Sin estudiantes no hay universidad. Ángeles Díez

Hace años que la Universidad Complutense de Madrid (UCM) lleva aplicando un plan de recortes que se traduce en reducciones salariales, despido encubierto de profesores, despido de trabajadores de mantenimiento y servicios, deterioro constante de las condiciones de trabajo y aumento de más del 60% de las tasas de matriculación para los estudiantes. Es una realidad común a todas las universidades públicas pero en el caso de la UCM esta situación se agrava por ser la universidad pública presencial más grande y por la contradicción que muchos ven en que la máxima autoridad, el rector, se apellide Carrillo y además haga constantes manifestaciones públicas de defensa de la educación pública.

En junio de 2013 la Consejería de Educación felicitaba a los rectores de Madrid por su actitud dialogante al mismo tiempo que éstos ponían en marcha un aumento de las tasas por matriculación nunca visto en la historia de la democracia de este país, nuestra universidad está a la cabeza de ese incremento de tasas. Pero la contradicción no está solo en la imagen tolerante y progresista que proyecta el rector de la Complutense al mismo tiempo que aplica un plan de ajuste bárbaro siguiendo los dictados de la Comunidad de Madrid. La mayor contradicción está en su incapacidad para dialogar y negociar con los estudiantes.

Parece como si nuestras autoridades académicas hubieran renunciado a resolver los problemas que nos afectan y en vez de hacer frente a una situación ya inaceptable para muchas familias (subida de tasas, bajada de salarios de los profesores, despidos de personal de servicios y mantenimiento, pérdida de derechos laborales y deterioro de las condiciones de trabajo de profesores y personal administrativo y de servicios) han decidido ocuparse de cómo aplicar los recortes acabando con cualquier tipo de resistencia, recurriendo, si lo ven necesario, a los antidisturbios.

Esto es lo que ha pasado esta mañana en el vicerrectorado de la UCM. Es la quinta vez que las fuerzas antidisturbios entran en el Campus universitario a petición del Rectorado, es la quinta vez que hay estudiantes detenidos, es la quinta vez que el rectorado recurre a la excusa de garantizar el acceso a las instalaciones para pedir que intervenga la policía. Según el mando policial con el que hablamos algunos profesores, no ha habido ningún tipo de acción violenta ni resistencia por parte de los estudiantes, y sin embargo, ha habido cincuenta y tres detenidos.

Los alumnos ocuparon el vicerrectorado el miércoles 19 de marzo con una serie de reivindicaciones terriblemente justas que se resumen en la petición de que no haya estudiantes expulsados de la universidad por motivos económicos. Exigen que el rector Carrillo negocie con las distintas plataformas de estudiantes un plan de rescate, con plazos y asignación de fondos, exigen una política de becas propia de la universidad y que, de una vez por todas, la Universidad Complutense encabece realmente la lucha por la defensa de la universidad pública. Sin estudiantes no habrá universidad y ni un futuro digno para este país.

En estos momentos, por desgracia, sólo los estudiantes están siendo capaces de visibilizar la terrible situación en la que se encuentra la UCM.

*Ángeles Diez es doctora en Ciencias Políticas y Sociología, profesora de la Universidad Complutense y miembro de la Plataforma de Trabajadores UCM
 elmundo/ inSurgente

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