Se conmemora el 60 aniversario del Asalto al Cuartel Moncada (1953), primer gran acto del proceso insurreccional del Movimiento 26 de julio que posibilitó el triunfo revolucionario en Cuba 6 años más tarde. Lo primero que queremos destacar es el profundo significado de aquella fecha para las revolucionarias y revolucionarios organizados de dentro y fuera de Cuba. Y nada mejor para ello que recordar las maravillosas palabras que el Che escribió en su diario en julio de 1967 en la selva boliviana: "Por la noche di una pequeña charla sobre el significado del 26 de julio: rebelión contra las oligarquías y contra los dogmas revolucionarios.” Pero más allá de las enseñanzas concretas que se extraen de aquel hecho histórico y del Movimiento que generó, en lo que refiere al “deber de todo revolucionario [de] hacer la revolución” (Fidel), queremos aprovechar esta conmemoración para reflexionar sobre el alcance que ha tenido la construcción socialista en Cuba que aquellos acontecimientos posibilitaron. Y ya no sólo en clave nacional de aquel querido país, sino en lo que nos muestra e ilumina en el terreno internacional, aún más si tenemos en cuenta la gravísima crisis sistémica actual de un capitalismo que está llevando al centro mismo del sistema una verdadera guerra social contra los pueblos con especial incidencia en países como el nuestro.
Efectivamente, vivimos tiempos en que la
crisis estructural del sistema capitalista está agudizando
progresivamente las contradicciones propias de la lucha de clases. En
momentos como estos, en los que todos los derechos sociales y laborales
del pueblo trabajador están siendo saqueados por la oligarquía que
detenta el poder económico y político real, es importante que
reafirmemos que no existe otro capitalismo posible, pero que otro mundo
sí es posible sin capitalismo. Pues bien, no nos cabe duda de que la
Revolución Cubana ha demostrado ser uno de los pilares más sólidos de la
lucha mundial del pueblo trabajador por conquistar su libertad. Los
logros obtenidos por el pueblo cubano son más relevantes aún si tenemos
en cuenta que se han conseguido perteneciendo al campo histórico de
países expoliados del llamado Tercer Mundo. Ese bienestar de Cuba aún se
realza más relativamente cuando reparamos en que no es resultado de
ninguno de esos “estados del bienestar” que se han dado en el campo de
países desarrollados e imperialistas y que, en buena parte, son producto
criminal de la explotación y opresión –remota y presente, colonial y
neocolonial- contra países precisamente como Cuba. Una explotación que
es de largo alcance en el pasado y que no puede dejar de marcar por
mucho tiempo aún tras los procesos de liberación que se dan en ese tipo
de países.
Además, en el caso particular de Cuba,
todavía se realzan más sus conquistas por el marco geoestratégico en que
se encuentra: está situada a sólo 90 millas de Estados Unidos, el país
imperialista con más potencia armamentística y el que más intervenciones
militares contra otros países ha efectuado en la historia,
especialmente en América Latina.
La República de Cuba siempre ha estado
marcada por la relación mantenida con EEUU, incluso desde antes del
triunfo de la Revolución. Desde la “independencia” de Cuba en 1901 hasta
1933 existía en la Constitución cubana una cláusula que permitía
legalmente la intervención militar estadounidense en determinadas
circunstancias1. A principios de los años 50, las empresas
norteamericanas controlaban la mayor parte de la producción económica de
la isla, como por ejemplo el 90% de la electricidad y telefonía, el
100% de la producción de níquel o casi el 50% de la industria azucarera.
Con esos datos en la mano, puede verse cómo, pese a que Cuba era
nominalmente independiente, en la práctica estaba bajo el dominio del
imperialismo norteamericano.
Bajo la dictadura militar de Fulgencio
Batista, lacayo de EEUU, se agrava el cuadro de desolación y de crisis
ética y político-social del país. El golpe militar había agudizado todas
las contradicciones de la isla y había puesto de manifiesto el vacío de
dirección nacional frente a la dictadura y la incapacidad de los
partidos políticos, enredados en inútiles divergencias y sin visión
histórica de aquel momento crucial. Fue en medio de esa oscuridad
cuando, precisamente el 26 de julio de 1953 que hoy conmemoramos, un
centenar de jóvenes llevaron a cabo el asalto al cuartel de Moncada, con
el que intentaban iniciar el derrocamiento del dictador. Aunque esa
acción fracasó militarmente, la heroicidad de los combatientes
repercutió de manera decisiva en la situación política y social de toda
la Isla. Algunos de los participantes exiliados volvieron a Cuba en
1956. Había sonado el comienzo de la Revolución Cubana. El foco
guerrillero inicial fue convirtiéndose con el tiempo en todo un ejército
rebelde, que con el apoyo del pueblo trabajador derrocó a las fuerzas
de Batista en 1959.
