La doctrina militar bolivariana en el marco de la guerra permanente del imperialismo contra los pueblos

Ferran Nieto *


La doctrina militar bolivariana en el marco de la guerra permanente del imperialismo contra los pueblos
MI28-NE venezueladefensa.blogspot.com

Después de los últimos sucesos en Libia, queda de manifiesto que ni el desarme ni la apertura diplomática y económica sirven de nada ante la sed del imperio; mucho menos si se posee petróleo, ingentes recursos minerales, acuíferos y de biodiversidad

Tribuna Popular TP GEOPOLÍTICA/Ferran Nieto *.- La doctrina militar bolivariana en el marco de la guerra permanente del imperialismo contra los pueblos.

Desde la caída del muro de defensa antifascista de Berlín y la victoria de la contra-revolución burguesa en la Unión Soviética y todo el campo socialista europeo, el imperialismo ha seguido una estrategia de dominio global que en lo militar ha definido los últimos 20 años de la historia de la humanidad como los años de la guerra brutal y permanente contra los pueblos libres.

El imperialismo ha tenido la obsesión de redibujar los mapas y crear líneas de contención o de aislamiento entorno a Rusia y China, preparando la futura Gran Guerra. Mientras, barren con todo aquel que consideren que no se doblega a sus intereses.

Los 90 empezaron con la primera guerra de Irak (1991), que terminó en un genocida e ignominioso bloqueo que no finalizó hasta la segunda guerra de Irak (2003).

Siguieron las guerras de los Balcanes desde 1992-1995 en los que se consumó la partición entre las distintas potencias imperiales la estratégica región de los Balcanes, y que concluyó en 1999 con el apoyo imperialista a las mafias albanesas de Kosovo y al ataque criminal de la aviación de la OTAN contra Serbia para, definitivamente, doblegar el último reducto libre de los Balcanes y convertir la provincia serbia de Kosovo en una gigantesca base militar de la OTAN.

Es en este mismo año 1.999 en que la OTAN empieza su expansión hacia las fronteras rusas, con la incorporación en la estructura militar de las antiguas repúblicas socialistas de Hungría, Polonia y Chequia, para, hasta 2009, incorporar a las antiguas repúblicas soviéticas del Báltico y a Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Albania y Croacia.

El siglo XXI se inaugura en términos históricos con el auto-atentado de las torres gemelas, y empieza a retumbar en todos los noticieros las palabras “islamismo”, “integrismo”, “terrorismo”.

Ese mismo 2001 se inicia la guerra de Afganistán, guerra que aún no ha concluido, para, como ya hemos indicado iniciar la guerra contra Irak dos años después, guerra que no ha finalizado hasta la retirada de las tropas de ocupación estadounidenses este diciembre de 2011.

En 2006 Israel atacó Líbano, sufriendo una humillante derrota ante las milicias de Hizbullah que contaron con el apoyo del Partido Comunista Libanés y de Siria.

En 2008 el gobierno pro-occidental de Georgia atacó a la república de Osetia del Sur, que con el apoyo del ejército ruso, la indefensa república rechazó el ataque.

La presente década se inicia con una alianza para la guerra compuesta por los USA y la OTAN, junto a Israel, Turquía (miembro de la OTAN y gobernada por islamistas), las monarquías feudales árabes y el islamismo salafista y de los Hermanos Musulmanes magrebís.

Esta alianza ha protagonizado la última secuela de esta macabra serie de destrucción y muerte en Libia, donde se ha repetido el guion propagandístico, para justificar el genocidio de más del 2% de la población libia bajo las bombas humanitarias de la OTAN y el horrible asesinato del líder libio Al-Gadaffi. Todo esto ante la impávida y vergonzante mirada de Rusia y China, quienes la podrían haber evitado.

El 2012 se inicia con el retumbar de las amenazas contra Siria e Irán de esta misma coalición de la muerte.

