dic 14th, 2013 | By Boltxe kolektiboa | Category: Emakumea Fabiola Ortiz
Los casos de feminicidio en Brasil
alcanzan cifras comparables con una guerra civil. En los últimos 10
años fueron asesinadas en este país 40 mil mujeres “
simplemente por ser mujeres”, denuncian activistas que abanderan la lucha contra la violencia de género.
simplemente por ser mujeres”, denuncian activistas que abanderan la lucha contra la violencia de género.
Cada año, entre el 25 de
noviembre y el 10 de diciembre, la comunidad internacional y las
organizaciones de defensa de los derechos femeninos impulsan 16 Días de
Activismo contra la Violencia de Género.
Las dos semanas de lucha
fueron una iniciativa del Centro para el Liderazgo Global de las
Mujeres, que en 1991 pidió dedicar a este problema el intervalo entre
el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las
Mujeres y el Día Mundial de los Derechos Humanos.
Este año, en Brasil las jornadas
adquieren mayor relevancia porque el 3 y 4 de diciembre se realizará en
la sureña ciudad de Porto Alegre un encuentro para elaborar el Informe
Alternativo de la Sociedad Civil para presentar ante el Comité de la
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), que se reunirá en
febrero próximo en Ginebra.
El llamado “informe sombra” está
destinado a apoyar el análisis del Comité de la CEDAW sobre las
acciones del gobierno brasileño para enfrentar la trata y mejorar la
salud de las mujeres.
“Estos días de activismo dan mayor visibilidad
a las agendas de los derechos de género. La violencia contra las
mujeres salió de debajo de la mesa, y la sociedad asume que es una
realidad y no una invención”, dijo a IPS la coordinadora en Brasil del
Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de
la Mujer (Cladem), Ingrid Leão.
Un estudio realizado por el Instituto Avante Brasil arrojó como
resultado que entre 2001 y 2010 fueron asesinadas 40 mil mujeres. Sólo
en 2010 hubo un caso de feminicidio cada una hora, 57 minutos y 43
segundos, lo que se tradujo en que ese año se cometieran 4.5 homicidios
por cada 100 mil mujeres. Para este año, la proyección en Brasil es de 4
mil 717 asesinatos.
Pero la violencia de género es mucho más, recordó Leão, que citó
otras expresiones como la simbólica, la psicológica, la económica o la
sexual. Contra todas ellas existe desde 2006 una ley que tipificó este
tipo de delitos y estableció sus penas.
Se le conoce como la Ley Maria da Penha, en reconocimiento a esta
farmacéutica maltratada por su marido, quien en 1983 intentó asesinarla
dos veces, la primera con disparos que le causaron una paraplejia
irreversible.
Con apoyo de Cladem, Penha interpuso una denuncia ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, dependiente de la Organización de
Estados Americanos. Fue el primer caso de violencia de género tratado
por esta instancia y concluyó en 2001 con el Estado brasileño
responsabilizado de negligencia.
Además de la CEDAW, adoptada en 1979 por los miembros de la ONU, el
país también suscribió en 1994 la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida
Belém do Pará, aprobada en esa ciudad amazónica brasileña.
“¿Cómo podemos convivir todavía con ese nivel de violencia contra las
mujeres, pese a casi 40 años de denuncias?”, se preguntó la
especialista Télia Negrão, de la Red Nacional Feminista de Salud,
Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos.
A su juicio, no es posible establecer un perfil de las mujeres
maltratadas porque el problema involucra a todas las clases sociales,
razas y edades. “Todas las mujeres, sólo por su condición de género, son
vulnerables y son objeto de violencia”, explicó a Cimacnoticias/IPS.
Pero Negrão, también coordinadora del Colectivo Femenino Plural,
destacó que el grado de vulnerabilidad aumenta cuando se suma la
desigualdad social, la pobreza, la baja escolaridad, las menores
oportunidades laborales, los bajos ingresos y la residencia en zonas
con elevada violencia.
