"... Captagon es la marca comercial del clorhidrato de fenetilina. Se
empezó a producir en los años 60 para tratar la hiperactividad, la
narcolepsia y la depresión, pero fue prohibida en muchos países en los
años 80 por ser demasiado adictivo. La OTAN inició la producción de Captagon en 2011 en un laboratorio en Bulgaria. Aunque es una droga prácticamente desconocida en otras partes del mundo, se consume mucho en Oriente Próximo..."
El sábado de la semana pasada la Dirección General de Puertos de la provincia costera siria de Latakia, se apoderó de cerca de dos toneladas de drogas
cerca de la playa del Cabo Ras al-Bassit. Las drogas decomisadas
flotaban en el mar en bolsas de cuero y consistían en más de 800
kilogramos de pasta de hachís y casi seis millones de tabletas de
Captagon, la droga estimulante preferida por los miembros del Califato
Islámico.
El director general de Puertos de Latakia, Maitham al-Yousuf, dijo a
los periodistas que el alijo fue descubierto por una patrulla que
recorría la playa, a unos 400 kilómetros al noroeste de la capital. No es la primera vez que las autoridades y el ejército sirio decomisan importantes alijos de drogas.
El año pasado llegaron a capturar un camión cisterna con una tonelada
de Captagon y la policía antidrogas de Líbano incautó 12 millones de
pastillas.
El gobernador de Latakia Ibrahim Khader al-Salem acusó a los países
que patrocinan el terrorismo contra Siria de ser responsables de esas
drogas.
Captagon es la marca comercial del clorhidrato de fenetilina. Se
empezó a producir en los años 60 para tratar la hiperactividad, la
narcolepsia y la depresión, pero fue prohibida en muchos países en los
años 80 por ser demasiado adictivo. La OTAN inició la producción de Captagon en 2011 en un laboratorio en Bulgaria. Aunque es una droga prácticamente desconocida en otras partes del mundo, se consume mucho en Oriente Próximo.
Una parte de las ganancias del tráfico ilegal de Captagon se utiliza
para financiar los grupos extremistas armados que tratan de derrocar al
gobierno sirio encabezado por el presidente Bashar al-Assad.
Tras registrar sus pertenencias, a los fanáticos del Califato
Islámico muertos en la batalla de Kobani les encontraron pastillas de
Captagon. Los yihadistas no alimentan su fanatismo con la lectura del
Corán. Las decapitaciones y otras atrocidades cometidas por los
miembros del Califato Islámico se ejecutaron bajo la influencia del
Captagon.
Los kurdos afirman que el consumo de estas píldoras explica la
impavidez suicida de los yihadistas durante las batallas y la
brutalidad bestial con la que realizan sus atrocidades: violaciones,
decapitaciones y crucifixiones.
“Llevan cantidades de pastillas que siguen tomando. Esto parece
volverlos aún más locos. Se vuelven agitados y están dispuestos a
castigar a niños incluso por cosas insignificantes”, contaron a “Daily Mirror” tras desalojarles de Kobani.
El análisis de la voz del yihadista “John” sugirió, según “The International Business Times”,
que estaba bajo la influencia de anfetaminas cuando decapitó al rehén
británico David Haines. Es muy posible que se tratara de Captagon.
De acuerdo con Reuters, el colapso de la infraestructura estatal, el
debilitamiento de las fronteras y la proliferación de grupos armados
durante los casi tres años de conflicto, ha transformado a Siria en un
importante centro de producción de drogas, en especial de captagon.
El consumo de Captagon ha crecido notablemente. Es una especie de
anfetamina que provoca euforia e insensibilidad al dolor, quita el
sueño, deprime el apetito, proporciona una euforia que ayuda a los
fanáticos a soportar duras batallas, largas jornadas sin dormir e
incluso el dolor si son torturados.
También los civiles sirios están experimentando cada vez más con
estas pastillas, que se pueden conseguir por un precio de entre 5 y 20
dólares.
Fuente: Boltxe kolektiboa
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