Así han sido, muy brevemente los últimos 20 años, y no se han expuesto los genocidios sucedidos en África en los 90, ni los ataques a Corea Democrática.

Dos décadas de guerras imperialistas por el dominio mundial geoestratégico y de los recursos y sus rutas de transporte.

América Latina no se ha quedado al margen de la historia, pero con un signo contrario a la dinámica mundial, en América Latina y el Caribe han resurgido los pueblos, y gobiernos de carácter democrático, popular y antimperialista salpican su geografía. Siendo Cuba Socialista y Venezuela Bolivariana sus principales baluartes.

Este humilde trabajo se quiere centrar en la Venezuela Bolivariana como ejemplo de los profundos cambios en lo militar que se deben aplicar para poder ejercer su independencia y soberanía, cambios más profundos aún, si pretende seguir la brújula de la construcción del socialismo.

La victoria en 1.999 de Hugo Chávez y el golpe de estado promovido por los USA y la UE en 2002, marcan el inicio de la dura senda hacia la independencia. Una independencia amenazada militarmente por el imperio y sus lacayos, y que por lo tanto exige de respuestas soberanas en el campo militar.

Después de los últimos sucesos en Libia, queda de manifiesto que ni el desarme ni la apertura diplomática y económica sirven de nada ante la sed del imperio; mucho menos si se posee petróleo, ingentes recursos minerales, acuíferos y de biodiversidad.

La acusación del Departamento del Tesoro el pasado 8 de septiembre contra 4 altos funcionarios de la República Bolivariana de Venezuela por unos supuestos vínculos con la insurgencia Colombiana, y con la base argumental del computador mágico de Raúl Reyes, no es un simple ataque más. Forma parte de la “telaraña” que el imperio teje contra los pueblos libres del mundo.

Desde el golpe fracasado de 2002, el imperio ha ido armando, pacientemente el decorado del escenario de una probable de intervención armada.

Libia hoy nos muestra el refinamiento de la estrategia de guerra de 4ª generación, una combinación de las estrategias empleadas contra Irak junto con las “revoluciones de colores”. En Venezuela ambos elementos se vienen ensayando, los elementos principales, los ingredientes de la macabra receta están en la despensa:

La indefensa sociedad civil, la libertad de expresión cercenada, los jóvenes estudiantes “manitas blancas” perseguidos.

Los aguerridos libertadores, el país sembrado de paramilitares colombianos.

El caos, motines carcelarios, criminalidad, violencia.

Venezuela, el Estado forajido y delincuente, las sanciones a PDVSA por sus relaciones con Irán, sus relaciones con las FARC, el narco, su expansionismo por América, amigo de Gadafi, de Kim Jong, y de cuanto malo malote haya.

Solo queda un ingrediente en el sancocho imperial, y wikileaks por lo menos confirma que lo intentan. La disidencia interna, los traidores dentro del proceso. En Libia el CNT estaba compuesto por ex altos dirigentes de la Jamahiriya.

Aunque para un comunista, la simple observación de la estructura de clases en Venezuela, fruto del sistema económico reinante, nos hace suponer que la misma lucha de clases se libra en el seno del estado Venezolano, y que facciones burguesas y parasitarias, comprometidas con sus intereses de clase, habitan en las entrañas del Estado. Estas facciones, tarde o temprano, se decantarán por la traición. Es ley.

Esta situación se acompaña de un despliegue militar sin precedentes en América Latina, bases militares rodean Venezuela. Aruba, Curazao, Sto. Tomás, Puerto Rico, Guantánamo, Bahamas, Honduras, El Salvador, Antigua, Haití, Colombia, Perú y Paraguay, cuentan con bases, instalaciones y personal militar Norte-Americano susceptible de participar en operaciones militares, logísticas y de inteligencia contra Venezuela.

