por Unidad Popular de Clase
Como el paso hacia el Congreso está
blindado por las fuerzas represoras del Estado, y hoy era la sesión en
que debían anunciarse más reformas y planes de ajuste estructural y
presupuestario para poder hacer frente al pago de esa deuda que la clase
dominante se ha antojado en hacernos pagar a las y los trabajadores,
este mediodía una pequeña representación de Unidad Popular de Clase se ha dirigido al Banco de España a reivindicar, desde la unidad de la clase trabajadora, toda la riqueza y el poder para el pueblo....
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Una serie de colectivos de barrios y
pueblos se han reunido para iniciar la construcción de un movimiento
político en Madrid. EL objetivo es que este sirva para responder a la
necesidad más urgente del movimiento obrero y popular: la existencia de
un referente político capaz de fortalecer las luchas locales y
sectoriales y de realizar una alternativa de ruptura con el régimen de
la Transición y con el sistema capitalista. Este es un proceso en
construcción, abierto y participativo.
TODO EL PODER Y LA RIQUEZA PARA EL PUEBLO
El Gobierno anuncia hoy nuevas medidas
“para recortar el déficit”. Nuevas medidas que son un paso más hacia la
destrucción, hacia el abismo. Nuevos recortes en las pensiones, en las
prestaciones por desempleo y otras que vienen a sumarse al paro masivo y
a la pobreza que se extiende como una plaga por barrios y pueblos.
Es una agonía lenta en la que la clase
obrera y sectores populares vamos cayendo en una guerra sorda que nos
destruye fuera de los focos y de los micrófonos. Es la dramática
ausencia de porvenir de una juventud sin trabajo, a la que se niega la
posibilidad de estudiar y a la que se reprime brutalmente si tiene la
dignidad de luchar. Es la losa que aplasta a las mujeres trabajadoras,
principales protagonistas del empleo precario y sobre las que cae todo
el peso de los cuidados por la destrucción de los servicios públicos. Es
la vergüenza de la superexplotación de la clase obrera inmigrante a la
que se niega cualquier derecho. Es la voladura sistemática de todo
espacio de humanidad y solidaridad que la lucha de la clase trabajadora
fue arrancando de la burguesía.
El desastre que vive el pueblo griego no es una excepción. Es el futuro
que nos están cocinando la banca y las multinacionales, de aquí y de
fuera, y que nos imponen los partidos institucionales. El guión es
siempre el mismo: la dictadura férrea de la UE, el BCE y el FMI
aceptada vergonzante y sumisamente por el Gobierno, antes del PSOE y
ahora del PP. IU no se atreve a romper las reglas de un juego criminal
que lleva a los pueblos a un desastre más que seguro y ante el que no
tiene más horizonte que intentar gobernar con un PSOE que desde la
Transición viene aplicando, a veces incluso con más eficacia que el PP,
el programa del capital.
Ante el oportunismo de ciertos sectores
institucionales conviene que tengamos siempre presente que no importa el
partido que gobierne, sino la clase social que tenga el poder. Así, el
Estado no es simplemente un espectador o mero papel mojado y cada vez
queda más claro que nunca ha perdido su esencia: la de ser la
herramienta de opresión política de una clase sobre otra.
La reforma constitucional de
agosto de 2011, todos los ataques a los derechos sociolaborales y la
liquidación de los servicios públicos para privatizarlos mejor, forman
parte de la ejecución con disciplina prusiana de las tablas de la ley
del capitalismo. En otros países son los “Memorándums” del
rescate, en el Estado español se aplican las mismas medidas para que no
nos rescaten. Somos un Estado intervenido, sin el menor resquicio de
soberanía.
Frente a la minoría de poderosos
corruptos y criminales hay una clase trabajadora y un pueblo que ensaya
formas de resistencia y de lucha intentando responder a los diferentes
ataques con diversos movimientos, muy débiles organizativamente – y por
tanto fácilmente manipulables – y muy dispersos.
Es necesario que el pueblo explotado y sojuzgado dé un puñetazo en la mesa, diga !Basta ya! y
se organice en torno a un programa político, desde la base, desde los
barrios y pueblos, desde los lugares de trabajo y estudio. Es preciso
que la clase trabajadora y el pueblo tomen en sus manos las riendas de
un caballo desbocado
que camina hacia su destrucción y, más temprano que tarde, desaloje a
criminales y ladrones para construir sensata y razonablemente un futuro
en el que toda la riqueza esté al servicio del pueblo.
Hay que construir la Unidad sabiendo lo que se quiere. La
unidad sin ideas claras no sirve para nada o puede abrir el camino a
“salvadores de la patria” que nos lleven a donde no queremos ir. El pilar de ese programa debe ser una doble ruptura: con el régimen de la Transición y con el sistema capitalista. Sus objetivos centrales deben ser:
- No pagar la deuda, ni los intereses. Luchar contra a las políticas del FMI, el BCE y la UE y cuestionar nuestra pertenencia al euro y a la UE.
- Derrocar al régimen monárquico de la Transición.
- Depuración democrática de los aparatos del Estado y derogación de las leyes represoras. Derecho de Autodeterminación de los Pueblos.
- Expropiación y propiedad pública de la riqueza, de los servicios públicos y de los recursos naturales. Planificación democrática de la economía.
- Plena igualdad de las mujeres.
- Ni OTAN, ni Bases, ni gastos militares.
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Tomado de redRoja
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