Por Máximo Relti /Canarias Semanal
No hay que ser especialmente avispado - escribe nuestro
colaborador Máximo Relti - para deducir que lo que está sucediendo en
Venezuela responde casi milimétricamente a lo que tanto el gobierno de
ese país, como los analistas políticos de la izquierda venezolana habían
pronosticado que se produciría después de las jornadas electorales del
domingo... ¿Pero qué pinta España en esta nueva conjura?...
"No hay que ser especialmente avispado para deducir que lo que está
sucediendo en Venezuela responde casi milimétricamente a lo que tanto el
gobierno de ese país, como los analistas políticos de la izquierda venezolana
habían pronosticado que se produciría después de las jornadas electorales del
domingo.
En efecto, la oposición escuálida ha aprovechado el hecho de que la
diferencia entre el candidato Maduro y su oponente Capriles suman ya casi 300.000
votos para convertir esta diferencia en la coyuntura idónea a través de la cual
intentar promover la inestabilidad social primero, y el golpe de Estado
después. La improcedencia del argumento importa poco. En los escrutinios
electorales de todo el mundo, frecuentemente esos porcentajes son, incluso,
considerablemente más reducidos. En la propia Venezuela, el candidato
conservador Caldera ganó en una ocasión unas elecciones por una franja seis
veces menor que la que ahora separan a Nicolás Maduro y Henrique Capriles. Y no
hablemos ya de la que se produjo en los
Estados Unidos entre el republicano George Bush y el democrata Al Gore, que empujó
al primero a recurrir al pucherazo para
no perder su infausta presidencia.
QUE ES LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN ESTA
CONSPIRACIÓN
Pero eso importa poco. Lo que se
está intentando realmente en estos momentos es borrar
del mapa de Venezuela a un sistema político que se ha caracterizado por sus
claras posiciones antimperialistas, por sus políticas sociales hacia las clases populares y por constituir el eje
de la unidad del hemisferio sur latinoamericano. Si a ello añadimos el hecho de
que en el subsuelo venezolano se encuentran los mayores yacimientos de petróleo
del mundo, el asunto se convierte en un “casus belli” para el gobierno de
Barack Obama y los poderosísimos intereses que representa.
Por ello, no debe extrañar la postura mantenida estos días por el ministro
ultraconservador español García-Margallo. Que el jefe de la diplomacia española
manifieste públicamente sus dudas en relación a la legitimidad de unas
elecciones celebradas en un país con el que se mantienen relaciones
diplomáticas normales e intensas relaciones económicas es algo más que un
despropósito de funciones. En este caso, como en los precedentes que protagonizó el expresidente José María Aznar durante el
golpe de Estado del 2002, es simplemente un complot.
Con su insólita
declaración García-Margallo ha puesto de manifiesto que no es más que un dócil
instrumento de la orquesta conspirativa imperialista en la que el Departamento
de Estado norteamericano, la languideciente OEA que capitanea Insulsa a la cabeza, y el Parlamento
Europeo tocan la misma melodía. Se trata de acabar no sólo con el proyecto
reformista bolivariano, sino también con aquella otra reivindicación
histórica en marcha que pretende unificar a América Latina en un
bloque sólido que posibilite su definitiva liberación e independencia real. En esta
ocasión, sin embargo, todo indica que García-Margallo
como otrora le sucediera al presidente
de la Comunidad Autónoma canaria, el “progresista” Román Rodríguez durante el golpe de Estado derechista del 2002,
se ha precipitado al anunciar el final del proceso bolivariano. Y si no,
tiempo al tiempo.
REPSOL EN LA
CUERDA FLOJA
Ante estas
inaceptables injerencias del Ejecutivo español, el presidente electo de Venezuela,
Nicolás Maduro, ha hecho una severa advertencia al gobierno de Madrid:
"¡Cuidado
España!, que Venezuela fue libre porque conquistamos nuestra independencia con
la espada del libertador Simón Bolívar", y agregó: "¡cuidado!
¡respeten para que los respeten!... Esperamos que rectifiquen a tiempo, si no
tomaremos medidas ejemplares en todos los órdenes: diplomáticas, económicas y
políticas para quien se mete contra Venezuela”. “España está en la Faja, Repsol
está en el gas ¿y cómo le va a Repsol “¡Cuidado España!, ¡respeten para que los
respeten!”.
En estos tensos
momentos a los canarios, tan unidos por
lazos históricos al pueblo venezolano, nos corresponde ahora expresar en la
calle nuestra repulsa a la intolerable injerencia
del gobierno ultraconservador de Madrid tratando de torcer los destinos de un país libre.
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