Sólo la activación de la IV Flota en aguas latinoamericanas el pasado 2008 representa una fuerza de destrucción sin igual en la región, 1 portaviones, submarinos nucleares, destructores, fragatas y naves anfibias componen este ejército. Si fuera poco este despliegue, el vecino Colombiano es uno de los mayores receptores de ayuda militar norteamericana y del estado sionista.

Venezuela está literalmente rodeada, y por ello ha sido imprescindible desarrollar una nueva doctrina militar. Doctrina militar que en lo simbólico se inicia cuando en 2005 el gobierno de los EEUU se negó a vender repuestos para los cazas F16 venezolanos. Pero que empieza realmente en 2.002 después del fallido golpe militar con la depuración de todas las ramas del ejército.

Esta doctrina militar, con un profundo espíritu antimperialista, recientemente se ha fortalecido con la designación del General Henry Rangel Silva como nuevo Ministro de Defensa. Un hombre de la plena confianza de Hugo Chávez, que participó con él en la rebelión del 4 de febrero del 92 y con un claro perfil antimperialista. Acusado por EEUU y Colombia de tener vínculos con las FARC-EP responde al perfil de la nueva doctrina militar bolivariana.

La nueva doctrina militar combina un moderno (aunque pequeño) ejército convencional, la nueva aviación, helicópteros, misiles y radares anti stealth, misiles anti buque, tanques y plataformas de artillería y cohetes, junto con la implantación de un modelo militar de “el pueblo en armas”, una fábrica de modernos fusiles de asalto, misiles antiaéreos portátiles y fusiles de precisión, dan al ejército unas características disuasorias importantes, más aún después del empantanamiento de la OTAN en Libia, dónde la resistencia libia combinó la doctrina militar clásica con la guerra de guerrillas sin frentes definidos, lo que provocó que la OTAN y sus cipayos fueran incapaces de obtener una victoria definitiva en el corto plazo y debieran recurrir a un ingente despliegue de mercenarios, tropas de élite y bombardeos masivos.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) recientemente se ha empezado a preocupar por los aspectos concernientes a la defensa, en Bolivia se ha inaugurado una escuela militar de la ALBA, y Ecuador se plantea una modernización de sus equipamientos militares, con la vista puesta en Rusia como suplidor.

Estos elementos apuntan hacia una incipiente cohesión militar de la ALBA, lo que permitiría unificar doctrinas, estructuras y suministros. La adopción del fusil AK-103 Cavim (en su denominación venezolana y también adquirido por Bolivia) y del rifle AK-104, y la adquisición de sus licencias para la fabricación a partir de 2012, los fusiles de precisión semiautomáticos de diseño soviético Dragunov, ofrecen una ventaja sin igual en los patrones de guerra asimétrica, ya que dota de la posibilidad de equipar a los ejércitos del ALBA y a sus pueblos de una forma rápida, económica y eficiente de armamento “cuerpo a cuerpo”, que es dónde el imperio tiene su talón de aquiles.

Igualmente el desarrollo de pistolas, escopetas y subfusiles de fabricación propia (CAVIM) profundiza la línea de la autosuficiencia militar, especialmente para contextos de guerra irregular o asimétrica. Reseñable es el diseño de un fusil de francotirador venezolano, denominado Catatumbo.

El armamento adquirido por Venezuela útil en guerras asimétricas se completa con los populares cohetes antitanque soviéticos RPG-7 y el misil antiaéreo portátil ruso Igla-S, especialmente eficaz contra helicópteros y aviones no tripulados.

En lo referente a los sistemas de armas exclusivos para enfrentamientos regulares, Venezuela también se ha modernizado y desenganchado de la dependencia estadounidense y en general de la OTAN.

Destacables son los carros de combate T-72BM1, de origen soviético y modernizados por Rusia, con un blindaje de última generación. Aunque no son unos carros de combate de última tecnología, se pueden considerar que otorgan de superioridad táctica al ejército bolivariano en el marco regional.