“Esas mujeres tienen pocos instrumentos sociales a los que recurrir.
Sin algún grado de autonomía, a la mujer le es más difícil salir de su
situación de violencia”, admitió.
En agosto de 2013, la presidenta Dilma Rousseff decretó una ley que
penaliza la violencia sexual. La norma obliga a todos los centros de
salud a atender a las víctimas y brindarles tratamiento contra las
infecciones de transmisión sexual y el virus de inmunodeficiencia
humana.
También debe proveerse a las víctimas de la pastilla de
anticoncepción de emergencia y, en casos de embarazo, las víctimas
tienen derecho a que se les realice un aborto.
“La ciudadanía es la realización de los Derechos Humanos. Logramos
mucho, pero todavía es poco”, argumentó Negrão, quien desde 1985
participa en el monitoreo del cumplimiento brasileño de las convenciones
internacionales.
En el “informe sombra” para la CEDAW “incluiremos hechos concretos
(de discriminación) que el Estado brasileño no va a incorporar, porque a
ningún gobierno le interesa exponerse en el plano internacional”,
comentó Negrão.
En su reunión de 2012, el Comité de la CEDAW hizo hincapié en dos
puntos: la trata de mujeres, para la que demandó medidas concretas, y la
necesidad de una legislación unificada en cuanto a la salud femenina.
En un balance divulgado a inicios de octubre, la Secretaría de
Políticas para las Mujeres de la Presidencia destacó que las denuncias
de trata aumentaron en mil 547 por ciento durante el primer semestre
del año, en comparación con el mismo periodo de 2012.
Entre enero y junio la línea 180 de atención a las víctimas recibió
263 denuncias, de las cuales 173 se refirieron a casos internacionales y
el resto a locales. En 34 por ciento de ellos, había riesgo de muerte
para la víctima.
“La velocidad de las medidas relacionadas con la trata son muy lentas
y las respuestas también. No tenemos actualmente capacidad de medir la
magnitud del problema”, denunció Negrão.
Estela Scandola, quien integra el Comité Nacional de Lucha contra la
Trata de Personas como representante de la sociedad civil, dijo a
Cimacnoticias/IPS que el país no ha conseguido poner en práctica una
política de Estado para enfrentar este delito.
“Contamos con una política del gobierno mediante un decreto.
Necesitamos la presión externa. La trata de personas es en sí misma una
denuncia sobre las fallas del proceso de desarrollo de un país”,
afirmó.
A su juicio, la sociedad civil tiene el papel de “denunciar esas
fracturas” del Estado brasileño en la instrumentación de políticas
apropiadas contra el delito.
“La impresión es que hay lentitud para que las cosas pasen. La
burocracia no tiene fin”, criticó al referirse a la demora en la
implementación del Segundo Plan Nacional de Lucha contra la Trata de
Personas y de la propia creación del Comité Nacional para atender el
problema, estancada por falta de fondos.
Scandola adelantó que el informe que la sociedad civil presentará
ante el Comité de la CEDAW señalará la ausencia de una política
adecuada.
A su juicio, las autoridades tienen cómo anticiparse y prevenir la
trata allá donde haya mayores posibilidades de que el delito se
propague, como en las grandes obras de infraestructura que se
desarrollan en el país y que atraen a grandes contingentes de
trabajadores
http://boltxe.info/?p=62537
Anti Patriarcado :: 17/12/2013
Chile: 19 de diciembre, Día contra el Femicidio x Feministas Autónomas El 19 de diciembre del 2005, en Santiago, Alfredo Cabrera Opazo arrojó a Javiera de seis años, por la ventana de su departamento desde el séptimo piso
Anti Patriarcado :: 17/12/2013
Chile: 19 de diciembre, Día contra el Femicidio x Feministas Autónomas El 19 de diciembre del 2005, en Santiago, Alfredo Cabrera Opazo arrojó a Javiera de seis años, por la ventana de su departamento desde el séptimo piso
Comentarios
Publicar un comentario