavo.
Israel día a día ve como caen los cuerpos ametrallados de
cientos y cientos de seres humanos y no le tiembla el pulso al apretar el
gatillo.
Sabe que puede hacer lo que le venga en gana, Israel manda.
Manda su simbólica podredumbre.
Por eso, no es bastante con decir basta. No es bastante con solidarizarse
con los crucificados una y otra vez.
Debemos decir que hay un estado criminal tan siniestro que
mata niños.
Un estado que después de una masacre, inventa otra y otra y
otra hasta cumplir su objetivo de dejar esa tierra sólo para ellos, para los
hijos de Sion, para los hijos de un dios que da terror.
El tiempo corrompe más y más cadáveres.
El mundo consciente se estremece y los cómplices, los
aliados, los rentistas, los mercaderes, los cínicos, los hipócritas, los indiferentes,
los genuflexos, los poderosos, miran para otro lado, no les importa.
A mí, si me importa,
avergüenzan la humanidad que llevo a rastras.
Horrorizan la vida.
Odio su bandera, odio a los genocidas y odio a los que se
quedan a medias, cobardes inútiles, cobardes silenciosos, por vosotros sigue
esta barbarie.
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No es un genocidio
La muerte está presente a todas horas pero no importa. Son cadáveres
que sobran.
Quieren esa tierra a pesar de su historia.
La quieren como sea, con cráneos de niños, con cuerpos mutilados, sin pájaros, sin vida.
La quieren afeitada.
La quieren sin primaveras.
La quieren, eso es todo.
¿Cómo no odiar a los que disparan?
¿Cómo no odiar su bandera
y las banderas que la respaldan,
la demencia cómplice de los que pudiendo hablar se callan,
la indiferencia de los que no miran la sangre
que revienta y se derrama?
¿Cómo no odiar este instante tan amargo en el que se llora
y se llora
sobre cientos de sudarios blancos
mientras no muy lejos brindan cada día
por el éxito de una cacería infame
donde hombres y mujeres a medio parir
dan caza a un pueblo herido que por no poder
no puede ni proteger a sus hijos de la lluvia de plomo,
de la ira?************
Que despierten los ciegos
Puedes leer mas en la pagina de Silvia Delgado. Si vis Pacem
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