Desde ese momento, comenzó un proceso de
transformación social que dura hasta hoy a pesar de todos los intentos
del imperialismo (desde desestabilizaciones sutiles hasta invasiones
directas) por impedir que la riqueza de la isla y el poder estén en
manos del pueblo.
Aunque los intentos de asesinato de
Fidel Castro por parte de EEUU se cuentan por centenares2, la estrategia
general ha sido asfixiar a la isla mediante un bloqueo económico que
dura ya más de cincuenta años. Durante mucho tiempo, el único soporte
económico para la República de Cuba fue el respaldo de la Unión
Soviética, por lo que tras el colapso del bloque del Este la isla se vio
inmersa en la peor crisis económica de su historia, con una caída del
PIB del 30%, EEUU recrudeció el embargo, creyendo que era el fin del
proceso socialista en Cuba. Sin embargo, la voluntad firme del pueblo y
su apoyo incondicional a la Revolución consiguieron que Cuba saliese a
flote.
Es importante señalar, ahora que todos
nuestros derechos están siendo aniquilados con el pretexto de que es
“inevitable” recortar a causa de la crisis, que en Cuba el gasto en
Sanidad o Educación no disminuyó un ápice en esos años duros3, por lo
que no se produjo el salvaje aumento de mortalidad que sí se ha
producido en otros países que han privatizado los servicios públicos
como respuesta a una crisis, como Grecia, y que es esperable que se
produzca en el Estado español.
Mientras vemos cómo la edad de
jubilación se prolonga hasta los 67 años, cómo los recortes y las
privatizaciones causan que haya cada vez más familias trabajadoras
desahuciadas, gente con enfermedades crónicas sin posibilidad de acceder
a los medicamentos que necesitan, o cada vez menos personas puedan
acceder a los estudios universitarios por el aumento de las tasas, los
logros conseguidos por la revolución cubana brillan por sí mismos.
Según la ONU, UNICEF, ONEC, WWF o UNESCO, entidades que consideramos poco sospechosas parcialidad pro-cubana:
- Cuba es el único país de América Latina sin desnutrición infantil o problemas de drogas.
- No existen personas analfabetas en Cuba. El índice de escolarización primaria es del 100%. El de educación secundaria, un 99.7% (mientras que el promedio en otros países latinoamericanos ronda el 50%) y la enseñanza es totalmente gratuita, incluido los libros, desde la escuela infantil a la universidad.
- Es el único país del mundo que cumple los criterios de sostenibilidad ecológica. -Es el país que más número de médicos tiene por habitante en todo el mundo, aproximadamente el doble que Reino Unido.
- En América Latina, un 20% de la población (aproximadamente 102 millones) subsiste en la completa indigencia. Ninguna de esas personas vive en Cuba.
- El Índice de Desarrollo Humano4 en Cuba es de 0.8 sobre 1.
- Posee la tasa de mortalidad más baja de América Latina.
- Su tasa de mortalidad infantil es inferior a la de muchas zonas de EEUU.
Si, tal como ya hemos hecho mención,
tenemos en cuenta los límites históricos y las agresiones sufridas por
Cuba, y que de aquí partiríamos de un nivel superior de desarrollo
material, los ejemplos citados demuestran que es posible crear una
sociedad donde la economía sea planificada para cubrir las necesidades
reales de la población, y no para el enriquecimiento de una minoría.
Pero no sólo la República de Cuba
garantiza los derechos sociales necesarios para su población. En medio
de provocaciones y de agresiones continuas, que no pueden dejar de
limitar el ejercicio realmente democrático a que toda auténtica
revolución aspira, en Cuba hay elecciones no partidistas, en las que
cualquier persona puede presentarse cada 5 o cada 2 años (dependiendo de
si son generales o locales). Sin embargo, es tachada de dictadura por
EEUU, el único país que ha usado armas nucleares contra población civil y
el que más naciones ha invadido y expoliado en toda la historia de la
humanidad.