Otros vehículos blindados recientemente adquiridos a Rusia son los vehículos de combate BMP-3, los de transporte artillado BTR-80, los obuses autopropulsados 2S19 MSTA-S, y el mortero auto propulsado 2S23 NONA, todos de finales de la era soviética, aunque con unas capacidades operativas, robustez y capacidad de fuego de primer orden en la región. La capacidad de fuego terrestre queda completada por equipos lanzacohetes móviles Bm-30 y BM-21, también de la era soviética.

Es destacable por su componente tecnológico, industrial y por la independencia del exterior el desarrollo del vehículo multipropósito Tiuna, que sustituirá a los Humvee y jeep yankees actualmente en servicio y el desarrollo de un lanzacohetes en Venezuela, el VE-Nilangal.

Otro frente en el que la República Bolivariana se ha potenciado y desenganchado de la tecnología imperial es en el capo antiaéreo y en la fuerza aérea.

En este sentido Venezuela se ha equipado con sistemas de radares chinos de vigilancia aérea CETEC JLY-3D y JY-11B, pero lo más importante es la participación de Belarús en el desarrollo de un sistema anti aéreo unificado para Venezuela, que con casi total seguridad tiene capacidad de detección e intercepción de aviones “invisibles” y misiles de crucero, aunque estos detalles no están desvelados y se mantienen en secreto.

Dentro de este sistema unificado de defensa aérea, Venezuela se ha equipa con sistemas de misiles tierra-aire de última generación, como el S-300VM, considerado por Rusia el más moderno del mundo y con capacidad anti stealth y anti misiles de crucero, es superior a los famosos Patriot yankees. Un segundo sistema de misiles adquirido a Rusia es el robusto y fiable sistema soviético S-125-2M “Pechora”, un tercero es el Buk-M2, este con capacidad tierra-tierra también y de medio alcance, y el sistema de misiles anti aéreos se completa por el también soviético sistema TOR-M1 de menor alcance pero con una gran autonomía, pendientes de entrega.

Finalmente el sistema de defensa anti aérea de Venezuela se completa con la adquisición de 300 baterías de cañones ZU-23-2, un clásico.

En el esquema defensivo venezolano se ha incorporado un sistema de helicópteros de combate único en la región. Venezuela ha adquirido 10 helicópteros de combate pesados Mi-35 M2, sin equivalente occidental, un verdadero tanque volante, próximamente se incorporarán 10 Mi-28 rusos, cuyo equivalente serían los apache estadounidenses, considerado un helicóptero de combate de última generación. La fuerza de helicópteros de origen ruso adquiridos por Venezuela se completan por los helicópteros de transporte Mi-17 y Mi-26, éste último considerado el más grande del mundo.

Pero la adquisición más espectacular realizada por Venezuela ha sido el cazabombardero Su-30Mk2, un caza de altísimas prestaciones para la región, a un solo paso de los cazas de Vª generación stealth recién introducidos por USA, Rusia y China. Este caza dota de superioridad aérea a Venezuela respecto a sus vecinos, cuenta, entre otros con misiles anti buque y anti radar Kh-31, misiles de larga distancia Kh-59, misiles de medio alcance Kh-29T, diferentes misiles aire-aire y bombas .

La fuerza aérea venezolana ha adquirido un sistema de aviones no tripulados de fabricación iraní.

Existen rumores de posibles futuras adquisiciones del caza de largo alcance SU-35 y cazas chinos J-10, pero aún no se ha confirmado.

El sector que no se ha desenganchado totalmente de la tecnología OTAN es el sector naval, la armada bolivariana, cuenta con un submarino torpedero repotenciado con tecnología propia, y ha adquirido 4 patrulleras costeras de última tecnología a España.

Diversas embarcaciones patrulleras fluviales y costeras, auxiliares y 6 fragatas de la década de los 70 acaban de conformar el grueso de la marina venezolana.

