¿Qué izquierda necesitamos? (Ponencia en las Jornadas de Formación de USTEA) . por Vicente Sarasa Cecilio
La
profunda crisis económico-social que ha estallado en el centro mismo
de países capitalistas supone un reto para la propia lucha sindical. En
un marco de agudización de una degradación socio-laboral que ya venía
de antes, la cada vez más difícil defensa de derechos y conquistas no
podía dejar de poner de actualidad la discusión sobre qué línea
sindical adoptar. Un debate que, en definitiva, es más general y tiene
que ver con la apuesta por una izquierda reformista o por una
izquierda revolucionaria.
Esta discusión no puede sustraerse a la
propia crisis histórica que afecta al conjunto de la izquierda, dado el
curso que tomó el desarrollo revolucionario principalmente en el siglo
XX. Ambas crisis, la de “los de arriba” y la “nuestra” es lo que da
base a que se plantee la “reformulación de la izquierda del s. XXI”. En
cualquier caso, ¿la izquierda revolucionaria se diferencia de la
reformista porque desdeña la defensa de las reformas o, por el
contrario, porque se basa en la convicción de que mejor “ser
revolucionario y, al menos, obtener y consolidar reformas que ser
reformista y terminar por perderlas”? Ante la afirmación de una cierta
izquierda reformista de que el “Estado del Bienestar” es la
demostración de su superioridad con respecto a la revolucionaria, esta
plantea su desmitificación y la necesidad de una profunda comprensión
histórica de aquel.
La crisis ha estallado de forma cruel en
el centro mismo del sistema. Y Estados como el español se convierten
en la periferia de la UE víctimas del “ante todo, el pago de la deuda”
que años antes arruinara a buena parte del llamado Tercer Mundo.
Precisamente, más que sorprenderse por la crisis actual, habría que
preguntarse por qué no se había entrado antes: “La crisis que se
vive en los países centrales del capitalismo sería una suerte de
“crisis boomerang”: se originó en el mismo centro del sistema; se
exportó a la periferia; y ahora vuelve redoblada y sin la misma
capacidad de exportación que antes.” (La crisis boomerang).
Ante la guerra social declarada a una
inmensa mayoría del pueblo, a la izquierda revolucionaria se le plantea
cómo acumular fuerzas para una transformación radical del “estado de
cosas existente”. Es ahí que se plantea la necesidad de desarrollar un
referente político de masas con la vista puesta en acompañar al pueblo
trabajador en su auto experiencia por un profundo cambio de la
situación; hablando claro… por la revolución.
GUION-ESQUEMA DE LA PONENCIA POLÍTICA
DE LAS III JORNADAS DE FORMACIÓN DE USTEA CÁDIZ
I. CONSIDERACIONES PREVIAS SOBRE EL DEBATE
Pocas personas como aquellas que se
dedican a la actividad sindical –y que a su vez están animadas por una
profunda y creciente convicción de la necesidad de transformar
radicalmente el “estado de cosas existente” – requieren de una alta
formación política y teórica. En el terreno estrictamente teórico, es
necesario avanzar especialmente en la comprensión de la dialéctica.
Efectivamente, pocas actividades militantes requieren unir dos planos
tan formalmente distantes y contradictorios: el de atender los
requerimientos de los compañeros, a menudo simplemente reivindicativos e
“inmediatistas”, y, por otro lado, el plano de la política, que es
donde en el fondo sabemos que se encuentra la causa más profunda y la
solución más duradera de hasta nuestras más inmediatas condiciones
socio-laborales y de dignificación profesional.
En general, conjugar la actividad
práctica con nuestro discurso exige de un conocimiento de los propios
límites de la teoría, de las formulaciones y tesis políticas, etc. Y de
cómo la teoría se desarrolla y se relaciona con la práctica, tanto en
su permanente elaboración como en el momento de utilizarla como
herramienta de transformación en la vida real. Sólo así podemos
comenzar a inmunizarnos tanto contra el “practicismo” (que desprecia la
teoría) como contra el “teoricismo” (que se regodea en ella). Bueno
será tenerlo en cuenta cuando, como es el caso, nos adentramos en un
debate sobre qué izquierda necesitamos en el gravísimo contexto de
crisis socio-laboral y económica que vivimos. Un debate, que como todo
debate, tiene mucho de teórico. Pero que, sobre todo, lo requerimos
para mejor batirnos... Algo, eminentemente práctico.
En relación estrecha con lo que se acaba de decir, ver apartado tercero.