Aunque estos datos por sí solos hacen
que cualquier persona en sus cabales defienda el sistema cubano, los
logros del socialismo en la isla van más allá de unas meras cifras, por
muy importantes que sean.
Por ejemplo, en el campo de la izquierda
revolucionaria y las fuerzas anti-imperialistas, Cuba es un modelo a
seguir por su apoyo firme a todos los procesos enmancipadores y su
rechazo incondicional a toda dominación imperialista. Este compromiso de
Cuba se expresó, en el plano militar, como ayuda directa a los países
que luchaban por su liberación.
La Cuba revolucionaria fue, y sigue
siendo en gran medida, un ejemplo de internacionalismo real, al apoyar
con todos sus medios la creación de focos guerrilleros en Nicaragua,
Colombia, Bolivia, el Congo y muchos otros lugares; y al contribuir
igualmente en la resistencia antiimperialista de países como Argelia,
Angola o Vietnam. Cabe destacar la decisiva participación cubana, junto a
las tropas angoleñas en la derrota de la Sudáfrica del Apartheid en
Angola, donde mención especial merece la batalla de Cuito Cuanavale.
Pero, además, hay que destacar que la
Revolución Cubana, desde sus inicios hasta ahora mismo, ha enviado ayuda
sanitaria y formado médicos para países de África, Asia y América
Latina, incluso en circunstancias extremadamente difíciles. Ya más
actualmente, sin Cuba no puede entenderse la emergencia de la Revolución
Bolivariana en Venezuela, germinando una semilla de libertad que sigue
rebrotando en toda Latinoamérica.
Por otro lado, hay que valorar los
logros cubanos en materia de género. Desde Red Roja afirmamos que el
socialismo no trae automáticamente la liberación de las mujeres (aunque
sea un requisito para la misma). Si bien sabemos, como no podía ser de
otra manera, que la lucha antipatriarcal en Cuba está lejos de terminar,
podemos sostener que se han producido importantes avances feministas
gracias al socialismo cubano: un indicador entre otros es que,
actualmente, más de la mitad de las personas electas como representantes
del pueblo en la Asamblea General del Poder Popular, el parlamento
cubano, son mujeres5. Además todos los métodos de planificación
familiar, incluido el aborto, son libres y gratuitos para toda la
población.
Para Red Roja, la defensa de la
Revolución y el socialismo en Cuba es una cuestión de principios, por
más que no seamos acríticos con el devenir de la República de Cuba, dado
que eso sería hacer un flaco favor tanto al pueblo cubano como a
nosotras y nosotros mismos. Muy al contrario, nuestra postura nos
permite aprender tanto de sus victorias como de sus errores; aunque
siempre mantendremos esa posición desde el apoyo firme desde un
lineamiento antiimperialista, el nuestro, que no pone el acento en el
agredido sino en el agresor.
En definitiva, además de la importancia
indudable que tiene en su marco estatal concreto, Cuba, al igual que
cualquier otra experiencia socialista o revolucionaria como lo fueron la
URSS o la China Popular, o como lo son los destacamentos guerrilleros
de Colombia o la India, es algo más. Su mayor importancia es la
aportación que realiza al campo de la lucha revolucionaria
anticapitalista a escala mundial, y las enseñanzas que podemos extraer
de estas experiencias concretas a la hora de poner en marcha la
construcción del socialismo y el desarrollo del comunismo en todos los
lugares del mundo. De ahí que, 60 años después de aquel glorioso 26 de
Julio de 1953, queramos destacar la dimensión internacional y la
proyección de largo alcance histórico de aquella fecha. Y que podamos
gritar:
Siempre es 26 de Julio.
Como siempre es 8 de Marzo.
Como siempre es 1 de Mayo.
Viva la revolución cubana.
Viva la lucha de la clase obrera.
1 http://www.portalplanetasedna.com.ar/cubana.htm 23 de julio de 2013
2 638 Ways To Kill Castro – Channel 4
3 L.King, D. Stuckler, P. Hamm. Mass Privatization and the Postcommunist Mortality Crisis. PERI. 2006
4 http://hdr.undp.org/es/estadisticas/idh/ 23 de julio de 2013
5 http://www.cubadebate.cu/opinion/2013/02/16/triunfo-electoral-de-lasmujeres- en-cuba/ 23 de julio de 2013
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