diciembre 31, 2013
Por Orlando Oramas Leon*
Cuba celebra 55 años en Revolución, que el primero de enero de 1959 inició profundas transformaciones internas, pero también situó al pequeño país caribeño en posición de vanguardia en el concierto internacional.
Pocos podían imaginar entonces que la gesta encabezada por Fidel
Castro se convertiría en referente para millones de personas en diversas
latitudes.
Faro de libertad, fue una de las expresiones que acompañaron a la
nación antillana, la cual despertó esperanzas en otros pueblos mientras
concitaba la permanente hostilidad del vecino Estados Unidos, la mayor
potencia planetaria.
Profundas reformas agraria y urbana, nacionalización de empresas y de
sectores vitales de la economía, campaña de alfabetización,
universalización de la educación, entre otras medidas, cosechaban
simpatías fuera del país.
Ese apoyo se multiplicaba a nivel popular junto al empeño de
Washington por aislar a Cuba, que fue expulsada de la Organización de
Estados Americanos, considerada aquí ministerio de colonias de Estados
Unidos.
La invasión mercenaria por Bahía de Cochinos, los ataques piratas, el
apoyo a bandas contrarrevolucionarias, los atentados y otras formas de
agresión y una permanente campaña de satanización añadían condimentos al
caldo de la solidaridad.
Cuba, que tomó medidas para su defensa, estuvo en el centro de la
confrontación este-oeste durante la llamada crisis de los misiles.
En la ocasión el líder Fidel Castro marcó pauta al fijar posturas de
principios frente a los acuerdos negociados entre Washington y Moscú
para poner fin a aquella crisis.
La capital cubana se convirtió en punto de convergencia de luchadores
independentistas, intelectuales de vanguardia y otras personalidades
que anticipaban un cambio de época en América Latina y el mundo.
En el capitalino hotel Habana Libre (antes Habana Hilton) tuvo lugar
la Primera Conferencia de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y
América Latina. Amílcar Cabral, Augusto Turcios Lima y otros luchadores
anticolonialistas y revolucionarios hicieron aquí un compromiso de lucha
y transformación.
A tenor con los acuerdos de aquella reunión, conocida como la
Tricontinental, combatientes cubanos se unieron a la gesta liberadora de
los pueblos africanos. El llamado Congo belga, Guinea Bissau, entre
otros territorios bajo dominio colonial, conocieron del
internacionalismo de la isla.
Tropas cubanas fueron determinantes, años después, para preservar la
independencia de Angola, conseguir la de Namibia y asestar un golpe
decisivo al régimen sudafricano de apartheid.
Personal médico cubano estuvo junto a otros pueblos en momentos de
adversidad. Así ocurrió cuando países como Nicaragua, Perú, Chile,
Armenia, Indonesia, Pakistán y Haití sufrieron devastadores terremotos.
Desde La Habana se impulsó la Operación Milagro para devolver la
visión a personas necesitadas. Desde su inicio, en el año 2004, este
programa ha beneficiado a 34 países de Latinoamérica, el Caribe y
África.
Fiel a su vocación humanitaria e internacionalista, Cuba constituyó
el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de
Desastres y Graves Epidemias, que hasta la fecha ha atendido a más de
tres millones de damnificados y realizado más de 33 mil 800
intervenciones quirúrgicas.
En estos lustros la pequeña isla caribeña formó a miles de
profesionales de numerosos países del Tercer Mundo. Muchos de ellos hoy
ocupan importantes responsabilidades de Estado o gobierno.
Aquí se graduaron, entre 2005 y 2011, nueve mil 960 médicos de 58
países. Baste otro dato en la materia: más de 21 mil estudiantes de 122
naciones se forman hoy aquí como profesionales de la salud.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura
(Unesco) reconoce a este país como el primero de Latinoamérica y el
Caribe en erradicar el analfabetismo.
Maestros de esta isla también lo combatieron en Angola, Nicaragua,
Venezuela, Bolivia y otras muchas naciones. El método Yo sí puedo,
creado por una pedagoga cubana, se ha aplicado en 29 países y en varios
idiomas cual antídoto contra la ignorancia.
Pese a ser un pequeño país del Caribe, la República de Cuba
desarrolla una activa política internacional, tanto en el seno de las
Naciones Unidas, como en otros foros y organizaciones de la palestra
mundial y regional.
La diplomacia cubana ha sido defensora de la soberanía y
autodeterminación de otros pueblos, y trinchera contestataria contra el
imperialismo, el colonialismo, el apartheid, el sionismo y otras formas
de opresión y discriminación.
Su voz, amplificada, se escuchó para denunciar guerras e invasiones
en naciones del Tercer Mundo. “Por Viet Nam, hasta la última gota de
sangre” fue una frase del presidente Fidel Castro que graficó el
sentimiento de los cubanos hacia la gesta del pueblo de Ho Chi Min.
En los últimos 55 años la isla representó en dos ocasiones a América
Latina en el Consejo de Seguridad de la ONU. También desempeñó febril
actividad en la otrora Comisión de Derechos Humanos y ha sido elegida en
dos ocasiones para integrar el Consejo de Derechos Humanos, con sede en
Ginebra.
Durante 22 años consecutivos la Asamblea General de la ONU aprobó la
iniciativa cubana titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico,
financiero y comercial de los Estados Unidos de América contra Cuba.
La última votación, el pasado 29 de noviembre, fue saldada con 188
votos a favor, dos en contra (Estados Unidos e Israel) y las
abstenciones de Palau, Micronesia e Islas Marshall.
Cuba ocupó en dos ocasiones (1979-1982 y 2006-2009) la presidencia
del Movimiento de Países No Alineados, integrado por 144 países del
Tercer Mundo. La Habana ha sido sede de sendas cumbres del Noal y de la
IX Cumbre Iberoamericana en noviembre de 1999.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)
tiene a Cuba cual miembro fundador y propulsora de nuevas formas de
integración y relacionamiento entre los países.
Caricom, la Comunidad del Caribe sostiene una relación especial con
la mayor de las Antillas, que celebró por estos días 40 años de vínculos
forjados en la geografía, la historia, la cultura, el aporte en la
formación de profesionales y otras formas de colaboración con esas
ínsulas.
No es casual que la presidencia pro témpore de Cuba al frente de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) ha tenido
entre sus principales propósitos una mayor inserción e integración con
las pequeñas naciones caribeñas.
Antes de que termine el primer mes del año 2014, cuando la Revolución
Cubana inicia el tránsito de su año 56, La Habana acogerá a los jefes
de Estado y de Gobierno de las 33 naciones latinoamericanas y caribeñas.
Será otro hito en la vocación internacional de este pequeño país,
cuyo Héroe Nacional, José Martí, suscribió en el siglo XIX que toda la
grandeza del mundo cabe en un grano de maíz.
Tomado de Prensa Latina*Periodista y escritor cubano, colaborador habitual de Granma, Cubadebate, Rebelión y Habana Radio. Corresponsal de guerra en Nicaragua, escribió un libro sobre el hermano pueblohttp://elblogdelapolillacubana.wordpress.com/2013/12/31/cuba-pequeno-pais-de-vocacion-mundial/
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