por Pepe Mejía
En una finca cerca de Toledo, donde se reunieron Aznar y Bush, se ha
reunido la cúpula de Interior para hablar entre otras cosas de cómo
neutralizar a militantes y activistas de la PAH y los escraches...
La finca toledana de Quintos de Mora acogió, en la tarde-noche del
lunes, una reunión de alto nivel de todos los miembros de la cúpula del
ministerio del Interior. No faltó ninguno. Fue una convocatoria
máximamente discreta. Abordaron los principales temas que afectan a la
seguridad nacional en España.
La iniciativa partió del ministro del Interior. Según ha sabido El Confidencial Digital, Jorge Fernández Díaz mandó un mensaje a todos los miembros que componen la llamada ‘comisión de dirección’ del ministerio: el lunes no hagáis planes ni convoquéis ningún acto por la tarde, tenemos reunión de alto nivel.
Preparada la estancia
Todos los cargos de Interior se desplazaron el lunes a primera hora
de la tarde hasta la finca toledana, que tanto gustaba frecuentar a José
María Aznar, y allí se encerraron.
Los operarios habían habilitado la vivienda durante el fin de semana y
hasta allá llegaron cada uno de ellos en sus respectivos vehículos
oficiales.
Además de Jorge Fernández, acudieron: el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez; el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa; el director general de la Policía, Ignacio Cosidó; y los directores adjuntos operativos de ambos cuerpos, Cándido Cardiel y Eugenio Pino. También asistieron algunos asesores personales del ministerio.
El precedente de ‘La Camarga’
Uno de los objetivos de Fernández Díaz para convocar a los suyos en la finca propiedad de Patrimonio Nacional era evitar posibles filtraciones.
El ministro del Interior, un habitual de las reuniones de trabajo en
ambientes diferentes, quiso que no trascendiera ningún detalle del
encuentro y sabía que en Quintos de Mora no existía ninguna posibilidad.
Hay que recordar que una de las últimas reuniones de Jorge Fernández con altos mandos policiales se produjo en el restaurante barcelonés de ‘La Camarga’, que ya frecuentaba el ministro frecuentaba durante su etapa en el PP catalán. Se trata del local donde Método 3 grabó con un micrófono oculto a la ex novia de Jordi Pujol Jr. y a Alicia Sánchez Camacho.
Fernández Díaz comió en abril del año pasado en
aquel restaurante, situado justo enfrente de una sede de la agencia de
detectives catalana, con el entonces secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa; el director general de la Policía, Ignacio Cosidó;
el jefe superior de Policía de Cataluña, Agustín Castro; y el máximo
representante de la Guardia Civil en Cataluña, Ángel Gozalo.
Aunque Interior no tiene constancia de que aquel almuerzo se grabara, hay sospechas de que la cita fue registrada por espías.
Los temas de Quintos de Mora
Una vez reunidos en una misma sala los altos mandos del ministerio
del Interior, Jorge Fernández les pidió que se relajaran y que
procedieran a una tormenta de ideas sobre cómo mejorar el funcionamiento del departamento y lograr una mayor coordinación.
Ataviados con ropa informal, Fernández Díaz, Fernández de Mesa,
Cosidó, Cardiel, Pino y el resto de asistentes abordaron los siguientes
asuntos, según ha conocido El Confidencial Digital:
-- Escraches. Preocupa en Interior el acoso que
están sufriendo los dirigentes del Partido Popular en sus domicilios. El
propio Jorge Fernández recibió la ‘visita’ de los miembros de la
Plataforma Antidesahucios en su casa de Barcelona.
-- ETA. Al ministerio han llegado datos que apuntan
que la banda terrorista se encuentra en un momento de ‘impasse’. Se
insistió en que los pistoleros que todavía quedan en la clandestinidad
están acorralados.
-- Filtraciones policiales. En Interior también
inquietan las continuas filtraciones que se producen en el Cuerpo
Nacional de Policía. Especialmente, en la Unidad de Delitos Económicos y
Fiscales. En la Guardia Civil, encargada por ejemplo del caso de los
EREs en Andalucía, no ha habido filtraciones a la prensa.
El atentado de Boston
Pasaban unos minutos de las nueve de la noche, cuando los teléfonos
de los altos mandos allí reunidos comenzaron a sonar sin parar: llamadas
y mensajes les informaban del atentado en el maratón de Boston.
Según las fuentes consultadas por ECD, el equipo de Jorge Fernández Díaz vivió unos primeros momentos de confusión.
No se sabía quién había colocado las bombas, ni con qué objetivo. Hubo
orden de tratar de averiguar si la ofensiva terrorista podía afectar a
España.
Al ministro y a los altos cargos presentes en Toledo se les informó desde Madrid de que, en principio, se trataba de un hecho aislado
y, por tanto, no había por qué extremar de manera inmediata la
seguridad en el país. Todos quedaron tranquilos y continuaron con su
reunión.
Esta jornada de reflexión, única hasta la fecha, se alargó hasta bien entrada la noche.
El servicio de Quintos de Mora tenía orden de preparar cena para los
allí presentes, que hicieron noche en la vivienda de la finca.
En la mañana del martes, los altos mandos de Interior regresaron a Madrid para incorporarse a sus respectivos despachos.
Tomado de Kaosenlared
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