En resumen, podemos ver como Venezuela se está equipando para enfrentar los ataques del imperialismo, tanto en una agresión convencional como dentro de los esquemas de guerra asimétrica e irregular. Destacable en lo convencional son:

Los fabulosos misiles antiaéreos S-300 que proporcionan un primer paraguas a los cazabombarderos “invisibles” y a los misiles de crucero “Tomahawk” gringos.

Los nuevos cazas Sukhoi y las posibles futuras adquisiciones.

El sistema integrado de defensa antiaérea bieloruso y chino.

Los helicópteros de combate Mi.

Y en la guerra asimétrica cabe destacar:

La fabricación de kalashnikovs.

La adquisición de modernos misiles portátiles tierra-aire Igla-S y cohetes RPG.

El desarrollo de una industria militar propia con la fabricación de armas cortas, escopetas, fusiles y vehículos multifunción.

Pero todo este esfuerzo tecnológico y financiero no sería decisivo sin un esfuerzo por articular una fuerza humana acorde y comprometida con el proceso bolivariano. Después del golpe de estado del 11 de abril de 2002, en el que participaron diversos altos mandos militares, urgía renovar y remover el conjunto de la estructura castrense para convertir la estructura militar en unas Fuerzas Armadas al servicio del pueblo y del proyecto bolivariano.

Los tres cuerpos tradicionales (ejército, fuerza aérea y armada) cuentan con el soporte de la Guardia Nacional Bolivariana, cuerpo de apoyo, muy implicado en tareas de seguridad interior, tanto en prevención y vigilancia como en tareas de protección civil.

Los 4 cuerpos de las Fuerzas Armadas Bolivarianas cuentan con unos 155.000 efectivos. Pero lo más significativo en este aspecto es la conformación en 2005, 3 años después del golpe de estado, de la Milicia Nacional Bolivariana, un cuerpo de voluntarios civiles, organizados territorialmente y por centros productivos, que reciben entrenamiento e instrucción militar, y que actualmente cuenta con casi 800.000 efectivos y que se espera llegue al 1.100.000 efectivos. El pueblo en armas, un fuerza que, aunque no es letal por su preparación en el combate, si lo es por su número, invisibilidad, patriotismo y compromiso político.

La amenaza imperial contra Venezuela hoy se manifiesta de formas muy diversas, pero a nadie se le escapa el papel de la vecina Colombia, uno de los subordinados más fieles de Estados Unidos, sumida en un conflicto interno con la insurgencia comunista de las FARC-EP y el ELN principalmente, es receptora de ingentes cantidades de ayuda militar, ya sea directamente bajo el amparo de la lucha antinarcótica, bajo planes militares como el plan Colombia y el plan Patriota o bajo los acuerdos militares con Israel, miles de millones de dólares se han destinado a fortalecer y equipar las fuerzas armadas colombianas (y las cuentas corrientes de políticos y militares). Recientemente, los EEUU han certificado a Colombia en materia de Derechos Humanos, lo que permite liberar más fondos para la guerra y el rearme colombiano (sí, ha leído bien, Derechos Humanos).

Recientemente Colombia mantiene por lo menos 7 bases militares gringas o usadas por EEUU, sin contar todo el personal militar asesor y los mercenarios de empresas privadas que participan en el conflicto, el último factor son las bandas paramilitares, con estrechos vínculos y difusas fronteras con la derecha, el narco y los terratenientes. Después de una pantomima de desmovilización de los paramilitares de las AUC, han tomado el relevo las Águilas Negras y otras organizaciones conocidas eufemísticamente como Bandas Criminales o Bacrim, y su nombre se calcula en unos 20.000 o 30.000.

El paramilitarismo ha traspasado fronteras, y opera en Venezuela como escuadrones de la muerte contra líderes políticos revolucionarios, campesinos y sindicales, como factores del narcotráfico y como fuerzas de choque de un golpismo latente, como bien demuestra diversas intervenciones de comandos paramilitares en zonas rurales.