II. CONTENIDOS
- La izquierda como transformación
profunda y superadora del sistema capitalista de explotación y de las
opresiones que alimenta. Izquierda revolucionaria frente a la
reformista. No confundir con la obligación defender a ultranzas las
reformas. “Sé revolucionario y, al menos, obtendrás reformas; sé reformista y terminarás por perderlas” (parafraseando a Lenin)
Un ejemplo temprano lo tenemos en cómo advino la Seguridad Social en Alemania, que luego se extendió por Europa:
“El primer país donde surgen los Seguros
Sociales es en Alemania. Allí el canciller Otto von Bismarck, líder
del partido conservador, veía crecer peligrosamente la influencia de
los socialistas entre las masas obreras. Y llegó a la conclusión de
que, para contrarrestarla, no bastaba ya con las meras medidas
represivas sino que era necesario poner en marcha un ambicioso programa
de reformas sociales que apartaran a los trabajadores de esa
influencia. Así, en el célebre Mensaje Imperial al Parlamento, leído
por el Kaiser Guillermo I el 17 de noviembre de 1881 pero redactado,
como es natural, por el Canciller, Bismarck declaraba explícitamente
que "la superación de los males sociales no puede encontrarse
exclusivamente por el camino de reprimir los excesos socialistas, sino
mediante la búsqueda de fórmulas moderadas que permitan una mejora del
bienestar de los trabajadores", con lo que "inútilmente tocarán entonces los socialistas la flauta" -decía Bismarck evocando al flautista de Hamelin- para atraer a los obreros.”
(Extraido de
- La “reformulación de la izquierda del
s. XXI” ha de basarse en la comprensión histórica de la crisis
específica de la izquierda; del objeto a reformular, pues. Y, en este
sentido, esa comprensión de la crisis debe unirse a un ejercicio de
puesta en crisis de nuestra propia comprensión: entender el proceso
histórico de transformación/superación del capitalismo y entender el
propio desarrollo del marxismo. Así pues: “Comprensión de nuestra
crisis, crisis de nuestra comprensión”. Ver apartado III.
- El capitalismo como sistema
histórico-mundial. Inserción, pues, histórica y espacial de la actual
crisis en el centro del sistema con especial agudización, precisamente
ahora, en los países de la periferia de la U.E.
Crisis boomerang: “La crisis que se
vive en los países centrales del capitalismo sería una suerte de
“crisis boomerang”: se originó en el mismo centro del sistema; se
exportó a la periferia; y ahora vuelve redoblada y sin la misma
capacidad de exportación que antes.”
Ver “La crisis boomerang. (Esquema de una explicación)”
- Comprensión crítica del “Estado del Bienestar”.
Ver: “Por una comprensión crítica del “modelo social europeo”
(artículo de Vicente Sarasa bajo seudónimo)
Ver: “El mito de la vuelta al “Estado del Bienestar”. Otro capitalismo es imposible.”
- Proletariado/Clase obrera/Trabajadores
en general. En cualquier caso, todas las personas susceptibles de
vender sus fuerza de trabajo en un sistema que tiende a mercantilizarlo
todo. Entender la clase desde un punto de vista internacional donde se
incluyan a los inmigrantes así como a los compañeros que son
explotados por la multinacionales “patrias” fuera de nuestras
fronteras.
- Breve apunte de los límites del
sindicalismo en el actual marco de degradación laboral, de crisis
profunda y de retroceso político-ideológico. La combinación de la lucha
sindical y de la social, incluso para compensar los límites en el
terreno estrictamente sindical. “Línea de barrio”.
- Dialéctica negociación
sindical-superación revolucionaria del sistema capitalista donde el
polo dominante sea esto último. Lo primero, pues, también como escuela
“natural” y práctica de los trabajadores.
- Proceso de liberación político-social
dentro del sistema capitalista en la medida en que se contrapone al
dominio burgués y da continuidad a la lucha histórica de los derechos
planteados en las revoluciones burguesas; derechos, desde hace tanto
tiempo, neutralizados por la tendencia a la reacción política.
Conversión de los marcos políticos burgueses en regímenes de
contrarrevolución preventiva.
“Por una desmitificación de la democracia-burguesa”: “La
democracia burguesa no es democracia por burguesa sino, bien al
contrario, es por esto que históricamente no termina de serlo”
(artículo de Vicente Sarasa bajo seudónimo)
Ver también:
“Sobre el carácter y significado histórico del 15M”
- La izquierda revolucionaria ante la
acumulación de fuerzas para una transformación radical del “estado de
cosas existente” y en el contexto de la crisis capitalista actual.
Planteamiento del referente político de masas en un plano diferente de
la específica reagrupación revolucionaria y en estrecha relación
dialéctica: dualidad organizativa.
III. PARA LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN DE LAS TESIS (Y DE LA TEORÍA EN GENERAL) CON LA PRÁCTICA:
Ver artículo: “Acerca de la teoría marxista sobre el desarrollo de los principios políticos en su relación con la práctica”
En la primera parte de este artículo se
versa sobre el proceso de conocimiento, sobre el origen y límites de
cualquier formulación teórica, de su relatividad, etc. Habla de la
teoría marxista de cualquier teoría, incluido el propio marxismo. Su
pertinencia se justifica por la convicción de que la comprensión de la crisis histórica del movimiento revolucionario de transformación socialista del siglo XX hay que unirla a un ejercicio de crítica de nuestra propia comprensión
teórica de los procesos de transformación históricos y cómo estos
afectan al devenir de la propia teoría revolucionaria. La segunda parte
recoge ya consideraciones acerca de cómo analizar la problemática
histórica referida.
TEXTO REDACTADO PARA LA PRESENTACIÓN DE LAS III JORNADAS DE FORMACIÓN DE USTEA-CÁDIZ EN SU APARTADO POLÍTICO
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