¿QUIÉNES ESTÁN DETRÁS -Y DELANTE- DE LAS PROTESTAS EN UCRANIA? Por Jon Kortazar Billelabeitia

Una extrema derecha envalentonada toma las calles de Kiev
Canarias semanal
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OLEH TYAHNYBOK
   

     Publicábamos la pasada semana la primera parte del artículo  "¿Qué ocurre y qué está en juego en Ucrania?" cuyo autor es el historiador Jon Kortazar Billelabeitia y nueve personas más (*), en el que se abordaba el análisis de los factores que han desencadenado las protestas que se han producido y se continúan produciendo  en la capital ucraniana
, Kiev. En esta segunda entrega los autores del trabajo intentan desentrañar el origen ideológico de quienes han protagonizado las turbulentas jornadas que con tanta violencia se han desarrollado en las últimas semanas en ese país.

    “¿Cuál ha sido la realidad de las movilizaciones? -se preguntan los autores del artículo – “Los manifestantes se han empleado con extrema violencia, asaltando o bloqueando edificios oficiales (como el Ayuntamiento de Kiev o el despacho de la presidencia) y atacando a la policía con gases lacrimógenos, bengalas, incluso con una excavadora. La respuesta de la policía ucraniana ha sido muy comedida: en cualquier país de la Unión Europea la policía está acostumbrada a disparar por mucho menos. De hecho, según un organismo como Amnistía Internacional (organización no sospechosa de simpatías hacia Yanukovich) ha habido más heridos entre los policías que entre los manifestantes. Pero esto no es óbice para que la «violencia policial» o el «autoritarismo del Gobierno» se hayan convertido casi en verdades en nuestros subconscientes”.

      ¿Quiénes son  los manifestantes que protestan para lograr la caída de Yanukovich? “Sobre todo provienen de dos sectores - se asegura en el trabajo citado - el primero son jóvenes organizados según el esquema de las «revoluciones de colores» que tuvieron éxito en diversos países del Este de Europa (incluida Ucrania, donde impusieron al presidente Yuschenko en la «Revolución Naranja» de 2004).

       "En este caso se trata de organizaciones fuertemente vinculadas a redes de ONGs de propaganda de EEUU resueltas a «extender la democracia por el mundo» en sintonía con la ideología neoconservadora de supremacía del mundo occidental. Suelen ser organizaciones que basan su lucha en la «no-violencia» según el manual del teórico Gene Sharp. El mismo Sharp admite que este tipo de lucha es más eficaz y «vendible» que el tradicional golpe de Estado militar - es más atractivo ver a jóvenes agitando banderas que a militares sacando tanques a la calle - , y remacha que «nuestra función es hacer abiertamente lo que la CIA hacía encubiertamente». En efecto, la misión de estas «organizaciones de colores» es pretender cambiar por medios no-convencionales el Gobierno o la política de países soberanos e incómodos a EEUU".

      "En el caso de estas organizaciones que protagonizaron las «revoluciones de colores», - precisan - son sobre todo organizaciones sin una aparente propuesta ideológica clara; se limitan a repetir consignas mínimas: «contra la corrupción», «por la libertad y la democracia» y etc. Sin embargo, apenas vemos críticas hacia el capitalismo como modo de producción, la pobreza o el injusto reparto de la pobreza. La realidad es que el anticapitalismo (a pesar que puede ser utilizado como marketing icónico) no forma parte de estas organizaciones, que por cierto, siempre que han triunfado han establecido Gobiernos neoliberales. Como se ha comentado, en Ucrania en 2004 se dio la «Revolución Naranja» capitaneada por la organización Pora! (¡Ahora!). Este año parece que el testigo ha sido tomado por FEMEN, supuesto grupo «sextremista» conocido por sus campañas agresivas y provocativas, pero perfectamente encuadrables en una lógica occidental: sus protestas políticas se han dirigido contra Putin o Yanukovich, pero nunca contra Merkel, Hollande u Obama".

      "El segundo sector juvenil es la extrema derecha, envalentonada por unas protestas en cuales se apunta contra Rusia, enemigo de la extrema derecha ucraniana (que luchó contra la URSS y a favor de los nazis). Las banderas rojinegras del ejército colaboracionista ucraniano de la segunda guerra mundial o del partido fascista Svoboda (con representación en el parlamento ucraniano) han sido muy visibles en las movilizaciones, así como su líder Oleh Tyahnybok. El vandalismo contra la estatua de Lenin es una prueba del gran papel que ha tenido Svoboda en el Euromaidan".

      "Hoy, en Ucrania -mantienen los autores de este artículo - está en juego la soberanía nacional económica o el colonialismo mercantil con una supremacía ideológica de la ultraderecha. Nosotros ya hemos elegido".

      (*) El artículo está firmado también por Asier Blas; Axier Lopez; Beatriz Esteban; Ibai Trebiño; Joseba Agudo; Marikarmen Albizu; Nerea Garro; Ruben Sánchez Bakaikoa y Xabier De Miguel, militantes internacionalistas.

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