Hoy para hacer frente a la insurgencia revolucionaria colombiana, las Fuerzas Armadas del Narcoestado colombiano cuentan con más de 480.000 efectivos (más del triple que Venezuela) con amplia experiencia en combate, al contrario que las tropas Bolivarianas, y con el apoyo militar, financiero y de inteligencia de la mayor potencia militar del mundo e Israel.

Colombia es hoy el mayor y más moderno ejército de la región, superando incluso el gigante brasileño. Y todo para enfrentar a una insurgencia de unos 22.000 combatientes farianos y unos 5.000 combatientes elenos.

Veamos la desproporción, 500.000 militares y paramilitares, mercenarios extranjeros, miles de millones de dólares en ayuda militar, bases gringas, agentes del mossad, última tecnología en inteligencia… para intentar derrotar no más de 30.000 guerrilleros con viejos AK-47 y bombas artesanales. Y no pueden derrotarlos.

Si comparamos el principal equipamiento militar colombiano hay que destacar la gran variedad de armamento, ocupando un lugar destacado los 190 helicópteros Black Hawk gringos, aunque inferiores a los helicópteros rusos, su aplastante superioridad numérica es desequilibrante, sólo los misiles portátiles Igla-S reequilibra la balanza.

En el ámbito aéreo, Venezuela ha logrado que la moderna fuerza aérea bolivariana pueda establecer la superioridad aérea a una numerosa pero obsoleta fuerza aérea colombiana pensada para la lucha contrainsurgente.

Cualquier análisis de correlación de fuerzas militares colombo-venezolana es negativo para Venezuela, ya que el Comando Sur norteamericano, su IV flota o cualquiera de sus bases en la región, en todo momento prestará soporte operativo a Colombia.

Hoy la República Bolivariana de Venezuela está construyendo un sistema defensivo con suficientes elementos de disuasión como para evitar que EEUU intervenga frontalmente, porque a pesar de su superioridad, los cálculos de una victoria rápida y con pocas bajas son negativos.

Para Venezuela hoy el principal riesgo militar proviene de Colombia, un país militarizado, que no duda en sacrificar a sus hijos, en llenar los campos de fosas comunes, de mutilar niños con motosierra o de envenenar a sus campesinos con fumigaciones.

Sólo el conflicto interno con la insurgencia hace que la maquinaria de guerra colombiana no apunte hacia la República Bolivariana. Colombia no iniciará ningún conflicto con 30.000 irreductibles y letales combatientes en la retaguardia. No hay que ser muy sagaz para deducir esto.

Aunque se pueda considerar que el nuevo ejecutivo es más dialogante que el de la época Uribe, hay que recordar que Santos, un oligarca colombiano, fue el responsable del criminal bombardeo en territorio ecuatoriano dónde cayó el camarada Raúl Reyes. Santos no ha sido ni será un hombre de paz, ni la oligarquía colombiana dejará de seguir las órdenes del imperio.

En este marco, la doctrina militar bolivariana se convierte en una pieza fundamental de la capacidad de profundizar los cambios políticos, sociales y económicos del proceso liderado por Hugo Chávez, doctrina que debe reforzarse en el marco de la ALBA en lo político y militar y en el marco de la CELAC en lo exclusivamente político, dejando fuera del juego político en la región a los EEUU.

Así se manifiesta de forma evidente, como una verdad esencial el dicho romano si vis pacem, para bellum, siendo una fuerza armada fuerte, con sus raíces incrustadas en el pueblo y dotadas de la mejor tecnología disponible, uno de los más eficaces garantes del proyecto histórico bolivariano y su avance hacia el desarrollo de las fuerzas productivas y el socialismo.

Ferran Nieto
(*)Militante del Partit Comunista del Poble de Catalunya

Barcelona, enero de 2012

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