Goldman
Sachs, el banco de negocios más poderoso del mundo, acaba de contratar
al ex secretario general de la coalición militar más poderosa de la
historia: la OTAN. Aunque algunos sólo querrán ver en ello una especie
de “jubilación dorada”, los hecho nos muestran que no es la primera vez
que algo así se produce: Goldman Sachs y la OTAN ya mantuvieron una
“fructífera” colaboración durante la guerra contra Libia.
Después
de haber sido secretario general de la OTAN (bajo las órdenes de
Estados Unidos), desde 2009 hasta 2014, Anders Fogh Rasmussen acaba de
ser contratado como consultante internacional por Goldman Sachs,
el banco de negocios más poderoso de Estados Unidos.
Es prestigioso el curriculum de Rasmussen. Como primer ministro de Dinamarca (de 2001 a 2009), se dedicó a «la ampliación de la Unión Europea y de la OTAN contribuyendo a la paz y la prosperidad en Europa». Como secretario general de la OTAN, representó a la alianza atlántica en su «pico operativo con 6 operaciones en 3 continentes», entre ellas las guerras contra Afganistán y Libia. Además, «en respuesta
a la agresión rusa contra Ucrania, reforzó la defensa colectiva a un
nivel sin precedentes desde el fin de la guerra fría».
También apoyó la «Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP)»
(también conocido como Área de Libre Comercio Transatlántico o TAFTA,
según sus siglas en inglés. NdT.) entre Estados Unidos y la Unión
Europea, base económica de una «comunidad transatlántica integrada».
Rasmussen presenta por lo tanto aptitudes inestimables para
Goldman Sachs, cuya estrategia es simultáneamente financiera, política y
militar. Después de años de trabajo en Goldman Sachs, los dirigentes y
consultantes de este enorme banco estadounidense han ido a ocupar
puestos claves en el gobierno de Estados Unidos y en los de otros
países. Entre ellos se encuentran Mario Draghi –quien fue gobernador del
Banco de Italia y ahora es presidente del Banco Central Europeo (BCE)– y
Mario Monti –designado en 2011 como jefe del gobierno italiano por el
presidente Napolitano.
Así que nada tiene de sorprendente que Goldman Sachs se suba las
mangas para participar en las guerras de la OTAN. Por ejemplo, en la
guerra contra Libia, donde primeramente se apropió –provocando pérdidas
ascendentes al 98%– de fondos públicos por un monto de 1 300 millones de
dólares, fondos que el gobierno libio le había confiado en 2008.
En 2011, Goldman Sachs participó también en el saqueo de los fondos
soberanos libios (estimados en unos 150 000 millones de dólares) que
Estados Unidos y la Unión Europea «congelaron» en el momento de
la guerra. Actualmente, para administrar a través del control del
Central Bank of Libya los fondos provenientes de las nuevas
exportaciones de petróleo, Goldman Sachs se dispone a desembarcar
en Libia en el marco de la operación que Estados Unidos y la OTAN ya
tienen proyectada, bajo la bandera de la Unión Europea y la «conducción italiana».
Basándose en una lúcida «teoría del caos», se explota
la situación de caos provocada por las guerras contra Libia y Siria,
instrumentalizando y canalizando hacia Italia y Grecia –dos de los
países más débiles de la Unión Europea– el trágico éxodo de migrantes
que huyen de esas guerras. Este éxodo sirve como arma de guerra
sicológica e instrumento de presión económica para demostrar la
necesidad de realizar una «operación humanitaria de paz» cuyo
verdadero objetivo es ocupar militarmente las zonas estratégica y
económicamente más importantes de Libia. Al igual que la OTAN,
Goldman Sachs contribuye activamente a la estrategia de Washington, que
quiere disponer de una Europa sometida a Estados Unidos.
Después de haber contribuido, mediante la estafa de los préstamos subprimes,
a desatar la crisis financiera, que posteriormente se extendió a Europa
desde Estados Unidos, Goldman Sachs especuló sobre la crisis europea
aconsejando «a los inversionistas sacar provecho de la crisis financiera en Europa» [1].
Según investigaciones debidamente documentadas en 2010-2012 por medios como Der Spiegel, el New York Times, la BBC y Bloomberg News, Goldman Sachs también “disfrazó”, mediante complejas operaciones financieras –como «préstamos camuflados» bajo condiciones draconianas y venta de «títulos tóxicos
estadounidenses»– el verdadero monto de la deuda griega. En este caso, Goldman Sachs maniobró con más habilidad que Alemania, el Banco Central
Europeo y el FMI, que no han sabido esconder el yugo que pusieron al
cuello de Grecia.
Al reclutar a Rasmussen, con la red internacional de relaciones
políticas y militares que este personaje ha tejido durante sus 5 años
como secretario general de la OTAN, Goldman Sachs refuerza sus
posibilidades de influencia y de penetración.
Red Voltaire
| Roma (Italia)
Fuente
Il Manifesto (Italia)
Manlio Dinucci
Geógrafo y politólogo. Últimas obras publicadas: Laboratorio di geografia, Zanichelli 2014 ; Geocommunity Ed. Zanichelli 2013 ; Escalation. Anatomia della guerra infinita, Ed. DeriveApprodi 2005.
Organización del Tratado del Atlántico Norte
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